Japón sospecha que Kim Jong-un está muerto o escapando del coronavirus

El ministro de Defensa japonés, Taro Kono, aseguró el pasado jueves tener «algunas sospechas» sobre la salud del dictador norcoreano Kim Jong-un. Algunos rumores sobre su posible muerte, que emergieron hace varias semanas, se disiparon después de que el líder norcoreano fuera fotografiado el 1 de mayo asistiendo a la inauguración de una planta de fertilizantes. Sin embargo, dado que volvió a desaparecer durante dos semanas y en contexto de movimientos «extraños» en su Ejecutivo, Japón cree que la salud del dictador podría estar en peligro.

“Tenemos algunas sospechas sobre su salud [de Kim Jong un]” aseguró Kono este jueves, argumentando que habían detectado movimientos “bastante extraños” dentro del Gobierno norcoreano.

Según el ministro japonés, estos movimientos responderían a los intentos de Kim Jong-un por intentar «no infectarse» del coronavirus, que estaría propagándose por todo el país. Corea del Norte no ha registrado oficialmente ni un solo contagio del virus en el país. Sin embargo, el Gobierno japonés duda fervientemente que el virus no se esté expandiendo ya por la región.

«Sospechamos que el covid19 se está extendiendo por el país»

Taro Kono confirmó que Japón, Estados Unidos y otros países han estado intercambiando datos sobre Corea del Norte, pero no reveló nada sobre ellos: “No se me permite discutir temas de inteligencia”, indicó.

“En primer lugar, sospechamos que el covid-19 se está extendiendo por el país y Kim Jong Un no sale en público para no infectarse”, aseguró el ministro de Defensa. «En segundo lugar, tenemos algunas sospechas sobre su estado de salud. En tercer lugar, la cosecha del año pasado fue realmente mala. La economía de Corea del Norte no está bien, por lo que Kim Jong Un o su régimen necesitan un chivo expiatorio para que la gente mire hacia otro lado».

KIM JONG-UN PODRÍA ESTAR MUERTO

Una de estas anomalías sería la destrucción este martes de la oficina de enlace entre Corea del Sur y Corea del Norte, situada cerca de la frontera entre ambas naciones, que hacía subir la tensión bélica entre ambos países enemigos. El ataque sería una venganza a Seúl por permitir el envío de panfletos de propaganda contra el régimen de Kim Jong-un por parte de desertores norcoreanos.

No obstante, desde Japón sospechan que estas maniobras son en realidad una herramienta de distracción para desviar la atención de la propagación del virus y de la quizá preocupante salud del dictador. Kono considera posible que Kim Jong-un esté muerto: «Podría ser posible, por eso son tan duros en este momento», explicó el ministro.

Otra de las circunstancias raras que alarmaron al Gobierno nipón fue el hecho de que el dictador no asistiera a las celebraciones del Día del Sol, dedicadas a su difunto abuelo Kim Il Sung, el pasado 15 de abril. Este tipo de eventos, pensados para adular masivamente a la figura de sus familiares y fundadores del régimen, son auténticos acontecimientos a los que resulta impensable que el líder norcoreano pudiese faltar.