Marlaska reivindica el acto de destrucción de las armas de ETA

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reivindicado este jueves el «acto de gran simbolismo» que supuso la destrucción la semana pasada de las armas incautadas a ETA y el GRAPO en los últimos 30 años y permitió levantar «acta de la derrota del terrorismo».

Marlaska ha participado en el acto organizado con motivo del Día Europeo de Recuerdo de las Víctimas de Terrorismo, que en su XVII edición tiene Madrid como sede coincidiendo con el décimo aniversario de los atentados del 11-M y que ha estado presidido por la comisaria europea del Interior, Ylva Johansson. En él han estado presentes, además de víctimas y asociaciones de víctimas, el ministro del Interior portugués, Eduardo Cabrita, entre otros.

Ante ellos, el ministro ha resaltado que en el acto que se celebró en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro «se levantó acta de la derrota del terrorismo frente a la democracia española, la derrota de la violencia frente a la razón, la derrota de las balas frente a los votos».

Además, ha defendido Marlaska, «reivindicamos nuestro compromiso permanente con la reivindicación y dignificación de la memoria de sus víctimas», y, recordando las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto, ha subrayado que «no podemos recuperar las vidas que perdimos pero sí luchar contra la desmemoria para reparar el dolor y el honor».

En este sentido, ha adelantado que el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria se inaugurará «en próximas fechas» con el objetivo de «preservar y difundir los valores democráticos y éticos» que encarnan las víctimas.

Se trata, ha añadido, de «construir una memoria colectiva de las víctimas que ayude a defender la libertad y los Derechos Humanos frente a la agresión terrorista«. El futuro centro, ha agregado, encarna «la prioridad que no el Gobierno, sino el Estado, concede a la reivindicación de la memora democrática de las víctimas del terrorismo».

Por su parte, Johansson ha subrayado que «no todos somos víctimas pero todos podemos ser objetivo así que tenemos que luchar contra el terrorismo juntos». La comisaria europea ha encomiado el papel que están desempeñando muchas víctimas de terrorismo a la hora de concienciar y también de ayudar a combatir la radicalización e incluso a la reinserción de terroristas, elogiando su «valentía y resiliencia».

Asimismo, ha insistido en la necesidad de defender los derechos que tienen las víctimas de terrorismo a «recibir atención especializada, médica y psicológica, y asesoramiento jurídico lo antes posible y todo el tiempo que sea necesario», algo que «no siempre es fácil».

Johansson se ha referido en su intervención al terrorismo islamista, que «está en aumento», pero también a otras formas de violencia política y «nuevas amenazas» que también están aumentando, mencionando en particular la propaganda en internet y los esfuerzos para reclutar a jóvenes a través de las redes sociales.

Además, ha recordado los atentados registrados en Europa durante 2020 –diez en Francia, cuatro en Reino Unido, tres en Alemania y uno en Austria, el primero en su historia–. Fueron «atentados a nuestros valores, nuestra forma de vida, nuestra sociedad pero ustedes son los que pagaron por ello», ha señalado, dirigiéndose a las víctimas, a las que ha pedido su apoyo en la prevención. «No queremos que la gente se radicalice y que se pierdan vidas», ha aseverado.

El ministro portugués, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE, también ha tenido palabras de agradecimiento a las víctimas y ha reivindicado que «hay que hacer más para evitar» que se produzcan atentados con tanta frecuencia y ha llamado la atención sobre «las nuevas formas de violencia y extremismo».

A su vez, el ministro de Justicia francés, Eric Dupont-Moretti, que ha enviado un mensaje grabado, ha resaltado que los ataques del último año han sido contra la «identidad europea» y ha anunciado que Francia también tiene pensado abrir un museo en homenaje a las víctimas del terrorismo.

También han tomado la palabra víctimas de atentados o familiares de fallecidos en ellos. Uno de ellos ha sido Antonio Miguel Utrera, quien viajaba en uno de los trenes objeto de los atentados del 11-M y forma parte de un grupo de víctimas que recorre los institutos. «Entablar diálogo por la paz ante jóvenes que no han sufrido por la violencia es el mejor legado que podemos dejar», ha reivindicado.

Igualmente han contado su experiencia la alemana Shirley Zapf, que perdió a sus padres en un atentado en Estambul en 2016, el noruego Tor-Inge Kristoffersen, afectado por los atentados de Oslo de 2011 y la belga Debora Huyghe, que perdió a su hijo en los atentados de Bruselas en marzo de 2016.