Las niñeras de Montero se multiplican, desde la jefa de prensa a Arévalo pasando por la escolta

Irene Montero tiene un séquito de niñeras a su disposición. La ministra de Igualdad ha utilizado a su antojo a distintas trabajadoras para que hicieran de niñeras. Y es que, parece que Montero tiene mucha facilidad para encontrar a quien cuide de sus hijos entre las filas de Unidas Podemos. O, le echa mucha cara y delega la tarea de ocuparse de los menores en los miembros de la formación morada. Así, desde la jefa de prensa a Arévalo pasando por la escolta, todas ellas en algún momento han hecho de niñeras para la titular de Igualdad y se han ocupado de los hijos de esta. Parece que a Montero se le hace difícil o casi imposible conciliar la vida laboral como ministra de Igualdad con la familiar como madre de tres hijos.

La ministra se echa en brazos de los integrantes de Podemos para que le ayuden con sus pequeños. Y es que, parece que se están multiplicando y cada son más los que la han apoyado en esta tarea. Eso sí, siempre son mujeres las que se quedan al cuidado de los menores cuando la titular de Igualdad no puede. Y todas ellas con cargos dentro de la formación que actualmente dirige Ione Belarra. La que fuera jefa de prensa Unidas Podemos, Gara Santana, según se ha dado a conocer, también realizaba trabajos que iban más allá de sus competencias en el ámbito de la prensa de la formación. De esta forma, Santana ejercía de ‘babysitter’ para Montero, cuando pertenecía a la formación. Ahora, Santana ya no es ni niñera ni jefa de prensa de Unidas Podemos, sino que forma parte de LUH NOTICIAS, el medio de noticias que dirige Dina Bousselham, exasesora de la formación morada. En dicho medio ostenta el cargo de jefa de redacción.

Las ‘babysitter’ de montero se multiplican

Gara no es la única que desempeñaba un doble trabajo. Teresa Arévalo es bien conocida como una de las niñeras de Montero. Esta albaceteña, fue diputada por Podemos-En Comú Podem-En Marea en la pasada legislatura, hasta que la debacle electoral del 28-A le dejó sin acta. Ha formado parte del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, el máximo órgano del partido ‘morado’.

Después de conseguir un escaño en 2016, desempeñó algunos cargos en vocalías, hasta que Irene Montero la nombró jefa de su gabinete. Según apunta el escrito remitido al juez del caso Neurona, al nacer en agosto la menor de la pareja se habría hecho cargo entonces de la pequeña en la campaña en calidad de niñera. Con la llegada al Gobierno en enero de 2020 de Iglesias y Montero, esta la promovió a la Secretaría de Políticas de Cuidados, cargo que la catapultaba a la Ejecutiva morada. También recibió un puesto en el Ministerio de Igualdad en calidad de jefa de gabinete adjunta.

Cerrando el séquito de ‘babysitters’ está Elena González. Ella fue escolta de Irene Montero, aunque muchas veces hacía de recadera de la ministra, así como de cuidadora de sus hijos. Y es que, según ella misma reveló tanto Montero como Pablo Iglesias, la «utilizaban» para tareas más allá de las propias de un escolta. Desde realizar la compra, hacer de chófer de otros empleados e incluso mantenimiento de las propiedades de estos. Unas competencias que traspasaban las labores por las que había sido contratada.

La ministra es tendente a usar su capacidad de contratación con dinero público para su propios intereses personales y familiares. Una cuestión que no ha pasado inadvertida para un político de la Cámara Baja, quien opina que es necesario que la titular de Igualdad se pronuncie sobre los hechos. Por eso, el diputado del Grupo Mixto, Pablo Cambronero, ha decido preguntar al Gobierno por esta cuestión a través de una pregunta presentada en el Congreso de los Diputados. Además, también ha solicitado saber si, ante la «gravedad» de la situación, va a ser cesada o si va a dimitir como ministra de Igualdad.

Montero, acérrima defensora de los derechos de la mujer y del feminismo, ha utilizado a distintas mujeres para que cuiden de sus hijos. Así, parece que la igualdad que promueve la ministra es más de palabra que de hechos, más del todos, todas y todes. Y es que, la política cuenta con un auténtico coladero de dedazos, un puesto de relevancia como modo de saldar cuentas, como forma de «agradecimiento» por hacer de niñera de sus hijos. Estos hechos han demostrado que la ministra es incapaz de conciliar su vida como ministra de Igualdad con la de madre.