Génova espera un «gesto» de Enrique López en apoyo a Casado a cambio de hablar de ministerios

El consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, Enrique López, está en una situación complicada. Aún así, en Génova ya han dejado caer que Pablo Casado le reserva un papel importante para su Gobierno siempre que consiga hacerse con el sofá de la Moncloa. La idea que sopesa el equipo de Casado es la de convertir a López en ministro de Justicia en la nueva legislatura para cerrar el ciclo y pagar las deudas que el partido tiene con él. Enrique López lo sabe y quiere mantener un perfil discreto hasta que se celebren las elecciones. El problema es que la guerra del Partido Popular de Madrid debilita su posición de cara a ambas administraciones dado el delicado puesto que tiene. Por un lado, intenta mantenerse intacto en una administración en la que ven como un espía fiel a Casado. Y por otro, Génova le mantiene en una situación complicada dado que si no facilita información sobre los pasos que da la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, podría peligrar su futuro puesto prometido. Entretanto, López es el popular más vigilado del partido.

Génova ha deslizado ya más de una vez a Enrique López que el equipo del partido cuenta con él para gestionar el Ministerio de Justicia en caso de que gane las elecciones. Pero a cambio, el PP quiere resultados. La guerra del Partido Popular de Madrid empieza a rozar el ridículo por su evidencia. En la manifestación de policías por la derogación de la ley mordaza de la semana pasada quedó evidenciado que el equipo de Teodoro García Egea se había esforzado hasta por no incluir a Ayuso como dirigente popular que participaría en la protesta. Al mismo tiempo, Casado se esforzó en no coincidir con Ayuso y todo esto dejó un panorama desolador a quienes ven cómo el PP se hunde en un enfrentamiento interno que no aporta beneficios a nadie. Y en medio de esta guerra está Enrique López, fiel al presidente del PP y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, los dos contendientes.

El problema es que, tal y como deslizan fuentes solventes del partido, desde la cúpula se espera mucho más que una postura equidistante

Génova le ha prometido a Enrique López un puesto importante y los pagos en forma de puesto en el Tribunal Constitucional a Enrique Arnaldo y de futuro vocal en el Consejo General del Poder Judicial a Alejandro Abascal, el magistrado con más proyección dentro del Partido Popular. Estos pasos dados por el presidente del partido han seducido a López que ve que sí es posible conseguir algo más. El problema es que, tal y como deslizan fuentes solventes del partido, desde la cúpula se espera mucho más que una postura equidistante por parte de López. Quieren un plano detallado de los movimientos de Ayuso y, llegado el momento, una declaración expresa de que apoya al líder menos consolidado de la historia del partido. Eso o algún que otro «gesto» que indique que apoya a Casado por encima de los demás.

El conocido magistrado se cree que pueda ser el próximo ministro de Justicia. Lleva tiempo esperando su momento y solo Alberto Ruiz Gallardón le adelantó por la derecha en su momento. Sin embargo, sabe demasiado y se ha convertido en un peso pesado del partido, algo que debería valerle un puesto clave en el hipotético Gobierno del PP. A su favor tiene que desde Vox le ven casi más como uno de los suyos dado su historial ideológico y dado que mantiene buena relación con buena parte de los pesos pesados del partido de extrema derecha. Lo tiene todo a favor, solo que Génova espera más de él en un momento clave como el congreso del Partido Popular de Madrid.

Génova quiere boicotear las aspiraciones de Ayuso. Entienden que la presidenta quiere utilizar la presidencia del PP de Madrid como un «trampolín» para llegar a usurpar la presidencia del partido a nivel nacional y saben que, en caso de que el líder no consiga la Moncloa, Ayuso dará un paso al frente para hacerse con el control del Partido Popular. En este punto, Génova espera más de Enrique López dado que tiene una posición dominante en la administración de Ayuso y dado que mantiene buena relación con Miguel Ángel Rodríguez, el omnipresente jefe de gabinete de la presidenta autonómica.

El entorno de López asegura que no ha dicho ni dado ningún paso en una dirección u otra. Sí que aseguran que se mantiene conectado con Génova vía Whatsapp y vía Telegram (además de alguna comida que otra en reservados) pero insisten en que de momento intenta hacer malabares con los dos contendientes para no quemarse. Sería un mal negocio que, tras años esperando un pago por sus servicios, una guerra inesperada como la del PP de Madrid hundiera todas las expectativas de convertirse en ministro de Justicia.

Desde Génova aseguran que Enrique López se muerde la lengua en más de una ocasión, pero se muestran absolutamente convencidos de que es leal a la cúpula del partido porque entienden que le pueden ofrecer más que Ayuso. En Sol, entretanto, tienen a López vigilado y en cuarentena no vaya a ser que se convierta en un «espía» que perjudique los intereses de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Mucha vigilancia y poco movimiento, deslizan fuentes de la Comunidad. Pero esto cambiará tan pronto como se acerque el congreso del PP de Madrid.