La Comisión 8M de Madrid denuncia «acoso» y «presiones»

La Comisión 8M de Madrid, convocante de la manifestación que se celebró en el centro de la capital el pasado 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer, ha denunciado «presiones» y «acoso» durante las últimas semanas por parte que quienes intentan «manipular la realidad con informes falsos y maniobras políticas».

Así lo han expresado en un comunicado difundido este jueves, 28 de mayo, a raíz de la polémica generada en torno a la investigación del delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco, por el delito de prevaricación administrativa al permitir concentraciones multitudinarias entre el 5 y el 14 de marzo de 2020, pese a las advertencias de autoridades sanitarias de los posibles riesgos de contagio por coronavirus.

Recientemente ha trascendido que, según se refleja en el informe de la Guardia Civil encargado por la titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, en el marco de la investigación a Franco, la Comisión 8M se negó a declarar ante la Benemérita y advirtió que sólo comparecería ante la juez instructora.

«ACOSO DE QUIENES INTENTAN MANIPULAR LA REALIDAD CON INFORMES FALSOS»

«Durante las últimas semanas hemos sufrido el acoso de quienes estaban intentando manipular la realidad con informes falsos y maniobras políticas. Algunas de nosotras hemos sufrido prácticas que se saltan las garantías de un Estado de derecho. Se nos ha presionado para que fuésemos a hacer declaraciones policiales en pleno estado de alarma. Se nos ha señalado con nombres y apellidos», aseveran desde la Comisión 8M de Madrid, para después sentenciar: «No somos parte de ese juego. No queremos serlo. Y no vamos a entrar en él».

Para la Comisión 8M, «es evidente que el 8M se ha convertido en la excusa para un discurso reaccionario que trata de opacar tanto lo que ya era invisible como cualquier posibilidad de debatir sobre ello». En este contexto, destaca los esfuerzos del movimiento feminista en visibilizar «lo esencial», como el trabajo de cuidados o la sanidad pública, universal y gratuita, entre otras de sus reivindicaciones.

Según argumenta la Comisión en el comunicado, «quienes han puesto el 8m en la diana ni siquiera entienden qué es el 8M. «Es difícil entenderlo para quien solo entiende el mundo en clave de jerarquías y divisiones: somos mujeres comunes organizándonos para luchar por lo común. Somos un movimiento social, horizontal, asambleario», matizan.

En este contexto, el 8M remarca que este movimiento no sale solo a la calle el 8 de marzo. «Esto es, quizá, lo que más les asusta», agrega la comisión, incidiendo en que están acostumbradas a ser «criminalizadas».

«Mientras el debate político se enfanga, mientras algunos medios contribuyen a la confusión, muchas de las feministas que hicimos huelgas, que participamos en las manifestaciones, que somos el 8m, hoy estamos en las despensas de nuestros barrios, en los grupos de cuidados, en las redes de apoyo vecinales. En la construcción de una realidad que, de tan urgente, no puede esperar a que se acalle el fango», destaca.

«ANTE EL RUIDO, DEFENDER LO ESENCIAL»

Así, en el comunicado difundido bajo el título ‘Ante el ruido: seguir defendiendo lo esencial’, la Comisión 8M de Madrid considera que una crisis sanitaria como la provocada por el COVID-19 ha puesto de manifiesto todo aquello «que estaba latente, debajo de la alfombra» y que llevan años denunciando. Esto es, «lo que pasaba dentro de cada casa, en cada vida» y todo por lo que el movimiento feminista se organizó, manifestó y convocó huelgas, tal y como explican.

«Queríamos visibilizar lo que no se veía: el trabajo de cuidados, las precariedades que nos atraviesan según nuestra identidad, origen o condiciones materiales. Mostrar que no eran problemas personales, sino colectivos», agregan.

Desde la Comisión 8M de Madrid sostienen que la actual crisis «ha demostrado que, efectivamente, eso que era invisible era lo esencial». «Lo esencial: una sanidad pública, universal y gratuita; una educación que dé iguales oportunidades a todas las personas; un acceso garantizado a los bienes básicos. Derechos laborales para todas, también para las que cuidamos, limpiamos, damos de comer», señala. «Lo esencial: aquello de lo que no podemos prescindir. Lo que no puede parar, ni siquiera cuando se para el mundo», insiste el 8M al respecto.