Más mujeres que hombres en España dejan el trabajo en verano por los hijos, según un estudio

Más mujeres que hombres en España han dejado su trabajo en verano durante toda esta década para asumir cargas familiares y encargarse de los hijos, y no buscan empleo en ese período, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa.

El estudio sobre cómo las familias resuelven la conciliación cuando acaba el curso escolar se basa en la Estadística de Flujos de la Población Activa (EFPA) del INE y es de Diego Dueñas Fernández (UAH), Raquel Llorente Heras (UAM) y Almudena Moreno Mínguez (UVa), cuyo proyecto fue seleccionado por el Observatorio en la convocatoria para divulgar la investigación en ciencias sociales.

Los coautores concluyen que la mujer considera la atención de las cargas familiares una razón muy importante para pasar a la inactividad en verano, «mientras que para los hombres es un motivo de mucho menor peso«.

Esta tendencia se ha repetido toda la década (excepto en 2017, pero con cifras poco significativas): de 2010 a 2019, un promedio de 325.730 mujeres pasaron a la inactividad laboral en el tercer trimestre, frente a 220.260 hombres.

Las mujeres dejan el mercado laboral en verano «en buena medida, porque se hacen cargo del hogar, de sus hijos y del conjunto de cargas familiares«: el 35,29% de mujeres que pasan de la ocupación a la inactividad entre junio y septiembre admiten que lo hacen por eso, frente al 9,5% de hombres.

También hay más madres inactivas cuando su pareja trabaja (un promedio de 864.247 mujeres, con una tasa de inactividad del 21,85%) que cuando su pareja no trabaja (185.432 mujeres, con una tasa del 21,06%): «Se deduce que la situación laboral de las madres tiene un carácter de complementariedad respecto a la situación laboral de sus parejas».

Así, hay menos padres que pasan a la inactividad, tanto en términos relativos (tasa de inactividad) como en cifras absolutas; y no se da en ellos el componente estacional del verano que sí se da en las madres, sino que los datos del hombre son homogéneos los cuatro trimestres.

Según el estudio, los padres tienden a actuar de manera más autónoma en el núcleo familiar «y supeditan la solución de las posibles cargas familiares a la obtención de una remuneración».

El estudio concluye que la desproporción de la inactividad femenina respecto a la masculina en verano es ineficiente desde un punto de vista socioeconómico, ya que las mujeres que pasan a la inactividad en verano tienen «un mayor bagaje educativo y más experiencia laboral» que los hombre que pasan a la inactividad.

El coautor y economista Diego Dueñas Fernández (UAH) ha explicado que, además, la situación de estas mujeres es «traumática», porque interrumpir su empleo repercute en su carrera, en su salario esperado y en su cotización, aunque en el cuarto trimestre del año puedan reincorporarse al mercado laboral, como ocurre en muchos casos.

Y esa posibilidad de reincorporarse «induce a pensar que la mayoría de los puestos de trabajo que a la mujer le sirven para salir y entrar de ellos son en cierta medida precarios, asociados al sector servicios y a unas ocupaciones posiblemente elementales»; además, la interrupción del trabajo en verano le dificulta ir escalando laboralmente.

Dueñas también ha constatado el riesgo laboral añadido de este año al acabar el verano, por el hecho de que recuperar un empleo sea más difícil con la crisis sanitaria y económica del coronavirus: «Ahora, a ver qué pasa. ¿Se va a producir la misma dinámica?».

Al margen del coronavirus de este año, Dueñas afirma que solucionar el problema depende de diversas partes, y no sólo de las administraciones públicas de cada país.

También influyen las actitudes dentro de cada familia: la del hombre, para corresponsabilizarse; y la de la mujer, que actualmente «decide quedarse fuera del mercado laboral ella, porque quiere responsabilizarse ella del cuidado de los menores».

«No es una cuestión sólo de responsabilizar a los hombres. Creo que en esa decisión, que se toma entre dos, ambas partes son en cierta medida responsables», ha añadido.

Además, el estudio refleja que las mujeres que renuncian tienen más nivel educativo y de experiencia laboral: «Atendiendo a la teoría del capital humano, podríamos pensar en que ellas se queden dentro del mercado laboral y en que sean los hombres quienes salgan, porque el salario esperado puede ser mayor».

Dueñas sitúa a España en el grupo de cola europeo en este problema, junto a Grecia, Italia y Portugal; por delante hay un grupo medio, el de los países centroeuropeos; y el mejor situado es el de los países nórdicos.