La llegada del juez Alejandro Abascal al caso del hermano de Ayuso dispara la tensión en Sol

El caído presidente del Partido Popular Pablo Casado sigue poniendo los pelos de punta en el entorno de Isabel Díaz Ayuso. La tensión se ha disparado en la Comunidad de Madrid tras conocerse quién será el juez de garantías en la investigación de la Fiscalía Europea sobre el contrato de compra de mascarillas por el que Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta autonómica, cobró una comisión. Alejandro Abascal, juez de la Audiencia Nacional, se encargará de vigilar un proceso que hizo caer a su amigo Casado. Tal es la amistad que une al magistrado con el político que incluso se habló de que Abascal sería, a corto plazo, vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del Partido Popular y, a largo plazo, ministro de Justicia. No había techo para Abascal con un Casado en la Moncloa. Pero su caída ha dejado al juez sin apenas opciones.

La tensión en Sol está por las nubes. Tal es el ambiente, que el todopoderoso jefe de gabinete de Ayuso ha dado la orden interna de no hacer excesivo ruido mediático. Miguel Ángel Rodríguez no quiere hacer ningún movimiento interno antes de saber qué repercusiones tendrá la comisión que cobró el hermano de la presidenta. Hablamos de una comisión que está siendo investigada en Europa y en Anticorrupción y de la que todavía no se conocen las consecuencias que tendrá a medio plazo. El problema es que a la tensión natural que hay en la Comunidad de Madrid por la investigación del cobro, hay que añadir que un amigo de Casado estará con voz y voto en todo el procedimiento judicial. Unas noticias que no han hecho gracia en Sol.

El pasado 18 de marzo llegó a la Audiencia Nacional el conocido como decreto de la Fiscalía Europea en el que se anunció que se abrían diligencias para investigar ese contrato. Tras esto, desde Europa han solicitado al tribunal que nombrara un juez de garantías. Y el elegido ha sido el titular del Juzgado Central de Instrucción número 1: Alejandro Abascal.

Desde la Comunidad de Madrid se muestran inquietos. No es una buena noticia tener a alguien en la investigación a quien han truncado su carrera política. Abascal contaba con el total apoyo de Génova (de la Génova de entonces) para convertirse en vocal del CGPJ. Pero no solo eso. Algunos en el PP ya aseguraban que, si Casado llegaba a la Moncloa, este magistrado sería el próximo ministro de Justicia. Sin embargo, el potencial de Abascal cayó con Casado y ahora se ha quedado en lo que era: un juez más. Desde Sol se muestran especialmente incómodos con esta situación porque son conscientes de que Abascal mantiene aún una relación de amistad con Casado. Lo que está claro es que no pasará ni una. Y no hay nadie en la Comunidad de Madrid que a día de hoy ponga la mano en el fuego por el hermano de la presidenta.

Ayuso
Isabel Díaz Ayuso y su hermano, Tomás.

Por supuesto, la esperanza de Sol va en consonancia con la versión oficial que promulgan. «Es legal», se repiten una y otra vez en los pasillos de la Comunidad de Madrid. Pero ya hay quien considera «excesivo» el importe total de la comisión que se llevó Tomás por intermediar en la compra de un lote de mascarillas y hay quien insisten en que es ahí donde podrían llegar los problemas legales. Sea como sea, que Abascal sea el garante de que el procedimiento se haga de forma correcta no es algo que agrade en Sol pese a que hay quien insiste en que será vocal independientemente de que Casado haya abandonado el barco.

La peculiaridad de Abascal era que su relación con el Partido Popular se limitaba a Casado. Eran amigos. Pero no solo ellos mantenían trato, también sus familias. La buena relación entre ambos era algo muy comentado en Génova hasta el punto de que se situó a Abascal como el futuro ministro de Justicia. El trato directo entre Abascal y Casado era un plus para las pretensiones laborales del juez porque el presidente del Partido Popular tenía pocos pesos pesados rondando Génova que fueran «suyos». Enrique López o Enrique Arnaldo eran los jueces fetiches de los que tirar en el PP, pero eran completamente heredados de los presidentes populares previos. Abascal era solo de Casado y eso (unido a la necesidad del líder del partido de montar su propia cúpula) convirtió al magistrado en uno de los favoritos para coger todos los galones en materia de justicia.

Esas pretensiones de Abascal, las que le colocaban en el Consejo de Ministros, ya son ensoñaciones del pasado. Pero hay quienes insisten en el PP en que la llegada del nuevo presidente no supondrá un problema para que le magistrado de la Audiencia Nacional se convierta en vocal. Sea como sea, de poco servirá para la Comunidad de Madrid que Abascal sea o no uno más en los plenos del CGPJ, pues su profesionalidad y su amistad con Casado no son buenas noticias para algunos en Sol.