Casado se desinfla entre los suyos y vuelve a Génova el fantasma de Feijoo

  • El presidente del Partido Popular no las tiene todas consigo para continuar como líder del partido.
  • El presidente de Galicia, Feijoo, quiere venir a Génova para presidir el PP y aspirar a La Moncloa.
  • Casado ha dejado la valentía de la moción de censura en el tintero y se ha relajado.
  • El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, se desinfla entre los suyos. La euforia y el éxtasis del discurso de Casado durante la moción de censura se ha disipado como si de niebla se tratara y ya ha vuelto todo a la normalidad. Esa situación previa al «valiente» discurso que amenazaba con tumbar al presidente del PP y traer en su lugar a alguien que se haya ganado el afecto y sobretodo el respeto de los suyos. Al principio, los tambores de guerra cesaron. Pero la inactividad de Casado ha vuelto a traer un fantasma que se creía olvidado: el del presidente del Galicia, Alberto Núñez Feijoo. ¿Volverá el líder popular a ganarse el apoyo de los suyos?

    No parece que en Génova estén muy contentos con Casado. Se ha desinflado tanto que, tal y como aseguran fuentes cercanas al partido, muchos consideran que no tiene el carácter suficiente como para ser presidente del Gobierno. Puede vencer, pero no convence, y esto le puede pasar factura dentro de la formación, ya que si pierde el respaldo de los históricos de Génova, su posición estará cada vez más debilitada de cara a las próximas elecciones. Y no olvidemos que todavía no se ha planteado un proyecto que aspire a ganar las elecciones generales, tal y como se refleja en todas las encuestas electorales que se han realizado hasta ahora.

    Parece que ese Casado valiente de la moción de censura fue nada menos que un espejismo que no tendría continuidad. El líder del Partido Popular debería abrazar una doctrina moderada y de Estado, según comentan las fuentes, para ganarse el respeto de los suyos. Pero las sensaciones dentro de Génova no son las más adecuadas para apuntalar a Casado en el poder, pues consideran que es más conservador de lo que debería y sobretodo que se ha rodeado de un equipo poco acertado que no solo no consigue destacar su figura, sino que contribuye a desinflarle de cara a su electorado.

    Una de estas claves es la mano derecha que Casado ha elegido para poner orden en el partido. El secretario general del partido, Teodoro García Egea, es uno de los dirigentes menos respetados en el PP. No le quieren ni en pintura en muchos sectores de Génova y su mano de hierro no está haciendo otra cosa que cosechar enemigos por momentos. Al margen del respeto que le puedan tener o no dentro de la formación conservadora, su mano dura repercute, y mucho, en Casado, pues no hay una conversación entre los diputados sobre el futuro del PP en el que aparezca de forma peyorativa el nombre de Teo.

    La razón por la que Casado consiguió muchos puntos tras su discurso durante la moción de censura no fue necesariamente por golpear a Vox, sino por llevar la iniciativa por primera vez desde que es presidente del PP. Siempre había ido al rebufo de Vox y del discurso de otros. Cuando el partido de extrema derecha atacaba a los menas o a los inmigrantes ilegales, Casado endurecía su discurso contra la inmigración y la delincuencia. Cuando Santiago Abascal daba un paso y aseguraba que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, era el peor mal de España, Casado gritaba contra el discurso del PSOE. Y así durante muchos meses.

    Fue con la moción de censura cuando Casado mostró iniciativa y valentía, y desde el PP lo premiaron con creces. Sin embargo, si metes un gol, tienes que mantener la intensidad, y la sensación en Génova es que Casado se ha relajado y que no sabe cómo seguir hacia delante porque no tiene ese arrojo necesario para hacerlo.

    En todo este contexto, vuelve a comentarse en la casa del PP la necesidad de traer a un dirigente que les de opciones de ganar en las próximas elecciones. Las encuestas no son favorables, pero lo que más daño hace a Casado es que exista un candidato contrastado y querido que además, tal y como aseguran fuentes cercanas al partido, estaría más que dispuesto a viajar a Madrid para intentar ser el próximo presidente del Gobierno.

    La razón por la que Feijoo no vino cuando tuvo oportunidad era porque no quería meterse en medio de una guerra entre hermanos. Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado o José Manuel García Margallo habían sacado los cuchillos y todos querían sacar algo del PP. En ese contexto, Feijoo decidió no presentarse ni hacer acto de presencia. Pero ahora las aguas están mucho más calmadas y el presidente de Galicia ve con buenos ojos mudarse a la capital de España. Si no, al tiempo.