El Gobierno quiere vivos los ERTE lo que resta de legislatura para evitar bombas de paro

Los ERTE se acaban. O al menos es lo que creen muchas empresas y parte del Gobierno. Sin embargo, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, está buscando una solución para no presentarse a las elecciones generales con el miedo a que estalle una bomba informativa que anuncie un aumento de las cifras de desempleados. Los países del sur de Europa (España, Italia, Bélgica, Grecia y Portugal) han enviado una carta a la Comisión Europea en la que piden directamente a Bruselas que el conocido como fondo contra el paro SURE, el cual sirve para financiar las prestaciones que cobran los trabajadores en ERTE, sea permanente. Todo esto responde a que la pandemia aún seguirá dando coletazos y el Ejecutivo no se puede permitir el lujo de «liberar» a quienes aún dependen del subsidio para que marchen directos a las colas del paro. Sánchez irá a las elecciones sin sorpresas. Y si para eso hay que ampliar los ERTE dos años, se hace.

Esta noticia no será del todo bien recibida por los trabajadores que aún permanecen en ERTE, pero lo cierto es que hay sectores, como el de la aviación, que aún no han remontado porque la pandemia sigue muy vigente y ha frenado el turismo en seco. Los españoles quieren trabajar (en su mayoría), pero eliminar esta red de seguridad ahora podría llevar a muchas empresas a la quiebra y sobretodo engrosar las listas del paro frenando la buena racha que lleva la EPA desde que la vacunación empezó a calar en la sociedad. Esto es lo que quiere evitar Sánchez y por eso se ha sumado al resto de países del sur para ampliar los ERTE de forma indefinida. Aunque a él le valga con que se los paguen hasta las próximas elecciones de noviembre de 2023.

En la carta enviada a la Comisión Europea, se dice que es necesario mantener de forma permanente esta prestación «para dar una respuesta adecuada y sostenida a futuros desequilibrios socioeconómicos y su impacto en el empleo”. España, Italia, Bélgica, Grecia y Portugal quieren una financiación express de los ERTE que mantengan vivas con asistencia a las empresas y a los trabajadores en una situación incómoda (aunque con un salario) hasta que la pandemia haya desparecido definitivamente. La razón por la que el PSOE lo quiere, según detallan las fuentes, es porque Sánchez no quiere unas elecciones con anuncios negativos para su candidatura. Y menos asuntos como el paro, dado que pretende que sea su principal argumento para defender lo bien que ha gestionado la pandemia y la recuperación económica. Que acaben los ERTE en febrero sería una mala noticia para el Ejecutivo dado que hay empresas que aún no disponen de la demanda suficiente como para sobrevivir.

¿Hasta cuándo los ERTE?

La incógnita siempre ha estado ahí. ¿Hasta cuándo los ERTE? El problema es que las variantes como ómicron y la permanente presencia del virus en nuestras vidas hacen que ver la luz al final del túnel sea bastante complicado. Y más para empresas como las aerolíneas u otras que dependen íntegramente del turismo. Sánchez entiende que no debe ser muy complicado solicitar a Europa que la financiación para quienes están de ERTE sea permanente. O al menos que aguante hasta noviembre de 2023, que están las elecciones. El paro es una de las obsesiones del PSOE dado que se han dado buenas cifras de recuperación desde que la vacunación avanzó ya hora quieren que éste sea el argumento a esgrimir en la campaña.

Sánchez quiere seguir financiando los ERTE con el fondo SURE, una bolsa europea de 100.000 millones de euros que se creó como una herramienta para pagar la reducción de jornada de los trabajadores. Hasta ahora, se ha aprobado un total de 94.300 millones de euros en concepto de ayuda financiera a 19 Estados miembros, de los cuales se han desembolsado 89.600 millones de euros.

España ya está en la rampa de salida y ha hecho los deberes para recibir dinero de Europa, pero lo cierto es que ahora Sánchez quiere evitar que le estallen problemas como un aumento de la cifra de desempleados. Junto con esto, el presidente del Gobierno está obsesionado con que bajen el precio de la energía y del combustible. La otra obsesión del Gobierno es la de que el IPC se contenga como poco y no se dispare un 5%, tal y como ha hecho en noviembre empujado por el coste de la electricidad, de la gasolina y del diésel. Sin embargo, este último punto no depende tanto de la capacidad de maniobra del Ejecutivo, sino de los precios que tienen el gas o el barril de brendt en el extranjero.

Sea como sea, habrá ampliación de los ERTE, tal y como deslizan desde el Ejecutivo, y además también se buscará la forma de que se mantenga vigente esta red de protección lo que resta de legislatura. Lo que tiene claro el presidente es que hará todo lo que esté en su mano para que el viento sople a favor en 2023. Y si para eso hay que ampliar los ERTE de forma indefinida, se hará.