El PP abandona a su suerte a Alejandro Abascal, el magistrado ‘favorito’ de Pablo Casado

Ha pasado de tenerlo todo a no tener nada, pero solo si nos referimos a las expectativas políticas y laborales. El magistrado de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal se convirtió en el juez de cabecera del Partido Popular cuando Pablo Casado estaba al frente de la formación. Iba a ser desde ministro de Justicia hasta vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pasando por el principal asesor del PP en esta materia. Pero pese a que Alberto Núñez Feijoo le tuvo en cuenta con la idea de la renovación, ahora las esperanzas de Abascal se han apagado. Fuentes de Génova aseguran que el único contacto que tiene Feijoo con los jueces es a cuenta de Manuel Almenar. Ni Enrique López ni un derrotado Enrique Arnaldo ni el propio Abascal tiene ya mucho que decir en un PP solo centrado en las elecciones.

Las esperanzas de Alejandro Abascal se redujeron a ser vocal cuando Carlos Lesmes dimitió. El propio magistrado, según cuentan fuentes del PP, recibió con cierto entusiasmo la dimisión del entonces presidente del Tribunal Supremo porque consideró que se abría una puerta del que sería su primer peldaño para su carrera política. Pero ni Esteban González Pons ni Félix Bolaños lograron ponerse de acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ni Alejandro Abascal recibió ninguna llamada que le diera las buenas noticias que tanto tiempo había esperado. El problema es que con el paso de los meses y la cercanía de las fechas electorales más esperadas por los partidos las aspiraciones profesionales de Abascal se han quedado en nada. Ni vocal, dado que no habrá renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ni un cargo político a corto plazo.

Ni siquiera si el PP ganara las elecciones Alejandro Abascal tiene fe en que podrá llegar a algo dado que Manuel Almenar, un magistrado con aspiraciones al Supremo, se ha llevado todos los galones como potencial ministro de Justicia siempre que Feijoo consiga sus objetivos. Esto se ha dejado notar en el PP porque ya nadie habla sobre una renovación del del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que dan por cerrada. La idea del PP no es retomar la renovación si ganan las elecciones, sino seguir con su discurso de despolitizar la Justicia. En cualquier caso, Alejandro Abascal se ha olvidado de su futuro hasta nueva orden. El ser vocal no es algo que esté de momento encima de la mesa al menos hasta 2024.

Las elecciones autonómicas, municipales y generales impedirán que se hable de la renovación del del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hasta dentro de al menos un año. Aún así, hay vacantes en el PP porque los tres tenores que asesoraban en materia de justicia en Génova se han quedado completamente fuera de juego. Uno era Alejandro Abascal, íntimo amigo de Pablo Casado y ahora desaparecido de la órbita del PP. Otro era Enrique Arnaldo, obsesionado con mantener el control del Tribunal Constitucional a toda costa y ya caído en desgracia con la llegada a la presidencia de Cándido Conde-Pumpido. Y el otro era Enrique López, quien además de hacerse llamar el «juez Clooney» ha sido defenestrado por Isabel Díaz Ayuso por coquetear con Pablo Casado más de la cuenta en plena guerra interna del PP de Madrid.

De momento, el único que suena en Génova es Manuel Almenar porque es el único que tiene contacto con Alberto Núñez Feijoo y el único en quien el nuevo presidente del Partido Popular confía. Se habla de él como futuro ministro de Justicia dado que su amistad con el líder popular podría afectarle negativamente en otras aspiraciones internas que tenía. Pero sea como sea, el PP se ha dado unas vacaciones en este área hasta que pasen las elecciones municipales, autonómicas y generales.