Mejor depuración en Madrid y optimizar trasvase, recetas de Ribera en favor del Tajo

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Teresa Ribera, ha apuntado a mejorar la depuración de las aguas de la Comunidad de Madrid para proteger el curso medio del Tajo, receta a la que ha sumado la ya enunciada «optimización» del trasvase Tajo-Segura y una mayor en infraestructuras en Levante para sacarle más partido al agua que llega «sin tener que estar pendiente» de lo que ocurra en la cabecera.

A preguntas de los medios tras visitar el toledano barrio de Azucaica tras las últimas tormentas, Ribera ha insistido en que tiene la impresión de que «el problema más serio que tiene el Tajo» a su paso por Toledo, más allá de los trasvases, es la mala depuración y la calidad del agua en Madrid.

Por ello, ha dicho, se está trabajando para una «correcta adecuación de la depuración de Madrid» y el vertido al río Jarama, afluente del Tajo antes de pasar por la provincia de Toledo.

El trasvase, ha dicho, «es otra cuestión importante» pero tiene más que ver con el volumen del agua que con su calidad. «Pero el elemento de calidad más relevante son las condiciones en las que el río Jarama vierte al Tajo», ha afirmado.

REDEFINIR CAUDALES ECOLÓGICOS

Como solución, ahora aboga Ribera por atender a las sentencias judiciales y «redefinir los caudales ecológicos», estrategia para la que ya hay propuesta elevada a información pública.

Otra cosa, ha dicho, «es qué volumen es trasvasado y cuáles son los ritmos temporales de esos trasvases», algo que es «mejorable» y sustenta la razón por la que se han modificado a la baja algunas de las reglas de explotación del acueducto.

Todo con el objetivo de «garantizar un buen estado del Tajo en todos sus tramos», ya que «es importante respetar una regla tan esencial que ya ha acarreado el disgusto de ver sentencias en contra». El Tajo es, asegura Ribera, el único gran río de España «que no tiene caudal ecológico definido».

DISMINUIR «PROGRESIVAMENTE» EL AGUA A TRASVASAR

El Ministerio que dirige Teresa Ribera cree, según ha indicado su titular, que es «más fácil disminuir progresivamente la cantidad de agua trasvasada para asegurar con más claridad la disponibilidad de agua en cuencas cedentes».

Eso ayudaría en Levante a no tener que «confiar mayoritariamente a una única» fuente. En este punto, y tal y como dijo ayer en Alicante, ha argumentado que el discurso pasa por que «es capital que no sólo se piense en el trasvase» para conseguir recursos en el este del país.

«El volumen de agua disponible cambia y podemos ver episodios de poca o mucha agua, pero se observa una constante disminución de cantidad disponible en el Tajo», ha alertado, proponiendo explorar «otras aportaciones de agua» como la procedente de la desalación, la reutilizada o la que se consiga a base de ahorro favoreciendo «un reparto eficiente que permita acceder al agua a todos los rincones de la cuenca receptora», algo que ahora «no ocurre».

De este modo, las recetas de Ribera pasan por conseguir que Madrid «sepa que hace una aportación importante al Tajo» y mejore su depuración; optimizar la gestión del volumen trasvasable «por razones obvias de equidad»; e invertir en infraestructuras de seguridad «aguas abajo para no tener que estar pendiente de lo que ocurra» aguas arriba.

«Estas cuestiones hay que trabajarlas, y gracias a los fondos europeos tenemos muchos recursos que nos van a permitir acometer la mayor inversión en infraestructuras hídricas que se ha hecho nunca. Es fundamental agilizar al máximo respetando el contexto en el que nos movemos», ha rematado Ribera, añadiendo que el agua es «un bien precioso para todo el mundo, no sólo por razones ecológicas, sino también por calidad de vida en hogares, por su ventaja paisajística y por ser un bien cultural de primer orden».