Los etarras Mikel Carrera y Miren Zaldúa comparecen por el asesinato de dos ertzainas en Beasain

Los ex miembros de ETA Mikel Carrera Sarobe, alias ‘Ata’, y Miren Zaldúa declararán este jueves como imputados en la Audiencia Nacional por su presunta participación en el asesinato de dos agentes de la Policía Autónoma Vasca hace 20 años en Beasain (Guipúzcoa).

El magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción Número 6, Joaquín Gadea, les imputó el pasado mes de noviembre tras recibir un informe de la Guardia Civil que pone de manifiesto el progreso en técnicas criminalísticas relacionadas con la identificación mediante ADN que permite, en este momento, avanzar en el esclarecimiento de los asesinatos de los ertzainas Ana Isabel Arostegui y Francisco Mijangos Martínez.

Según la investigación, fueron asesinados a las 19.15 horas del 23 de noviembre de 2001 en la localidad guipuzcoana por dos personas que «se les acercaron por detrás y les dispararon a bocajarro». La acción fue reivindicada por ETA días después mediante un comunicado publicado en el diario francés ‘Le Journal’.

Los investigadores han determinado, gracias a testigos presenciales, que en el asesinato habrían participado un hombre y una mujer de entre 25 y 30 años que llevaban «gafas de montura gruesa, guantes y ropa de abrigo».

Gadea estimó que existen «indicios de singular fuerza incriminatoria» contra los dos ex etarras que hacen «necesario, útil y pertinente» su interrogatorio como investigados en sede judicial.

En concreto, apuntó que «el ADN de Carrera Sarobe ha sido localizado en unos guantes que se encontraban en la misma bolsa junto con varios casquillos percutidos por el mismo arma utilizada para el asesinato de los dos agentes».

En segundo lugar, señaló que «ambos eran integrantes del mismo comando de ETA ‘Basajaun’ y se les atribuye la autoría de un asesinato con un ‘modus operandi’ idéntico al del asesinato de Beasain».

COTEJO DE HUELLAS Y ADN

El juez de refuerzo también accedió a otra de las diligencias interesadas por la Guardia Civil, encargando un nuevo cotejo de las evidencias (huellas y ADN) de Carrera y Zaldúa, así como «de las restantes personas a las que se ha realizado este cotejo en este procedimiento».

Los rastros encontrados en el marco de las pesquisas han sido comparados con muestras biológicas obtenidas de 36 miembros de ETA que habrían estado operativos en la época del atentado, de acuerdo con la información policial disponible.