Coixet hermana Valladolid y Benidorm en la inauguración de una edición bajo toque de queda

Con aforos reducidos, mascarillas entre el habitual merchandising y con la jornada inaugural coincidiendo con el toque de queda que ha obligado a reprogramar todos los horarios, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha dado este sábado el pistoletazo de salida a su edición más atípica.

Además de los aforos, las restricciones sanitarias han obligado a reducir también el ambiente festivo que suele acompañar a la primera proyección del festival: una estampa que dejaba una marabunta de ávidos espectadores a las puertas del Teatro Carrión de la capital vallisoletana.

Así, han quedado reducidas también al 30 por ciento las colas de público, que este año estará repartido en un mayor número de salas a fin de contrarrestar el efecto de la pandemia.

De igual modo, se ha incrementado el número de proyecciones de muchas de las películas que, además, no podrán superar el ningún caso el límite horario impuesto por el toque de queda por motivos «muy graves» de salud pública, que limita parcial y temporalmente —entre las 22.00 y las 06.00 horas durante los próximos 14 días– la libertad de circulación de las personas en la Comunidad.

No obstante, las restricciones sanitarias no han impedido, al menos durante esta primera jornada, la aparición de Isabel Coixet, encargada de inaugurar el festival con su nueva película ‘Nieva en Benidorm’, protagonizada por Thimoty Spall y Sarita Choudhury, que se ha proyectado en la gala inaugural —cuya celebración se ha adelantado a las 17.30 horas–.

Con este filme de «contrastes», los mismos que aúna Benidorm, la realizadora catalana ha regresado al que es su festival «amuleto» para hermanar dos ciudades que, al igual que la directora, en sus mejores días, «abrazan la niebla».