Ghali aseguró al juez que la acusación en su contra es «injustificada»

El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, aseguró ante el juez de la Audiencia Nacional en su declaración vía videoconferencia del 1 de junio que la acusación de violaciones de Derechos Humanos que le atribuyen dos querellas presentadas en su contra es «injustificada» y busca «manchar» la «lucha del pueblo saharaui», si bien dejó claro a las autoridades españolas que no pensaba renuncian a la inmunidad diplomática.

Así consta en los audios adelantados este lunes por La Razón, en los que se escucha a Ghali insistir en que no es «ni torturador ni violador, sino un simple luchador por la dignidad y la soberanía e independencia» de su pueblo y de otros a los que pueda ayudar.

Ghali declaró aquel martes por videoconferencia desde el Hospital de San Millán-San Pedro (Logroño), donde se encontraba ingresado por complicaciones derivadas de la COVID-19 desde el pasado 18 de abril. Había sido citado por una querella formulada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) y por otra presentada por el activista saharaui Fadel Breica.

TIENE MUCHO TRABAJO COMO PARA SEGUIR AL DENUNCIANTE

En el marco del interrogatorio, el líder polisario subrayó que las acusaciones en su contra «no tienen ninguna base» y que tiene «mucho que hacer como jefe de Estado» y «como presidente de la República» para dedicarse a «seguir los problemas de un individuo de la sociedad saharaui», en referencia a Breica.

Ghali defendió ante el magistrado instructor que «la lucha más limpia que se ha librado hoy es la lucha del pueblo saharaui» y que por eso «quieren manchar con acusaciones que hoy en día atraen la atención de la opinión pública».

«Ni el pueblo saharaui ni el Frente Polisario ni yo mismo hemos actuado (así). Todo lo contrario, hemos luchado limpiamente y continuamos nuestra lucha», dijo en referencia a las presuntas torturas que le atribuyen.

En este sentido, negó explícitamente haber ordenado amenazas o malos tratos a Breica o a prisioneros en los campamentos de Tinduf (Argelia) durante su etapa como ministro de Defensa, entre 1975 y 1990.

Ante las preguntas del juez Santiago Pedraz, Ghali dejó claro que «de ninguna manera» estaba dispuesto a renunciar a su supuesta inmunidad diplomática en calidad de jefe de Estado de la República Árabe Saharaui Democrática.

El líder del Frente Polisario salió de España rumbo a Argelia al día siguiente de prestar declaración, durante la madrugada del 2 de junio. El juez decidió dejarle libre sin medidas cautelares al no ver indicios de delito en su contra.

ARCHIVADA UNA QUERELLA

El pasado 29 de julio, el magistrado instructor acordó el archivo de la querella de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) contra Ghali por delitos de genocidio en relación con hechos presuntamente cometidos contra miembros del pueblo saharaui entre 1975 y 1990, al considerar que hay una «manifiesta insuficiencia» de indicios que apunten a que participó en las presuntas torturas.

ASADEDH ha recurrido la decisión del juez de archivar su querella contra Ghali, insistiendo en que es culpable de un delito de genocidio «imprescriptible» por cuanto habría participado en torturas a los detenidos en las cárceles de Tinduf entre los años 70 y 90 que se enmarcarían en un plan de «destrucción física» de esta población.

La asociación no solo solicitó a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que reactivase su querella contra Ghali, sino que acordara «ordenar su busca, captura e ingreso en prisión, cursándose las oportunas órdenes internacionales de detención contra el mismo para su ulterior extradición».

Pedraz tiene en sus manos una segunda querella contra Ghali. Se trata de la presentada en 2020 por Breica por las torturas que habría sufrido en los campamentos de Tinduf en 2019. De acuerdo con el activista, al llegar allí agentes del Frente Polisario le amenazaron para que se fuera pero, lejos de hacerlo, organizó protestas, siendo arrestado y trasladado a centros de detención clandestinos donde habría sufrido golpes y descargas eléctricas, entre otras prácticas.

Hay que tener en cuenta además que la querella presentada por ASADEDH se ha archivado para Ghali, pero sigue viva para los demás querellados: más de una veintena de agentes del Frente Polisario y cuatro militares argelinos.