Antonio Tejero, entre la pintura y la Falange

Antonio Tejero, el teniente coronel que lideró el intento de golpe de Estado el 23-F de 1981, sigue sin pasar desapercibido. Pero, ¿Qué ha sido de él en estos años? ¿A qué se ha dedicado tras cumplir la condena por ese intento de golpe de Estado? A continuación vamos a ver qué ha sido de la vida del exmilitar.

LAS MEMORIAS DE TEJERO

Antonio Tejero

Aunque el exmilitar ya escribió sus memorias durante su estancia en la cárcel, que no han visto la luz por el momento, son varias las ocasiones en las que le han propuesto sacar un libro con toda su vida. Uno de ellos fue su propio hijo ya que, según el golpista, «le hacía mucha ilusión», pero él se negó en rotundo ya que las preguntas que le hacía su propio hijo eran muy comprometidas.

En el año 2000, la editorial Planeta le planteó a Tejero la posibilidad de escribir un libro con la historia de su vida. Se le ofreció, a través de la periodista Pilar Urbano, un cheque en blanco a cambio de relatar sus memorias. No importaba el precio. Ellos querían el testimonio de antiguo teniente coronel, incluyendo la planificación del golpe de Estado.

Pero no le interesaba. Según aseguró, «ya había dicho todo lo que tenía que decir en los juicios». Además, no le atraía el dinero. Es feliz con lo que tiene y no quiere nada más. Así que, por el momento, no se escribirán sus memorias.

SU FAMILIA Y LA FALANGE

Antonio Tejero

Para el exmilitar no hay nada más importante que su familia y los veteranos camaradas de la Falange, su círculo más íntimo. Prácticamente no tiene ningún tipo de relación con personas que se salgan de este círculo íntimo del que está muy orgulloso.

Es habitual verlo presente en las conferencias que organiza la Falange en la calle Silva de Madrid ya que es todo un referente entre los miembros del partido falangista. Incluso hoy en día se sigue vendiendo merchandising tejerista a través de internet.

Hace unos años, salió a subasta el supuesto tricornio con el que el militar realizó ese intento de golpe de Estado. Pero Ramón, el hijo de Antonio, salió a declarar que ese objeto era falso ya que el tricornio de su padre se encontraba en la casa familiar.

SU AFICIÓN POR LA PINTURA

Tejero

Durante su estancia en la cárcel, el ex teniente coronel, se aficionó a la pintura. Tanto es así que hoy en día sigue pintando cuadros e incluso vendiéndolos. Se ha convertido en uno de sus métodos de sustento, además de cobrar como un jubilado más.

Por norma general, el exmilitar distribuye sus obras entre sus seguidores de la derecha, aunque hoy en día se pueden encontrar algunas de sus obras a través de internet y por un precio mucho más bajo que antaño.

Todos sus paisajes y retratos incluyen dedicatorias y, aunque no son demasiado buenos artísticamente, sí que tienen un valor histórico interesante. Aún así, solo suelen comprar las obras los fanáticos de Tejero.

ANTONIO TEJERO, UNA VIDA AUSTERA

tejero2 Moncloa

Desde que saliera de la cárcel, Antonio Tejero ha llevado una vida austera. En invierno apenas se deja ver, solo en Semana Santa y saliendo a algunos restaurantes, mientras que en verano se traslada hasta Málaga para disfrutar de la tranquilidad y alejarse de la ciudad.

Allí, en Torre del Mar, reside en las Torres de Colón, donde es muy querido. Sus vecinos hablan maravillas de él y declara que le encanta tomar el sol y estar en la playa. Además, también se sabe que pasa mucho tiempo de recreo en el Club Náutico de Torre del Mar, donde disfruta con su familia de la comida y de una buena sobremesa.

Asimismo, también se le suele ver por la feria de Málaga, de la que es un gran amante.

ESTUDIÓ GEOGRAFÍA E HISTORIA EN PRISIÓN

falange

Durante su estancia en prisión, el exmilitar aprovechó el tiempo y, además de aficionarse a la pintura, estudió la carrera de Geografía e Historia, aunque nunca ha ejercido de profesor, simplemente la cursó para aprender y para pasar el tiempo entre rejas.

Pero no es lo único que aprendió. Tejero, además, estudió idiomas en la cárcel. Eso sí, parece que no le han servido de mucho ya que intenta no comunicarse con muchas personas. Ni siquiera con sus vecinos.

Según se comenta, cuando está en Málaga, el exmilitar se levanta cada día a las siete y media de la mañana y acude siempre a la misma cafetería a tomar su primer café con leche del día. El dueño de la cafetería ha sido la persona con la que Antonio Tejero ha tenido más contacto, además de su círculo íntimo, en los últimos años al verlo cada día.