Sánchez rechaza la oferta de Rivera por miedo a no sacar los Presupuestos

  • El presidente del Gobierno en funciones teme que el bloque de derechas no apoye sus Presupuestos, lo que le llevaría a un bloqueo.
  • El líder socialista prefiere llegar a un acuerdo programático con Unidas Podemos, pero está dispuesto a ir a elecciones.
  • Desde Unidas Podemos no cierran la puerta y no descartan una oferta in extremis del PSOE.
  • El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha ofrecido al líder del PP, Pablo Casado, abstenerse juntos durante la segunda investidura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Pero los socialistas perseveran en buscar el apoyo de Unidas Podemos. Las últimas declaraciones de Sánchez han dejado ver que el presidente confía en que Pablo Iglesias ceda y apoye un pacto programático. Fuentes del PSOE confirman que Sánchez no aceptará la propuesta de Rivera por miedo a que se vuelva a repetir la situación del 2018 y no se saquen adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Por tanto, para Sánchez, o pacto programático con la formación morada o elecciones el 10 de noviembre.

    La oferta de Rivera era sencilla. El presidente de Ciudadanos le ha propuesto a Casado cerrar un frente común que venda la abstención a cambio de tres compromisos. El primero, crear un «Gobierno constitucionalista en Navarra» (lo que conllevaría que el PSOE debería romper su pacto con Geroa Bai, Podemos, IU y parte de EH Bildu); el segundo, que Sánchez se comprometa a no indultar a los «golpistas» si hay una sentencia condenatoria a los líderes del procés; y tercero, que el presidente se comprometa a no subir los impuestos a los españoles. Ni a los más ricos.

    Sánchez ha respondido a Rivera en cuestión de horas. Considera que estos requisitos ya se cumplen y que no hay obstáculos para que el PP y Ciudadanos se abstengan en su investidura. Respecto al artículo 155 y el desafío soberanista, el líder socialista no se ha cerrado a la posibilidad de volver a intervenir Cataluña «como ya se hizo» siempre que la situación constitucional lo exija.

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    A pesar de ello, fuentes del PSOE aseguran que Sánchez no aceptará esta propuesta. Si el presidente adquiere una actitud beligerante con los independentistas, corre el riesgo de perder el potencial apoyo de los partidos nacionalistas, como es el caso de ERC, cruciales para sacar adelante unos presupuestos generales del estado de tinte progresista. Además, Sánchez no se quiere arriesgar a dar la espalda por completo a Unidas Podemos, otra de las formaciones cuyo voto será decisivo para mantener una legislatura estable.

    Desde el PSOE quieren llevar a cabo un programa progresista. Pero saben que para ello necesitarán el apoyo de Pablo Iglesias y de ERC. Desde Ferraz consideran que esta acción de Rivera se da precisamente ahora por el miedo que suscita en la formación naranja unas nuevas elecciones. Según los últimos sondeos, Ciudadanos sería el partido más perjudicado y pasaría a ser la cuarta fuerza en el Congreso, por debajo de los de Pablo Iglesias.

    Unidas Podemos no cierra la puerta a la posibilidad de que se llegue a un acuerdo in extremis. Así lo ha asegurado Juantxo López de Uralde, líder de Equo y diputado en el Parlamento por la formación morada, en una rueda de prensa celebrada tras la reunión de Uralde con el Rey. Sin embargo, desde el partido de Iglesias consideran que todos los movimientos de Sánchez apuntan a que quiere elecciones. Creen que el líder socialista está cegado por las encuestas y que la estrategia del presidente es debilitar a los dos partidos con los que aspira a formar Gobierno (o al menos a cerrar un pacto programático): Unidas Podemos y Ciudadanos.

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    Desde Podemos insisten en que Sánchez no tiene voluntad de negociar. La última reunión que mantuvieron la zanjaron los socialistas al ver que para Unidas Podemos el gobierno de coalición era una condición indispensable. A pesar de que los de Iglesias no han perdido del todo la esperanza, los ánimos en la formación morada están decaídos. Hasta tal punto que ya han confirmado que no presentarán más ofertas a los socialistas. Por lo que si de aquí a pocos días no se mueve ficha, las elecciones del 10 de noviembre serán una realidad.

    Sánchez ha rechazado todas las ofertas que le han llegado desde las dos formaciones con las que pretende pactar. Su presunto socio preferente ha planteado una coalición que a los de Ferraz les pareció bien hasta el fracaso de la primera investidura. Pero ahora el PSOE no quiere oír hablar de que los de Iglesias se sienten en el Consejo de Ministros ni de otra solución que no sea un gobierno en solitario. El polémico CIS de Tezanos y todas las encuestas realizadas hasta la fecha pronostican una victoria aún más holgada del PSOE. Y Sánchez está decidido a ir a las urnas, según aseguran fuentes del partido.

    Sin embargo, no todos desde el PSOE comparten la actitud del presidente. Dentro del partido son muchas las voces críticas contra la obsesión del presidente de presentarse a nuevas elecciones. Dentro del PSOE hay gente de peso que apuesta por formar gobierno cuanto antes y no tentar a la suerte. Tanto la irrupción de Más Madrid en la política nacional como un fallo en los pronósticos puede llevar a los socialistas a un batacazo inesperado. Pues, en el mejor de los casos, Sánchez volverá a estar exactamente en el mismo punto que ahora. Sentado en una mesa negociando con Unidas Podemos.