Villacís protagoniza el último escándalo al volante de la clase política

Begoña Villacís, candidata a la alcaldía de Madrid por Ciudadanos, fue sorprendida el pasado sábado en un semáforo de la Calle Goya mientras utilizaba su teléfono móvil. La imagen del momento la capturó, tuiteó y posteriormente eliminó Ramón Linaza, Asesor de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento presidido por Manuela Carmena. A pesar de ello, la fotografía en cuestión la ha seguido utilizando el mismo Linaza para hacerle la guerra sucia a Villacís, cuya sanción tampoco se ha hecho esperar, ya que le han sido retirados 3 puntos del carné y 200€ de multa.  

La aspirante al gobierno de la Comunidad de Madrid no ha sido, en cambio, la única a la que han pillado in fraganti mientras empleaba su móvil al volante; Pablo Iglesias fue cazado en idéntica actitud hace cinco años, en 2014, acusado de haber estado a punto de provocar un accidente, según declaró entonces la twittera @martabrave, quien inmortalizó el momento.

Ahora bien, los ‘escándalos’ citados carecen de importancia si se comparan con los perpetrados por quienes, a los mandos de un coche, conducían bajo los efectos del alcohol. Aquí el grueso de nombres, en el que luce hasta el de un juez del Tribunal Constitucional, es más que abultado: Juan María Calles (ex subdelegado del Gobierno de Castellón por PSPV-PSOE), Alfonso Novo (exconcejal de Urbanismo del PP en el Ayuntamiento de Valencia), Vicente Ferrer (diputado del PP en 2012) o Joaquín Dolera (IU Murcia) son algunos de los ejemplos más leves. Los más controvertidos los repasamos a continuación.

ENRIQUE LÓPEZ: DIMISIÓN DEL CONSTITUCIONAL

El 1 de junio de 2014, Enrique López López, entonces magistrado del Tribunal Constitucional y muy cercano a la cúpula del PP, fue retenido por el Cuerpo Nacional de Policía en el Paseo de la Castellana de Madrid por saltarse un semáforo en rojo. Viajaba sin casco y con una tasa de alcohol que cuadriplicaba la máxima permitida. 

En palabras del magistrado encargado del caso, “el acusado presentaba un fuerte olor a alcohol en el aliento, rostro congestionado, deambular titubeante y dificultad para mantener la verticalidad”. López López no tuvo otra que aceptar la autoría y culpabilidad de los hechos y acatar la multa impuesta en estos casos: un pago de 12 euros diarios durante cuatro meses, así como la retirada del permiso de conducir para los 8 meses siguientes. Esto vino acompañado, al día siguiente, de su dimisión como miembro del Tribunal Constitucional.

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ESPERANZA AGUIRRE: LA MULTA VIRAL

Dos meses antes de conocerse lo de Enrique López López (abril de 2014), Esperanza Aguirre desobedeció a sus propios agentes de movilidad cuando le solicitaron la documentación por estacionar en una zona reservada a la circulación de autobuses. No sólo desacató por completo las órdenes de éstos, sino que, en su huida, arrolló una de sus motos.

La persecución se prolongó hasta su domicilio, pero ni por esas los agentes de tráfico pudieron contactar con la baronesa, que utilizó a sus escoltas para disuadir cualquier intención malévola por parte de la autoridad.

Luego de viralizarse el caso, Esperanza Aguirre salió a desmentir los hechos con una postura disidente, en la que negaba las acusaciones vertidas: no derribó nada, ni se dio a la fuga, ni estacionó indebidamente.

ÁNGEL CARROMERO: HOMICIDIO IMPRUDENTE AL VOLANTE

Carromero era, hasta 2012, una persona bastante desconocida en el panorama político español debido a su modesto cargo de Secretario General de Nuevas Generaciones del PP de Madrid. Sin embargo, su nombre saltó a la palestra después de que, en julio del citado año, fuese detenido tras de un accidente de tráfico en el que murieron a Oswaldo Payá y Harold Cepero, ambos activistas de la oposición cubana. Carromero era el conductor del vehículo en el que viajaban todos.

Carromero, que nunca reconoció los hechos, fue condenado en La Habana a una pena de prisión de cuatro años para —en los seis meses siguientes— ser extraditado a España, donde en enero 2013 obtuvo el tercer grado; en 2015 le concedieron la libertad condicional. El caso es que el viaje de Ángel Carromero a Cuba se produjo ya sin puntos en el carné, dado que había logrado acumular la friolera de 42 multas, lo cual conllevó la pertinente retirada de carné ese mismo mayo, dos meses antes de cometer la imprudencia.

Lo último que se conoce del exsecretario de Nuevas Generaciones es que se le vio junto a Pablo Casado en la fiesta de celebración por su victoria en las primarias frente al Partido Popular.

CONDUCCIÓN SIN CARNÉ: JOSÉ MANUEL CASTRO FERNÁNDEZ

Finalizando con el recorrido de catastróficas desdichas al volante, encontramos el caso del concejal de IU por Rivas-Vaciamadrid, José Manuel Castro Fernández, al que se le descubrió conduciendo sin carné en 2014 tras habérselo retirado en 2012 por un delito contra la seguridad vial al dar positivo en un control de alcoholemia (además de una multa de 12 euros diarios durante cuatro meses).

Para justificarlo, Castro alegó en el juicio que fue un malentendido producido en presencia de los agentes, los mismos que, presuntamente, el día que lo pillaron, le pidieron que moviera su automóvil mal estacionado. Esta versión fue desmentida por los agentes y recriminada por el juez, quien achacó al concejal no avisar a la policía de la retirada del permiso.