Un joven “cyborg” se opera para tener aletas de pez en la cabeza

Cuando todavía estábamos en vías de interiorizar la existencia de decenas de identidades de género más allá de los clásicos ‘masculino’ o ‘femenino’, e incluso la opción de un ‘tercer sexo’, van y aparecen los transespecie y los ‘cyborg’.

Uno de ellos es Manuel de Aguas, un joven artista catalán de 24 años que se acaba de implantar una especie de aletas de pez en ambos lados del cráneo. Según ha explicado en una entrevista, no se considera completamente humano, al menos con el concepto de humano que aporta la biología. La ciencia está pasada de moda. El joven ha sentido desde niño una gran fascinación por la naturaleza, y en especial por el mundo marino, así que en cuánto sus conocimientos técnicos se lo permitieron, comenzó a diseñar un prototipo, combinando arte y tecnología, que le permitiese adquirir un nuevo sentido. El primer resultado fueron unas aletas que iban sujetas a una diadema, con las que podía sentir las vibraciones atmosféricas. Ahora, ha decidido dar un paso más allá e implantarse estas aletas directamente en el cráneo, al más puro estilo cyborg, para percibir sensaciones similares a las del mundo acuático.

Cada dispositivo es de silicona y pesa 500 gramos. Manuel de Aguas ha tenido que viajar a Japón para someterse a esta operación, ya que en las clínicas españolas rechazaron su petición. Ahora el joven ‘cyborg’, feliz de haber conseguido sus implantes, reclama la normalización de las cirugías transespecie en España. Las aletas están ya incrustadas en su cabeza y forman parte de su cuerpo. Llevan un microchip integrado que le permite sentir, entre el hueso y la piel, la humedad, la temperatura, la presión y las vibraciones. ¿Efectos secundarios? De momento ninguno, más allá de una irritación de la piel, que puede aliviar quitándose las aletas para dormir o bañarse.

El joven catalán ha explicado que forma parte de una asociación denominada Sociedad Transespecie, que se fundó en 2017 y reúne a integrantes que se caracterizan por tener algún tipo de dispositivo tecnológico integrado en su cuerpo. Uno de los objetivos de la organización es combatir el antropocentrismo de la actual sociedad que sitúa al ser humano en el puesto más alto de una supuesta jerarquía de especies. Una propuesta de lucha que llevan ostentando los veganos antiespecistas desde los tiempos de Leonardo da Vinci.

Pero además de transespecie habría que hablar del concepto de trashumano, ya que Manuel también se define a sí mismo como ‘cyborg’, es decir, un ser formado por materia viva y dispositivos tecnológicos.

Una corriente que tampoco es novedosa. En 2016 una joven británica llamada Lepht daba una entrevista a la BBC para explicar que se había hecho más de 50 implantes de chips e imanes a lo largo de ocho años para mejorar las características de su cuerpo y adquirir nuevos sentidos.