«Están condenados a entenderse»: Podemos y Sumar rebajan tensiones

«Cuando Franco desaparece, en España no se pudo establecer una correlación de fuerzas sino una correlación de debilidades». Este fue el resumen que hizo el militante comunista Manuel Vázquez Montalbán de la Transición. 

Y esta «correlación de debilidades» puede tomarse prestado para describir la situación que sufre el partido de la izquierda transformadora con más éxitos electorales de las últimas cuatro décadas, Podemos, y la líder progresista con mejor valoración de la actualidad, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

La escalada de tensiones entre el ‘pablismo’ y el ‘yolandismo’ llegó a su máximo apogeo en febrero de este año a cuenta de la aprobación de la Reforma laboral con una mayoría diferente a la de la legislatura que incluyó los apoyos de Ciudadanos, Junts y el involuntario del diputado ‘popular’ Alberto Casero.

La aprobación de rebote de esta medida clave, y la negativa a apoyarla de formaciones como ERC, enfadaron a Pablo Iglesias, que arremetió desde ‘La Base’ contra Yolanda Díaz, que desde entonces se distanció de su antecesor en la vicepresidencia segunda y articuló sSumar.

Este proyecto nació con cercanía hacia IU y el PCE, y mucha distancia respecto a Podemos. Y la guerra entre ambas facciones se evidenció antes de las elecciones andaluzas, en las que Izquierda Unida y el ‘yolandismo’ eligieron nombre de la candidatura, candidata y socios (Más País). 

Podemos no entró en la coalición, aunque finalmente integró a sus dirigentes en Por Andalucía. Los morados se vengaron desde su posición en el Gobierno al relevar a Amanda Meyer como jefa de Gabinete del Ministerio de Igualdad y a Enrique Santiago como secretario de Estado de la Agenda 2030.

El fracaso electoral de este proyecto, y la debilidad bautismal de Sumar, que ni siquiera se presentará a las próximas autonómicas y municipales, ahora ha dado una vida extra a Podemos, que ahora ha rebajado tensiones hacia Sumar a pesar del enfado que produjo en el ‘pablismo’ la presencia de Yolanda Díaz en la entrega de los Premios Planeta, organizada por los propietarios del principal enemigo mediático de Iglesias: Atresmedia. 

«CONDENADOS A ENTENDERSE»

Fuentes cercanas a Sumar aseguran ahora que su proyecto y Podemos están «condenados a entenderse», a pesar de que en la formación morada no descartan presentarse en solitario a las próximas generales teniendo como aliados a Esquerra Republicana de Catalunya, Euskal Herria Bildu o el Bloque Nacionalista Galego. 

Las hostilidades de los morados se han rebajado ante Díaz, que está apostando por defender medidas clave para el Ministerio de Igualdad morado como la ‘ley Trans’. Curiosamente, es IU la que puede agrietar el espacio al haberse ofrecido en los últimos tiempos a pactar con Compromís en la Comunidad Valenciana y Más Madrid en la Comunidad de Madrid, quizá en detrimento de Podemos.

EL ‘YOLANDISTA’ ANTONIO MAESTRE ENFADA A PODEMOS

No ayuda a al relación entre ambas facciones que el periodista que más enfada al núcleo dirigente de Podemos, con permiso de Antonio García Ferreras, sea su tertuliano Antonio Maestre, que acudió a la presentación del proyecto liderado por Yolanda Díaz, Sumar.

Maestre asegura ahora que «Podemos ha elegido gritarle a la lluvia por mojarle en vez de ponerse a resguardo y buscar la manera de protegerse de las inclemencias del tiempo. Los hechos naturales no se discuten, se aceptan y te proteges de ellos, del mismo modo que el orden capitalista burgués, está, lleva estando desde que la izquierda eligió lugar en la Asamblea francesa y se le combate con las pocas armas que la izquierda ha tenido». 

El colaborador de La Sexta no tiene buena opinión de la labor de Iglesias: «El problema radica en los liderazgos que, al encontrar una salida individual, sublimando el concierto neoliberal, parece que han elegido desistir, rendirse, bunkerizarse y morir esperando el apocalipsis colectivo una vez asegurado cumplir con su tipo de interés, en vez de reconstituirse para pelear contra los elementos existentes, como siempre ha hecho la izquierda».

«El derrotismo es un pecado contrarrevolucionario cuando viene de aquellos que hasta hace solo unos días eran los responsables de liderar los designios de la izquierda española. Liderazgos que han decidido quemarlo todo para perpetuar una estructura formal que pueda conservarse imperturbable, como un molde yermo pompeyano, que pueda ser estudiado por los arqueólogos de la política futura como un ejemplo de éxito. Ya no quedan símbolos que adorar, los que fueron ejemplo se han convertido en antagonistas del interés común en aras del pecunio», añade.