Cómo dejar callado a quien te dice que «se te va a pasar el arroz»

Seguro que es una expresión que has escuchado mucho. Sobre todo, si ya has llegado a esa etapa de la vida, conocida como madurez, y no tienes pareja ni hijos. «Se te va a pasar el arroz» es algo que nos suelen decir de forma muy común. Suele ser algo que se dice de broma, aunque puede afectar a la persona que lo recibe.

Es algo así como afirmar que vas a acabar solo en la vida. La sociedad aún tiene muchos prejuicios ante esas personas que no se han casado a cierta edad, que se han separado o que han decidido no tener descendencia. Aún se sigue juzgando a esta gente como si estuvieran haciendo algo malo. De hecho, no importa que esto se haya decidido de forma libre, parece que hay que entrar por el aro.

Si eres una de esas personas que ya lo ha escuchado, descubre cómo dejar callado a quien dice que se te va a pasar el arroz.

La expresión se te va a pasar el arroz

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Esta expresión, la de «se te va a pasar el arroz», tiene muchos significados en su interior. Con solo un conjunto de palabras, podemos hacer que una persona se sienta incómoda. Y es que, suele estar relacionada con el hecho de que hemos llegado a cierta edad, la de la madurez, y no hemos seguido el cauce de la sociedad.

Así, a lo mejor nos vamos acercando a los 40, o quizá ya los hemos pasado, y hemos decidido no casarnos o ni siquiera tener pareja. Otra de las razones por las que la podemos escuchar es por no haber tenido hijos. Y es que aún existe un estigma muy dado hacia esa gente que decide vivir su vida en soledad.

Parece que a cierta edad, sobre todo en el caso de las mujeres, tener hijos es muy complicado. Sin embargo, una de las razones por las que puedes callar a esas personas es gracias a la ciencia. Ya no se necesita de un compañero para tener un hijo. En la actualidad, existen una serie de avances que nos permiten ganar más tiempo con respecto a épocas pasadas.

La presión social nos invita a la reflexión

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La presión social es la que lleva intrínseca esa expresión. Se nos dice que «se te va a pasar el arroz» cuando la sociedad piensa que ya es el momento de que tengamos una pareja, nos casemos y criemos a nuestros hijos. Si no es algo que deseemos hacer, nos podemos llegar a sentir incluso juzgados o criticados.

Por eso, es necesario quedarnos a solas con nosotros mismos y reflexionar sobre lo que deseamos o no en la vida. Gracias a este pensamiento, podremos analizar por qué se da esta presión y comprender por qué la sociedad tiende a creer que estar en una relación es la única forma de ser feliz en la vida.

Llega un punto en el que nos sentimos presionados, pues la familia tiene un peso muy importante en la sociedad. Además, en muchas ocasiones, cuando estamos con alguien nos sentimos protegidos, de forma falsa. Esta sensación de seguridad, aunque no haya amor de por medio, es lo que hace que sea tan sencillo engancharse. Es algo en lo que no debemos caer.

Tus elecciones son las que valen, no se te va a pasar el arroz

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Cuando terminemos de reflexionar y pensar sobre el tema, debemos llegar a una conclusión clara: nuestras propias elecciones son las únicas que valen. Así, debemos desechar de nuestra cabeza la expresión «se te va a pasar el arroz», pues no es lo que va a suceder.

Si tenemos claro que deseamos estar solos o no tener hijos, debemos reafirmarnos en lo que hemos decidido. Desde luego, nunca debemos ceder a la presión social por el simple hecho de no sentirnos juzgados por la misma.

En el caso de que decidas no tener hijos o parejas, debes saber que tu elección es igual de válida que la de aquellas personas que sí deciden formar ese tipo de familia. De hecho, se puede ser igual de feliz o más que los que están siguiendo las normas de la sociedad.

Disfruta de tu elección si es la soledad

soledad

Si elegimos estar solos, puede haber momentos en nuestra vida en los que echemos de menos estar en pareja. Llega cierta edad en la que eres la única persona que acude a las cenas de grupo sin nadie al lado o va al cine también en soledad.

Pero vivir a solas también tiene muchas cosas buenas. Por ejemplo, nos ayuda a ser más conscientes de nosotros mismos y vivimos con más presencia. Podemos aprovechar para conocernos mejor y tener tiempo para ser nosotros mismos, sabiendo lo que de verdad queremos y experimentando la vida con más intensidad.

Cuando estamos solos, las decisiones dependen solo de nosotros. Esto aporta un valor añadido que es la libertad. Si estamos en pareja, es inevitable renunciar a algunas cosas para adaptarnos a la otra persona.

Si la causa es el miedo, también hay solución

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Si la razón por la que estás solo no es por elección sino porque te da miedo comprometerte, puede que esto sí sea un problema. Lejos de pensar que se te va a pasar el arroz, lo que debes hacer es descubrir de dónde viene ese miedo. En este caso, estar solo no es tu elección.

Puede que la causa sea que hayas sufrido una traición en una relación que haya creado un trauma del que es complicado escapar. Esto es lo que te impide volver a comenzar algo nuevo con otra persona.

En el caso de que así sea, es recomendable acudir a terapia para que un profesional nos ayude a abrirnos a otras relaciones. Con un especialista a nuestro lado, sabremos dejar a un lado esos traumas y obtendremos herramientas para crecer como personas y también en pareja.

Qué ocurre si no quieres la soledad y piensas que se te va a pasar el arroz

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Un caso parecido al anterior es el hecho de que estemos solos sin que nosotros lo hayamos elegido. Si la soledad no la hemos elegido por nuestra cuenta, significa que hemos vivido una pérdida, por lo que tendremos que pasar el respectivo proceso de duelo.

Tres de las cosas que más se dan en este proceso son la negación, la rabia y la tristeza. Aparecerán emociones como el dolor, cosa que debemos comprender que es normal y que, en algún momento, se pasará.

Lo que debemos hacer en esta ocasión es seguir adelante. Tenemos que hacer cosas que nos gustan, aunque no nos apetezca. Tampoco debemos dejar de quedar con amigos. Poco a poco, la normalidad irá volviendo a nuestra vida. Quién sabe, quizá veas el lado bueno y nunca más desees una pareja a tu lado.