Descansar no es un lujo, sino una necesidad biológica que, según el Dr. Eduard Estivill, puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una llena de desequilibrios. A sus 77 años, el reconocido médico del sueño insiste en que el descanso nocturno es el pilar sobre el que se sostiene todo el bienestar físico y mental. En una reciente entrevista en pódcast, el especialista explicó que dormir bien no solo influye en el estado de ánimo o la concentración, sino que puede literalmente salvarnos la vida. Mientras dormimos, el cuerpo activa un proceso de reparación que afecta al sistema inmunológico, la memoria y el equilibrio emocional.
El doctor Estivill, considerado una referencia europea en medicina del sueño, recordó que descansar correctamente permite mantener la mente en orden y el cuerpo en óptimas condiciones. Cada noche, explicó, el organismo entra en un “taller de reparación” donde se regeneran tejidos, se regulan hormonas y se consolidan recuerdos. Sin embargo, vivimos en una sociedad que ha normalizado la falta de sueño, convirtiendo la fatiga en un símbolo de productividad. Y ahí, advierte el experto, reside uno de los errores más graves de nuestro tiempo.
1El reloj biológico que todos debemos escuchar
Para el Dr. Estivill, descansar bien no tiene la misma fórmula para todos, ya que la edad y el ritmo de vida influyen en la cantidad y calidad de sueño necesarias. Los niños, por ejemplo, requieren muchas más horas para favorecer su crecimiento y desarrollo cerebral, mientras que en la adultez el cuerpo necesita entre siete y ocho horas diarias para mantener su equilibrio. Los mayores, en cambio, pueden dormir menos, aunque el médico recalca que eso no significa descansar peor, sino adaptar el ritmo biológico a una nueva etapa vital.
El especialista también subraya la importancia de los ritmos circadianos y los cronotipos. Hay personas “búho”, más activas de noche, y otras “alondra”, que funcionan mejor por la mañana. Entender y respetar ese patrón natural, asegura Estivill, es clave para descansar de manera efectiva. Alterarlo de forma continua con turnos laborales nocturnos, pantallas brillantes o cenas copiosas genera una desincronización interna que el cuerpo termina pagando. Dormir a la hora adecuada y con regularidad no es una opción, sino una necesidad fisiológica.






