Ayuso y Sánchez, dos planes de comunicación diferentes, una misma crisis del coronavirus

  • Miguel Ángel Rodríguez jefe de gabinete de la presidenta madrileña le gana el primer asalto de la comunicación al 'spin doctor' de Moncloa Iván Redondo.
  • Lo que empezaron siendo estrategias de comunicación muy dispares están convergiendo a medida que avanza la crisis.
  • “Es la hora de los valientes, de todo o nada, y de los políticos que puedan demostrar liderazgo y no miedo", dicen los expertos.
  • Mientras los españoles y las administraciones públicas libran una batalla encarnizada por detener la crisis sanitaria del coronavirus, hay pequeñas batallas que se libran soterradamente, como es la estrategia de la comunicación de los distintos líderes políticos en esta crisis.

    Los gabinetes de comunicación y asesoramiento de imagen de Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez echan humo en estos días plenamente conscientes de lo mucho que se juegan en un asunto como este sus líderes. Un patinazo en una crisis de la envergadura de esta dejaría fuera de juego a cualquier político con responsabilidades en la Administración que no estuviera a la altura de las circunstancias.

    Los expertos en comunicación analizan cada gesto, cada palabra, cada comunicado para descifrar que está pasando entre bambalinas con esta crisis sanitaria y cuáles son los pasos que se pueden ir dando en el futuro. Tanto los equipos de Ayuso como los de Pedro Sánchez son conscientes de que el futuro político de ambos líderes depende en gran parte de cómo resuelvan este desafío gigantesco, por lo que en esos momentos no hay horarios, ni en el complejo de La Moncloa ni en Puerta del Sol 7, y todos los equipos  están volcados en que la cabezas del Gobierno de Madrid y de España no comentan error alguno que les cueste la carrera política.

    Pero ¿qué piensan los expertos de comunicación sobre cómo se está abordando la crisis del coronavirus?

    DIAZ AYUSO, AL FRENTE DE LOS MADRILEÑOS

    La estrategia seguida por la presidenta y sus asesores viene marcada por un perfil de riesgo alto, pero también de gran rédito político si le sale bien. Ayuso se ha puesto al frente del Gobierno y de todos los madrileños desde el primer momento sin eludir ningún tipo de responsabilidad y poniendo su imagen al frente en cada comparecencia. Ha entendido que tenía que estar al frente de esta crisis tan grave, pese a no tener todas las competencias para actuar”, comenta uno de los consultores políticos españoles más relevantes, que ha trabajado en campañas de importantes líderes latinoamericanos pero que prefiere no desvelar su nombre (ninguno de los expertos consultados quiere dar su nombre para no enemistarse con las dos administraciones).

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    Los mensajes de Ayuso han estado centrados en no minimizar en ningún  momento la crisis y en no polemizar con el Gobierno de la nación, pero también en ser firme y no rehuir las reivindicaciones cuando ha sido necesario. Detrás de toda esta maquinaria se ve la mano de Miguel Ángel Rodríguez, el flamante nuevo jefe de Gabinete de la presidenta, una persona a la que le persigue la polémica pero que está dejando claro su capacidad y su solvencia para lidiar con este tipo de situaciones.

    «Si esto nos pilla con José Luis Carreras (el anterior jefe de gabinete de Ayuso) estamos todos muertos»

    Miguel puede parecer frívolo a  veces, pero es un tipo muy inteligente y con gran capacidad para moverse en estos ámbitos de la política y ya lo demostró en la época que estuvo en Moncloa con José María Aznar. Si esto nos pilla con José Luis Carreras (el anterior jefe de gabinete de Ayuso) estamos todos muertos”, comenta alguien próximo al PP y al equipo de Gobierno de la Comunidad de Madrid.

    El único momento en el que Díaz Ayuso ha flaqueado ha sido al final de esta semana, cuando el pasado jueves se parapetó tras su consejero de Sanidad y el viernes tras su vicepresidente, Ignacio Aguado, empezando a deslizarse por la pendiente que ahora quiere remontar Sánchez para luego sorprender con una comparecencia conjunta con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. “Fueron momentos de dificultad en los que se estaba filtrando información confusa sobre el cierre de Madrid y quién tenía que hacerlo”, comentan funcionarios que trabaja en Puerta de Sol 7.

     

    La comparecencia con Almeida es una escenificación clara para mandar el mensaje de que hay un partido que encara los asuntos, el PP, y otro que rehuye los problemas, el PSOE, comentan los expertos. En general, la nota que se le pone por parte de los asesores en comunicación a la gestión del equipo de Ayuso es alta, aunque “esto no es como empieza sino como acaba y si no se culmina con éxito la gestión de la crisis se puede perder todo lo conseguido esta semana. Se puede decir que los madrileños se sienten seguros con su presidenta al frente y el modo que se está enfocando la comunicación de la crisis, pero, insisto, por el momento”, explica el asesor de políticos anteriormente citado.

    PEDRO SANCHEZ, LA ESTRATEGIA DEL ENROQUE

    La estrategia seguida por Iván Redondo desde La Moncloa ha sido diferente pero al final no le ha quedado más remedio que converger con Ayuso cuando la crisis se ha desbordado. “Sánchez y sus asesores han seguido la estrategia del enroque, es decir, usando la terminología del ajedrez, parapetarse tras un experto neutro que va administrando la información para darle al asunto un aspecto neutro, aséptico y alejarlo del mundo de la política donde las emociones se desbordan”, comenta una asesora de comunicación que ha trabajado con muchos políticos a lo largo de su carrera.

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    Este técnico no es ni más o menos que el director de coordinación y alertas sanitarias, Fernando Simón.“Si esta crisis hubiera sido una crisis normal, la estrategia del enroque le podía haber funcionado al dúo Sánchez y Redondo porque es difícil criticar a alguien experto en cosas que el resto de los humanos  desconocemos como es el mundo de la epidemiología y aporta un plus de credibilidad, pero la explosión de la crisis ha dinamitado la estrategia de Sánchez y la figura de Fernando Simón se ha venido abajo a plomo cuando se veía que un día se decía una cosa, y otro, la contraria”, comenta la misma experta en comunicación. Simón empezó diciendo que España no iba a tener coronavirus, más allá de algún caso, para terminar 40 días después, hablando de cerrar Madrid, pasando por restar importancia a la concentración del 8-M.

    “Los acontecimientos han destrozado la estrategia del Gobierno de parapetarse tras un comunicador técnico neutral y dejar a Pedro Sánchez, más allá del bien y del mal. Pedro Sánchez va a tener que mojarse en esta crisis como ha hecho Díaz Ayuso y tendrá que asumir los riesgos inherentes a su cargo. No le queda otra, comentan los expertos. Ni si quiera la figura de Salvador Illa le va a valer como escudo, un ministro de Sanidad al que se le ve incómodo y fuera de lugar en esta crisis. “Es la hora de los valientes, de todo o nada, y de los políticos que puedan demostrar liderazgo y no miedo”, dicen.

    Las últimas comparecencias de Pedro Sánchez han eliminado la imagen de neutralidad que mantenía en las anteriores donde recalcaba que “la sanidad es una competencia de las comunidades autonomías” y se ha puesto al frente del problema. Veremos si eso le sirve para recuperar terreno.

    IR A REMOLQUE DE LA CRISIS Y EL BIG DATA

    Otro de los aspectos en el que incide uno de los directores de una agencia de comunicación multinacional con sede en Madrid es en el problema de ir tras los acontecimientos. ”Están acertando en ofrecer abundante información, pero creo que la descentralización de competencias afecta a estas situaciones tan extraordinarias. Y, sobre todo, han fallado en que la crisis, de repente, les ha adelantado y ahora ya estamos reaccionando a los diferentes escenarios en lugar de anticiparlos”, afirma.

    Este experto que lleva asesorando en comunicación más de 30 años señala que “con la experiencia de Italia y simplemente analizando el big data disponible se podían haber aprovechado los aprendizajes y adelantar las medidas apenas unos días. El escenario habría cambiado significativamente”.

    En definitiva, en esta batalla de la imagen no se ha escrito más que el primer capítulo y veremos si la crisis del coronavirus refuerza a los líderes políticos o se lleva a alguno por delante.