Espinar teme el rodillo de un crecido Iglesias y duda si ser su rival en Vistalegre III

  • El exdirigente de Podemos tenía intención de ser el rival de Pablo Iglesias en Vistalegre III.
  • Espinar teme que el nombramiento de Iglesias como vicepresidente le haga arrasar en el congreso de Podemos.
  • Las bases de Podemos consideran que es Irene Montero la sucesora "natural" de Iglesias.
  • El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, quiere renovar su férreo liderazgo en Podemos cuanto antes. El secretario general de la formación morada ha convocado el tercer congreso del partido este marzo (aunque estuviera previsto para 2021) para tener una legislatura más tranquila, sin sobresaltos ni sorpresas inesperadas. El exdirigente de Podemos, Ramón Espinar, tenía claro que se presentaría contra Iglesias en Vistalegre III; al menos hasta que el líder de la formación morada fue nombrado vicepresidente. Ahora, fuentes cercanas a Espinar aseguran que tiene dudas sobre si intentar asaltar lo que muchos consideran patrimonio de la ministra Irene Montero.

    Hay militantes dentro de Unidas Podemos que entienden que el movimiento de Iglesias ha sido erróneo porque «ha llegado el momento de Irene Montero». Pero fuera del chalet del municipio madrileño de Galapagar también hay candidatos. El exdirigente de Podemos Ramón Espinar tenía intención de presentarse contra Iglesias en Vistalegre III. Era algo que todo el entorno del expolítico daba por hecho. Pero ahora, esas mismas fuentes aseguran que tiene dudas sobre si tirarse a la piscina debido al reciente nombramiento de Iglesias.

    Según ha desvelado el diario Voz Pópuli, Iglesias utilizó los datos secretos de las consultas para asegurarse de cómo estaba el pulso del partido. Al ver que le era favorable, decidió adelantar Vistalegre III. Todas estas artimañas han hecho saltar las alarmas en el entorno de Espinar, que ahora no tiene tan claro si es una buena idea cuestionar y rivalizar contra el incuestionable y férreo liderazgo de Pablo Iglesias. Además, presentarse contra él y obtener unos resultados decentes podría poner en duda la sucesión que todos dan por hecho: Irene Montero como secretaria general de Podemos.

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    Las críticas de Espinar hacia la cúpula de Pablo Iglesias no han cesado desde que éste decidiera abandonar el partido. El exdirigente se ha mantenido en un discreto segundo plano a la espera de una oportunidad para volver a la política, pero sabe que Iglesias tiene el partido absolutamente controlado y que si ha decidido convocar Vistalegre III un año antes es porque tiene la certeza de que le irá bien.

    La mayoría de los comentarios dentro de las sedes de la formación morada se centran en Irene Montero. Los seguidores de Iglesias creen, primero, que quien debe suceder al vicepresidente del Gobierno debe ser una mujer y, segundo, que esa debe ser la ministra de Igualdad. Los pocos críticos que han cuestionado esta herencia del partido casi monárquica o están fuera de la formación o han creado la suya propia.

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    Sin embargo, las polémicas que han rodeado a Espinar tampoco juegan a su favor para seducir a los fieles de Iglesias. La especulación con un piso de protección oficial cuando era universitario le pesó mucho de cara a la imagen que tenía en el partido. Y pese a que Iglesias estuvo dispuesto a ofrecerle un puesto relevante en la formación en la Comunidad de Madrid, el prefirió abandonarlo con la esperanza de volver reforzado y ocupar el ansiado puesto.

    Por el momento, Espinar se ha mantenido al margen de la política. Entre comentario y comentario relacionado con el fútbol o con algún artículo de prensa, se ha mostrado favorable al Gobierno progresista y ha aplaudido las primeras iniciativas del mismo, como las que están relacionadas con imponer limitaciones a las casas de apuestas. Pero se ha mantenido lejano a todo lo que fuera política interna de Podemos.

    «Cuestiones de estilo aparte, la primera característica de la legislatura es que la polarización diluye partidos y consolida bloques. Casado ha dejado sin discurso a Abascal ocupando su papel e Iglesias está dejando sin espacio a Lastra», destacaba antes de que Iglesias y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se hubieran hecho con el Ejecutivo.