Los «peculiares» currículums de altos cargos de Calviño afloran las críticas internas a la ministra

No todo es trabajo y seriedad en el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. El área de Gobierno que gestiona Nadia Calviño está compuesta por numerosos perfiles técnicos y preparados que buscan, entre otras cosas, modernizar el país y las empresas. El problema es que los altos cargos, elegidos a dedo por la ministra, no siempre cumplen con ese requisito de estar plenamente digitalizados. Algunos están ahí por relaciones de amistad y se nota (y mucho) cuando se bucea entre los chascarrillos del ministerio. Si no, que le pregunten a Carme Artigas Brugal, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial o a Yago Fernández Badía, secretario general técnico de la Subsecretaría de Asuntos Económicos. Ambos son ejemplos claros de “enchufismo” (así como objeto de mofa en el ministerio) por el estilo tan “particular” de su currículum.

Decir que es artesano es quedarnos cortos. Bastante que estos altos cargos han sido capaces de convertir su currículum en PDF. En ambos casos, cuyos departamentos se centran en la transformación digital y la modernización tecnológica, no han sido capaces más que de subir un CV redactado en Word con una imagen en el cual no se han molestado ni en añadir los espacios. Esto es solo un chascarrillo que se comenta en el ministerio, pero que denota una situación mucho más complicada que se vive en Asuntos Económicos y Transformación Digital: las relaciones personales con la ministra o con altos cargos del ministerio son clave para conseguir los cargos, no tanto la preparación técnica. 

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Son muchos los altos funcionarios que trufan el ministerio y que conocen el perfil de cada uno. Mientras que hay algunos dirigentes que sí tienen una trayectoria técnica importante, parece que otros han tardado poco en destapar su poca preparación para los cargos tan rimbombantes que ostentan. No hay un solo secretario de Estado cuyo puesto no tenga más de cuatro palabras. Pero sí que hay muchas quejas en el ministerio sobre la “incompetencia” de muchos altos cargos que trufan el ministerio, especialmente provenientes de los funcionarios que sí conocen la casa y las labores que tienen que hacer.

El caso del currículum es un chascarrillo que denota que hay muchos problemas aún por resolver entre las tensiones internas del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. El currículum de algunos de estos altos cargos tiene mucho recorrido en el ámbito digital, pero no parece que hayan sido capaces de traer esos conocimientos ni para subir su currículum a la página web del ministerio. El caso del secretario general técnico, uno sobre los que más quejas han llegado desde las dependencias de Calviño, fue presidente de la Comisión de control del seguimiento del Código de Buenas Prácticas para la reestructuración viable de las deudas con garantía hipotecaria sobre la vivienda habitual y de la Comisión de Coordinación y Seguimiento del Fondo Social de Viviendas, según su elaborado currículum, o miembro de la Comisión de seguimiento, control y evaluación prevista en el Real Decreto-ley 1/2017, de 20 de enero, de medidas urgentes de protección de consumidores en materia de cláusulas suelo.

CALVIÑO, A LA UE

Acompañado a las críticas a los 101 enchufados del ministerio que no han tenido una capacidad muy notable para digitalizar el país, está el comentario de que a la ministra le importa entre poco y nada lo que pase en su ministerio e ahora en adelante. Calviño tiene el ojo puesto directamente en Europa. Lo tiene puesto desde hace tiempo, no es algo nuevo. No se ha sentido cómoda en este Gobierno desde que arrancó la legislatura y ahora se deja ver su apatía con todos los asuntos internos del ministerio. Para los funcionarios que acuden a diario a trabajar a Asuntos Económicos y Transformación Digital, Calviño es un concepto. Un fantasma que no aparece por ahí a no ser que tenga alguna reunión concreta en las dependencias. Y cuando aparece, lo hace sin dedicar especial atención a los asuntos del ministerio.

Todo esto responde a su única intención de convertirse en la nueva Borrell. Para Calviño, los asuntos nacionales son poca cosa. Y si lo son manteniendo una vicepresidencia, lo que ocurra entre sus altos cargos se convierte en algo absolutamente irrelevante.