Se buscan cargos en Génova: requisito básico, complacer con sumisión a García Egea

Cuando la entonces portavoz del Partido Popular Cayetana Álvarez de Toledo fue apartada de su puesto de responsabilidad, todos interpretaron que se trataba de una argucia de Pablo Casado para dejar claro que el PP había vuelto a la moderación y al centro-derecha. Sin embargo, la realidad fue bien distinta. Álvarez de Toledo era un alma libre que no obedecía la doctrina del secretario general del partido, Teodoro García Egea, algo que el dirigente no soporta, por lo que decidió convencer a Casado de que la mejor opción era apartar a Cayetana para dar paso a caras nuevas. Pues bien, esta doctrina es la que sigue aplicando Teodoro con ferocidad en Génova. Tal es el grado de poder de García Egea, que en las entrañas del PP saben que la única condición para prosperar en el partido es bailarle el agua con pasión al secretario general. De no ser así, estás fuera.

Un ejemplo muy ilustrativo de esto es el que representa la actual portavoz del grupo popular en el Congreso, Cuca Gamarra. Tras la salida de Cayetana, fue ésta quien cogió las riendas de PP en el parlamento. De momento, aguanta gracias a su buena relación con Teodoro, pero lo cierto y llamativo, según relatan fuentes del Partido Popular a MONCLOA.com, es que el discurso del PP en realidad no ha cambiado tanto en boca de Cuca, si se compara con lo que pregonaba Cayetana. La dureza contra el Gobierno es la seña de identidad del grupo popular en el Congreso. ¿Entonces? La diferencia es otra: Cuca es sumisa a la doctrina de Teodoro, mientras que Cayetana remaba por libre y Teodoro no lo pudo consentir.

El puño de hierro del murciano se está dejando sentir tanto en Génova que hay muchos dirigentes del Partido Popular que están cansados de que sea él quien haga con la formación conservadora lo que le venga en gana. La sensación de que Casado aún no representa una alternativa fuerte para ocupar la Moncloa está muy presente entre muchos dirigentes altos e intermedios del PP, justo los mismos que claman porque llegue alguien de un perfil como el del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. Pero algunos deslizan que parte del lastre de Casado es precisamente su dupla Teodoro.

Esta corriente crítica del PP valora a Casado. Considera que está haciendo las cosas cada vez mejor, como fue el posicionarse en un punto claro durante la moción de censura de Vox. Algunos incluso desistieron en algunas cuestiones propias de una conjura. Pero lo cierto es que Teodoro sigue siendo un problema (el principal) para este grupo díscolo del PP que cuenta con personalidades importantes dentro de la formación.

El apartar a Cayetana no fue considerado un error por muchos dentro de Génova. Pero sí que lo fue en cambio el cómo se hizo. Una entrevista en el diario El País fue suficiente para que Teodoro se hartara de tener bajo su mando a un perfil político indomable, algo que no soportó ni un minuto. En cuestión de horas Álvarez de Toledo estaba desfilando por los pasillos del Congreso despojada de su condición de portavoz del grupo popular en el Congreso. Y entre tanto, Cuca recogía los galones de Cayetana con orgullo y bajo la condición de que sería una soldado fiel de las demandas de Teodoro.

Hay quien entra en un plano más psicológico para explicar esta actitud de Teodoro como secretario general. El gran problema, según las fuentes, es que Casado y García Egea no han conseguido consolidar su liderazgo en el partido como les gustaría. Su juventud y su inexperiencia en comparación con perfiles anteriores en el cargo les llevó a exhibir su desconfianza con mano de hierro. Y ante cualquier pequeña amenaza que se gestara en su seno han reaccionado de la misma manera, con la expulsión inmediata de su puesto.