El jurado declara culpable de asesinato al hombre que degolló a su hermana en Mancha Real

El jurado ha declarado por unanimidad culpable de asesinato al hombre de 53 años que en septiembre de 2020 degolló a su hermana, de 52 años, con una sierra de podar tras abordarla en una calle de Mancha Real (Jaén). Lo hizo a plena luz del día, abordándola por detrás y saltándose la orden de alejamiento que tenía en vigor y que le prohibía acercarse a la fallecida.

Después de cuatro días consecutivos de juicio, con sesiones de mañana y tarde, finalmente el jurado ha tomado su decisión en menos de siete horas de deliberación desde que le hizo entrega del objeto del veredicto. Se da la circunstancia de que el covid también había hecho acto de presencia entre el jurado y ya había habido que recurrir a los dos suplentes para cubrir las bajas de dos miembros contagiados.

El jurado ha declarado al acusado culpable de asesinato con alevosía, ensañamiento y con el agravante de parentesco. Asimismo, se le ha declarado culpable de quebrantamiento de medida cautelar, de un delito de amenazas, dos delitos leves de lesiones y otro de atentado contra los agentes de la autoridad.

Francisco Manuel del Águila, abogado de la acusación particular en representación de la madre y las hermanas de la fallecida, ha mostrado su satisfacción tras escuchar el veredicto y comprobar que el jurado le ha condenado por todos los delitos por los que se le acusaba.

«No le podemos devolver la vida a Manoli, pero se ha hecho justicia», ha indicado Del Águila tras conocer un veredicto fruto de «un intenso trabajo jurídico de muchos meses» y que viene a «equilibrar la balanza de la justicia, aunque siempre con la pena de que ella ya no está entre nosotros».

El primer día de juicio, el acusado, L.M.P., lamentó ante el jurado lo ocurrido y lo atribuyó todo al consumo de alcohol y drogas que le llevaron a «no saber gestionar» los problemas que tenía con su familia y especialmente con su hermana Manuela, que acabó degollada con un serrucho de podar.

El acusado, que solo aceptó responder las preguntas de su defensa, señaló que el día en que ocurrieron los hechos había ingerido alcohol, cannabis y cocaína por lo que cuando vio a su hermana por la calle sintió «un estallido en la cabeza», al tiempo que se le aceleró el corazón y se le disparó la ansiedad.

Es lo que venía sosteniendo su defensa, que el acusado sufrió un arrebato e hizo lo que hizo porque era víctima de un trastorno mental transitorio, algo que ya rechazó la forense psiquiátrica que examinó a L.P.R. y que también ha descartado el veredicto. Según la perito forense el relato «detallado» que ofreció el acusado sobre lo que había ocurrido es incompatible con un trastorno mental transitorio.

Por su parte, las hijas de la víctima pidieron justicia al jurado, mientras que testigos presenciales relataron cómo vieron al acusado encima de la víctima «serrándole» el cuello y sin que ésta pudiera defenderse ya que la tenía «inmovilizada» en el suelo.

Todos los testigos presenciales señalaron que el acusado abandonó el lugar del crimen en su propio coche y que en ningún momento presentaba signos de estar bajo los efectos del alcohol o las drogas. También los guardias civiles que lo detuvieron en el cuartel rechazaron a simple vista que el acusado estuviera bebido o drogado y sus declaraciones han servido para que el jurado también lo haya rechazado.

«Que se haga justicia con mi madre y que podamos vivir tranquilos y seguir con nuestra vida», fueron las palabras de Ana, una de las tres hijas de la fallecida. Sus hijas coincidieron en que su madre vivía «atemorizada» por «el miedo» que le tenía a su tío. Ana lamentó que a pesar de las múltiples denuncias interpuestas contra él y de tener en vigor una orden de alejamiento de su madre, «la justicia falló» y se cumplieron las amenazas.

También la madre del acusado y de la víctima declaró ante el jurado. A sus 88 años dijo que su hijo para ella ya está muerto y enterrado. «Ya lo enterré, para mí está muerto. Ya no lo quiero ni muerto ni vivo», dijo al jurado.

Las forenses señalaron que la agresión se produjo por detrás y que su muerte tras cortarle el cuello con una sierra de podar fue «agónica» y siendo «consciente» de lo que le estaba pasando.

Asimismo, en su declaración descartaron que la muerte se pudiera producir de una manera accidental como mantenía la defensa ya que el tipo de herida que presentaba — 14 centímetros de largo y 3,5 de ancho– requería «mucha fuerza» y también presión para llegar a la profundidad que llegó.

Los hechos sobre los que ya se ha emitido veredicto tuvieron lugar el 25 de septiembre de 2020 cuando tras reiteradas denuncias de la fallecida contra el acusado, a plena luz del día, el acusado abordó a su hermana y la degolló con el serrucho de podar las ramas de los olivos.

El fiscal y las acusaciones particulares han venido sosteniendo que lo hizo «abalanzándose sobre ella súbitamente por detrás, aprovechando de este modo para cogerla y ponerle el serrucho en el cuello por delante» y eso es lo que ha contemplado el jurado en su veredicto.

También sostenían que en el momento de los hechos el acusado «tenía intactas sus facultades para comprender sus actos y la voluntad para decidir» y así lo ha considerado el jurado. El Ministerio Público no contemplaba el ensañamiento, pero sí lo hacían las dos acusaciones particulares y así lo ha recogido el jurado.

Tras matar a su hermana, el acusado se dirigió al cuartel para entregarse, aunque también allí se enfrentó a los agentes, extremo éste que también rechazó el acusado en su declaración ante el jurado, pero que se ha considerado probado por el tribunal popular.

Una vez emitido el veredicto, al que se ha dado lectura en presencia del acusado, coma marca la ley, las acusaciones particulares han ratificado su petición de 32 años de prisión, a lo que se ha adherido el Ministerio Fiscal, que inicialmente pedía 27 años de cárcel. Por su parte, la defensa ha pedido que las penas que se le apliquen sean en su grado mínimo.

El jurado también se ha pronunciado contrario a la solicitud de indulto. Una vez emitido el veredicto será la magistrada presidenta la encargada de dictar sentencia e imponer la pena de prisión correspondiente, además de fijar las cantidades en concepto de indemnizaciones por responsabilidad civil.