Lo que siempre quiso saber sobre el incendio del Windsor

MONCLOA.COM ofrecerá mañana datos claves para entender uno de los sucesos más inverosímiles de nuestra historia reciente, el incendio de la Torre Windsor. Este martes se cumplen 14 años de este extraño incendio que desató la rumorología y las teorías de la conspiración, sólo 11 meses después del devastador 11-M.

Alguna de esas teorías, gracias a la documentación que va a aportar este periódico, se verá refrendada, otras quedan absolutamente descartadas. El Windsor era algo más que una de las señas de identidad del modesto «skyline» de Madrid, en el que se llamaba el corazón financiero de la ciudad, que los madrileños llaman AZCA.

Como se puede leer en las informaciones que este lunes publica MONCLOA.COM, este incendio no fue uno más. En una ciudad con servicios de emergencia excelentes, con pocos incidentes de este tipo –el más dramático quizás fuera el incendio de los Almacenes Arias, en Gran Vía, muchos años antes–, una colilla mal apagada había provocado un devastador fue que consumió 32 plantas junto al mismísimo Paseo de la Castellana.

WINDSOR, UNA TORRE DE NOTABLES

Los vecinos del Windsor –propiedad de la familia Reyzábal– no eran poco señalados: El Corte Inglés, la auditora Deloitte, Sacyr, el BBVA, la no lejana Torre Picasso, donde estaba instaladas varias compañías como FCC y despachos particulares… ¿Es habitual que una trabajadora de una auditora se quede en su despacho trabajando un sábado hasta las once de la noche?

¿Es normal que una colilla mal apagada, un calefactor defectuoso, provoquen un incendio pavoroso en un edificio en el que trabajan miles de personas?, ¿es normal que todos los servicios contra incendios funcionen mal y que alguien acabe, por error, dando oxígeno a unas llamas que no pasaban de 50 centímetros de altas?

Los bomberos y la Policía descartaron la presencia de acelerantes, material pirotécnico y, básicamente lo que traía de cabeza a los madrileños: otro atentado, un 12F meses después de un 11M. Un gran alivio entonces, que no impide que se den por normales hechos excepcionales: en una España que permitía fumar en los trabajos compulsivamente, ¿cuántas colillas se dejaban mal apagadas?, ¿cuántos rascacielos, o edificios de oficinas ardieron? Ninguno. Solo este. El Windsor.

‘¿QUID PRODEST?’

Pero es que la pregunta era ese clásico de los abogados: ‘¿Quid prodest?’ ¿A quién benefició el incendio?

MONCLOA.COM nació hace solo cinco meses, en los que ha proporcionado a sus lectores información exclusiva, alguna sobre las actividades del comisario en prisión José Manuel Villarejo y otras no. El análisis de información procedente de una fuente fiable al cien por cien nos ha permitido poder ofrecer mañana información relevante que quizás aclare todo aquello que usted siempre quiso saber sobre el incendio del Windsor.

Pero lo que sí se atrevió a preguntar, del mismo modo que ha hecho el equipo de redacción de este periódico. La democracia española, más de 40 años de pacífica convivencia, ha ido edificando unos cuantos mitos.

Del mismo modo que otras sociedades son capaces de mirarse al espejo y rebuscar en el fondo de los cajones, la deriva de algunas situaciones relacionadas con los poderes públicos, empresariales y sus connivencias con una determinada familia de policías, pertenecientes todos ellos a una generación, orígenes y casi destinos comunes, necesita revisión. Parece sano levantar las persianas, abrir las cortinas y abrir la ventana, para que entren luces y taquígrafos. Y no parece mala idea que lo haga un medio sin hipotecas.

Mañana sale a esa luz, al aire fresco y vigorizante del invierno, una documentación que, sin más pretensiones, esperamos que dé luz a un extraño suceso que tuvo extravagantes causas y notables beneficiados. Todo, mañana mismo.