El acusado de violar y matar a una menor en Chella dice que fue accidente

El joven acusado de violar y asesinar a una amiga suya, de 15 años, en la localidad valenciana de Chella, ha podido defenderse este martes ante un jurado popular –la vista arrancó ayer pero no pudo declarar– y ha explicado que todo fue un accidente y que no llamó a Emergencias tras percatarse de que la menor había fallecido por «pánico».

El joven se enfrenta a prisión permanente revisable por el delito de asesinato –la máxima pena que se puede pedir en España–, según reclama la Fiscalía y la acusación particular. También le acusan de un delito de agresión sexual con penetración vaginal y anal, por el que el ministerio público reclama 15 años y una responsabilidad civil de 130.000 euros en total.

La defensa, por su parte, atribuye al acusado un delito de homicidio imprudente por el que le solicita una pena de cuatro años de prisión con la circunstancia eximente incompleta de consumo de drogas y trastorno mental transitorio.

El suceso se remonta al 26 de octubre de 2016, cuando el joven contactó con la menor y la citó en su antiguo domicilio familiar, según recoge el relato del ministerio público. Ella acudió a la cita pensando que había otros amigos con el procesado. Una vez en la vivienda, el joven intentó presuntamente mantener relaciones sexuales con la víctima, pero ésta se negó y la golpeó. De este modo consiguió consumar la violación.

A continuación, siempre según lo relatado en el auto, el joven, aprovechando que la chica estaba semiinconsciente, la estranguló hasta matarla, pidió un coche a un amigo y trasladó el cadáver hasta una sima de la población, donde lo arrojó con la intención de que no pudiera ser encontrado.

Sobre los hechos, el joven ha afirmado que fue todo un accidente. Ha narrado que la relación con la víctima era fluida, puesto que se veían «con frecuencia en soledad», con lo que ha indicado que quedar con ella «no era una trampa», sino algo «normal».

Ese día, ha aseverado que había consumido drogas y en un momento dado le comentó a la menor que había conocido a una chica que le gustaba. Seguidamente, según su versión, ella se puso «histérica», así que la cogió del cuello para calmarla y luego se dio cuenta de que no despertaba. Intentó reanimarla pero no pudo.

El acusado, que ha afirmado que perdió el control, ha asegurado que no mantuvo relaciones sexuales con la víctima ni tampoco la violó. Ha señalado que tras percatarse de que estaba muerta, no llamó a Emergencias por «pánico» y porque estaba «confuso». También ha aseverado que los golpes que presentaba debieron producirse mientras arrastraba el cuerpo para tirarlo a un barranco.

Ha dicho que llamó a un amigo para pedirle el coche y en ese momento no tenía claro dónde iba a ir. Llegó hasta donde pudo con el vehículo y dejó caer el cadáver tras envolverlo con «lo primero que vio». Se sentía entonces «débil y mareado».

Al día siguiente, el acusado ha señalado que apareció drogado y con intención de quitarse la vida. Llamó a su padre, le contó lo que había pasado y avisaron a la Policía. «Me entregué y cooperé en todo», ha dicho. Ha aclarado que inicialmente reconoció relaciones sexuales con la víctima pero solo porque «si ellos veían que tenía cierta intimidad, creerían que no tenía intención de matarla».