El aguirrismo regresa al PP con Pablo Casado, ¿y el aznarismo?

  • Pablo Casado restauró las relaciones entre el PP y Aznar
  • El nuevo presidente popular también ha encontrado un vehemente apoyo en el aguirrismo
  • Pero es evidente que la vieja guardia del aznarismo todavía sigue sin acercarse a Génova

Pablo Casado respira aliviado a la entrada del otoño por tres síntomas positivos que le hacen olvidar un verano agitado: las encuestas pronostican una recuperación del PP bajo su liderazgo, sus dos rivales internas han abandonado la política, y el horizonte judicial del ‘caso máster’ parece despejarse.

El nuevo presidente popular es consciente de que es deudor de su liderazgo a la acumulación de enemigos que tenía Soraya Sáenz de Santamaría y a la restauración ideológica del PP de Aznar, que se había trasvasado electoramente a Ciudadanos gracias al trabajo identitario de Albert Rivera en Cataluña. Y su obligación es recuperar vías de comunicación con el aznarismo, gracias a su posición de interlocutor privilegiado con el ex presidente del Gobierno tras haber sido su jefe de Gabinete en FAES. 

Es por ello que una de sus primeras medidas tras ganar las primarias a Soraya Sáenz de Santamaría fue recibir en Génova a José María Aznar, en una reunión que contaba con un alto valor simbólico por el divorcio público entre el ex presidente del Gobierno y el PP de Rajoy.

Casado
Aznar y Aguirre, dos apoyos de Casado

Pero Casado tiene una tarea pendiente: restaurar a la vieja guardia del aznarismo, situación que no parece fácil a priori teniendo en cuenta la posición de Javier Arenas en las primarias, la caída en desgracia de varios de los miembros notables de los Gobiernos populares entre 1996 y 2004 (Zaplana, Matas o Rato), y la negativa de Jaime Mayor Oreja a volver a la arena política pese a haberle mostrado su apoyo desde las páginas de El País.

El exministro del Interior dice que está en la batalla de las ideas, pero es evidente que varios miembros notables del PP vasco se encuentran hoy en día en la órbita de VOX, partido que cuenta como uno de sus principales activos a Ortega Lara, al que pretende recuperar Casado como afiliado.

CASADO INTENTARÁ PESCAR EN VOX

FAES, reducto del núcleo duro del aznarismo, apuntó en campaña en favor de Casado en un texto que afirmaba que el PP tenía que «estar a la altura del esfuerzo de una militancia ejemplar, de la aportación del PP a España, de la fidelidad de sus votantes y también de aquellos a los que este partido, si se renueva, podrá llamar para que vuelvan», señalando que el nuevo líder debía tener «una mirada menos complaciente y más exigente de un pasado inmediato en el que el partido se ha dejado más de tres millones de votos«.

El pasado menos inmediato del PP lo formaba el aznarismo, que en parte mutó al aguirrismo de la mano de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid. Aguirre se mostró menos cauta que Aznar en las primarias y atacó sin cuartel a sus rivales: «Yo no sé cuál es la ideología de Sáenz de Santamaría. A lo mejor en el debate (que no se realizó) nos vamos a enterar. Si hay un debate pues ella nos lo dirá».

Casado
Casado, junto a Aznar y Aguirre. Foto: Flickr

Y añadió: «Yo sé cuál es la ideología del PP y es la que Pablo Casado ha defendido y que por desgracia, no se ha aplicado en los últimos años. Y no es que lo diga yo, es que María Dolores de Cospedal dijo en una entrevista poco antes de que votásemos los afiliados que había que recuperar los valores y principios del partido que durante el Gobierno habíamos olvidado. Si los olvidamos estando en el Gobierno, ¿Dónde van a estar?», se preguntó.

Aguirre, que a preguntas de La Sexta afirmó que Casado era «un regalo providencial», miraría con simpatía que su corriente madrileña recupere cuotas de poder tras la derrota en las municipales.

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La expresidenta mantiene una relación excelente con José Luis Martínez-Almeida, tal y como demostró El Diario (que desveló una conversación de WhatsApp en la que Aguirre se mofaba porque Arenas podía perder «el coche oficial con conductor y el escolta»).

El controvertido portavoz popular en el Ayuntamiento de Madrid gana enteros como candidato tras la salida de Sáenz de Santamaría, pero Casado por ahora calla y se refugia en un equipo sin un perfil ni aznarista ni aguirrista: el ‘PP pop’ de Teodoro García, Javier Maroto y Andrea Levy.