La manzanilla siempre ha tenido un lugar privilegiado en la cultura popular, pero en los últimos años ha vuelto a ganar protagonismo gracias a la evidencia científica que respalda sus efectos. La manzanilla ya no es solo esa infusión reconfortante que muchas personas asocian con la sobremesa familiar o con los cuidados de una abuela, sino una planta que se está posicionando como un apoyo real para mejorar la salud diaria. Ese cambio de percepción tiene mucho que ver con especialistas como el médico William Arias, quien insiste en que debemos mirar a esta hierba con otros ojos.
La manzanilla, según explica el propio Arias, va mucho más allá de aliviar un malestar digestivo puntual. Sus propiedades, estudiadas con rigor en los últimos años, han demostrado que puede ser una verdadera aliada del descanso nocturno. El médico subraya que los efectos positivos que se le atribuyen no nacen de creencias populares ni de suposiciones, sino de estudios que explican claramente cómo actúa en el organismo, especialmente a través de su compuesto llamado apigenina.
3Una infusión pequeña con un impacto grande
Otro punto que destaca William Arias es el efecto diurético que acompaña a cualquier infusión tomada en agua, lo que en el caso de la manzanilla puede ayudar a aliviar la retención de líquidos. Pero el impacto va más allá del equilibrio hídrico, pues la acción de la apigenina también tiene un papel relevante en la protección del corazón y en la lucha contra bacterias, según investigaciones que han ido apareciendo en distintos centros académicos.
Con todos estos argumentos, resulta evidente que la manzanilla está viviendo un momento de reivindicación. Lo que antes parecía un remedio casero limitado ahora se reconoce como una herramienta natural con efectos concretos y medibles. Y aunque sigue siendo la bebida que muchos recordamos de la infancia, también es, como insiste el doctor Arias, una infusión poderosa que merece un lugar importante en la rutina de bienestar de cualquier persona.






