Bruselas lanza su gran plan para desconectarse de la energía rusa

La Comisión Europea ha lanzado este miércoles un ambicioso plan para cerrar en el menor tiempo posible el grifo energético de Rusia. La iniciativa, movida por la urgencia de una guerra cuyas consecuencias para la seguridad del suministro y la volatilidad de los precios resultan impredecibles, es vasta, global y pretende solucionar problemas en varios rincones del continente. La propuesta cuenta con numerosas patas que van del incremento “masivo” en inversiones en energías renovables (como los paneles solares, una de las grandes apuestas de Bruselas) a medidas extraordinarias para hacer frente al alza desbocada de la factura de la luz. Habrá compras conjuntas de gas en los mercados internacionales y financiación de hasta 2.000 millones de euros en infraestructuras de petróleo que permitan sortear el veto al embargo de este hidrocarburo que siguen planteando algunos países (como Hungría) y que se ha convertido en el gran quebradero de cabeza de los Veintisiete estas últimas semanas.