Feijoo se niega a repescar cargos de la Xunta para el nuevo PP y busca en la vieja guardia de Mariano Rajoy

El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, ha dejado el partido en su tierra algo desarbolado. Desde que anunció su candidatura a la presidencia del Partido Popular, en Galicia intentan organizarse como pueden para mantener la formación «intacta». El problema es que Feijoo no está preocupado por lo que pase en una autonomía que ya forma parte de su pasado. El presidente gallego está repescando altos cargos del PP que debieron, a su juicio, tener protagonismo tras la salida de Rajoy y que fueron enterrados por el tsunami sorpresa de Pablo Casado. Esteban González Pons, eurodiputado popular, es el encargado de formar un equipo nuevo para Feijoo del que no formará parte ningún viejo cargo de la Xunta. Mientras en Galicia el PP se ha visto sumido completamente en el caos por la falta de liderazgo, Feijoo ya mira hacia el futuro.

Aún nadie tiene claro quién será el sustituto de Feijoo. Ni Alfonso Rueda, ni Diego Calvo ni ningún otro han recibido directamente la orden de estructurar el partido. Feijoo ya mira hacia el futuro y solo ha llamado a un peso pesado del PP, González Pons, para que le ayude a montar el nuevo Partido Popular que se batirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las elecciones. De la vieja guardia del PP solo sobrevivirán unos pocos, como es el caso de Antonio González Terol, Ana Pastor o Dolors Montserrat, pero el resto no tendrán opción de llegar a cargos potentes en la formación. Llama la atención, sin embargo, que Feijoo no tenga intención de llevarse a nadie del PP de Galicia. La idea del presidente de la Xunta es contentar una formación nacional fichando a personalidades de todos los puntos del país.

González Pons es un viejo conocido del PP. Será previsiblemente el próximo secretario general del Partido Popular si es que Feijoo es capaz de ganar la presidencia. Hay dudas sobre si mantendrá a Cuca Gamarra, la diputada que lleva el control de la nave nodriza del partido hasta que se celebre el congreso de Sevilla. Pero lo que queda claro es que de la vieja guardia de Casado pocos sobrevivirán y que del equipo que aupó al presidente gallego a la presidencia de la Xunta no se llevará a ninguno para el PP nacional. Se trata de un proyecto nuevo y Feijoo quiere escenificarlo con caras nuevas.

Aquellos que estuvieron en el retiro espiritual del exsecretario general del Partido Popular Teodoro García Egea en el puente de la Constitución en el hotel Santo Mauro están todos señalados. No porque se pagara con fondos del partido un guateque organizado por Teodoro, sino porque representan la vieja guardia de Casado. La idea de Feijoo es partir de «cero», aunque quienes lleven el PP sean caras relativamente conocidas. Y ese cero implica no pescar ni en Galicia ni en el equipo de Pablo Casado.

Por el momento, Feijoo no ha repartido cargos. Fuentes del PP insisten en que lo único que se sabe a ciencia cierta es que Galicia se ha convertido en un lugar caótico dado que no está clara la sucesión. Hay quejas en el PP gallego porque entienden que el presidente autonómico debería implicarse más en los problemas que ahora inundan su tierra. Pero lo cierto es que, para empezar, la candidatura de Feijoo y los pasos para derrocar a Casado se han llevado con total opacidad incluso para su propio equipo. El probablemente próximo líder del PP no ha querido soltar prensa y se ha movido al margen de los suyos. Y ahora parece que le importa poco quién coja la vara de mando en Galicia.

González Pons es un reconocido pacificador que conoce el partido como la palma de su mano

Hasta ahora, Feijoo solo ha lanzado un guiño al eurodiputado González Pons, un reconocido pacificador que conoce el partido como la palma de su mano y que ha conseguido mantener las siglas presentes incluso en Bruselas. Su perfil, cuentan las fuentes, es justo lo que necesita el Partido Popular porque viene de una guerra interna que ha dejado muchas cicatrices. Y González Pons es el perfecto para «pacificar» un PP en guerra.

La idea, en resumen, de Feijoo es repescar a todas las viejas promesas del Gobierno de Mariano Rajoy. Lo que busca el presidente de Galicia es coser las heridas que ha dejado abiertas la guerra interna del Partido Popular con caras conocidas que tenían más que dar y que fueron enterradas por el tsunami de las Nuevas Generaciones, un periodo que ya parece un paréntesis en la historia del Partido Popular. Ana Pastor o Dolors Montserrat son dos pesos pesados que tendrán mucho que decir en el PP de Feijoo. El gallego necesita amigos que conozcan bien el partido y que no estén señalados por la guerra interna. Y ellas dos, ambas exministras de Mariano Rajoy, tienen mucho más que ofrecer.

Sobre la línea ideológica a seguir, González Pons y Feijoo en tándem ya han dejado claro que no buscarán seducir a la derecha del partido. Por supuesto, mantendrán su perfil conservador, pero quieren diferenciarse de Vox a toda costa y el eurodiputado, para hacerlo, ya ha calificado a los de Santiago Abascal de «extrema derecha». Parece que Feijoo y González Pons ven con buenos ojos la estrategia llevada por Casado, solo que con matices. Una estrategia que no comparten perfiles como el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.