Las verdaderas razones del cambio de postura de Pedro Sánchez con Marruecos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tomó hace poco más de un mes la decisión unilateral de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Fue el país africano el que filtró una carta enviada por el líder socialista al rey de Marruecos, Mohammed VI, en la que el presidente español reconocía abiertamente que la idea de convertir el Sáhara Occidental en una autonomía dentro de Marruecos era una buena solución. Que Pedro Sánchez tomara esta decisión sin el consenso del Congreso de los Diputados unido a los últimos indicios que apuntan a que los servicios de Inteligencia marroquíes podrían haber espiado el teléfono tanto del presidente como de otros altos miembros del Gobierno ha disparado la imaginación de algunos. Desde el Partido Popular han llegado al esperpento deslizando la posibilidad de que Marruecos «chantajea» al presidente con vídeos que había en su teléfono. Pero la realidad es otra bien distinta. Y la clave es Estados Unidos.

La invasión de Ucrania ha arrojado un nuevo escenario geopolítico que desde Moncloa han querido aprovechar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha posicionado en favor de Marruecos como vía para acercarse a ese país que tanto le obsesiona: Estados Unidos. Desde que arrancó la legislatura, la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno unido a la peculiar «alergia» que tienen los americanos a la palabra «socialista» han complicado la vida al presidente Pedro Sánchez. El líder de EE UU, Joe Biden, escenificó un primer desencuentro hace más de un año con un bochornoso paseíllo de cerca de un minuto junto a su homólogo español. Y desde entonces, la obsesión de Moncloa ha sido la de acercarse a EE UU a toda costa. Más ahora que se acerca la cumbre de la OTAN en un contexto de guerra en el corazón de Europa y el país organizador es España.

Si Pedro Sánchez se ha acercado a Marruecos es, precisamente, como vía para aproximarse a Estados Unidos. Las relaciones diplomáticas entre EE UU y el país africano son muy buenas desde hace décadas. Como datos de color, ya a mediados del siglo XX las armas que importaba España de Estados Unidos venían con un embargo: no se podían usar contra Marruecos. En cualquier caso, Mohammed VI es un socio estratégico de Estados Unidos desde hace décadas y desde Moncloa entendieron que la tensión diplomática que dejó la visita y el acogimiento del líder militar del Frente Polisario Brahim Ghali no ayudaba a allanar las relaciones entre Pedro Sánchez y Joe Biden. Tal es el grado de tensión, que aunque España es el escenario que acogerá la cumbre de la OTAN, aún no hay previsto un encuentro bilateral entre el presidente estadounidense y el español.

En MONCLOA entendieron que reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara ayudaría a Pedro Sánchez a acercarse a Joe Biden

Desde Moncloa entendieron que acercarse a Marruecos reconociendo su soberanía sobre el Sáhara Occidental (algo que ya reconoció el expresidente de EE UU Donald Trump hace unos años) ayudaría a las pretensiones de Pedro Sánchez. Pero sobretodo hicieron ese peculiar reconocimiento porque entendieron que el contexto de guerra de Ucrania (que vuelve a enfrentar a Rusia y a Estados Unidos), era mejor acercarse a Marruecos que a Argelia: un país apoyado plenamente por Rusia y con el que Mohammed VI mantiene una tensión diplomática tan elevada que varias veces se ha amenazado con la guerra. Así pues, el balance de Moncloa fue sencillo: acercarse a Marruecos y darle un portazo a Argelia sería un gesto de buena voluntad que ayudaría a montar esa reunión entre Pedro Sánchez y Joe Biden.

Pedro Sánchez está desesperado porque en Estados Unidos le vean como un socio estratégico, pero hasta ahora le han ninguneado de tal forma que nadie en su equipo ha sabido muy bien cómo encauzar el problema diplomático. Las «excusas» sobre la integridad de Ceuta y Melilla u otras cuestiones como la presión migratoria con razones que han sumado, pero no ha sido el motivo principal por el que el presidente del Gobierno ha dado un giro de 180 grados a décadas de neutralidad. Sin embargo, pese al trabajo dado por España, de momento no parece que EE UU haya puesto el ojo en el Gobierno de Pedro Sánchez. Ni se contempla una reunión bilateral ni un encuentro en La Casa Blanca.

LA PRESIÓN DE EE UU A PEDRO SÁNCHEZ

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido contacto directo con la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso. Pese a que su nombramiento fue reciente, lo cierto es que la embajadora ha ejercido una considerable presión sobre Moncloa para que dieran el paso en favor de los intereses de Marruecos. Ese contacto directo ha convertido a Reynoso en una de las «lobistas» más reconocidas del país, pues a cada pregunta de Moncloa de cómo allanar las relaciones entre España y Estados Unidos Reynoso siempre tuvo claro cuál era la vía: reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y, sobretodo, dar un portazo a Argelia; hasta el momento el principal proveedor de gas de España y un país con el que el Gobierno ha mantenido fructíferas relaciones.

Julissa Reynoso

Este ejercicio de presión y de ‘lobby’ de los americanos en España no es nuevo. Lleva tiempo dejándose sentir en todos los ámbitos (tanto el económico como el político). Otro ejemplo digno de recordar para ilustrar cómo los americanos ejercen presión sobre determinadas cuestiones es el encuentro entre el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, y Jaime Maletpresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España.

Otra de las preocupaciones de los americanos es que la red 5G no se adopte de manos de Huawei, una empresa china que genera muchas tensiones entre los empresarios estadounidenses. Las empresas de telecomunicaciones europeas llevan meses coqueteando y recibiendo ofertas de Huawei para implementar la red 5G a la par que lidian con las presiones y en algunos casos «las amenazas» de los lobbies estadounidenses. En el caso del encuentro entre José María Álvarez-Pallete, y Jaime Malet, el segundo le sugirió al primero que si se echaban en brazos de los chinos, los fondos de inversión americanos que habían metido parte de su dinero en Telefónica huirían al instante. Algo a lo que Pallete respondió dejando a Huawei una parte residual del total de la inversión para implementar el 5G en España.