El dilema de Vox: proteccionismo para sorpassar al PP o liberalismo

  • Vox podría imitar en el campo económico a otras fuerzas conservadoras europeas.
  • Santiago Abascal podría priorizar el discurso social respecto al argumentario identitario.
  • Iván Espinosa de los Monteros, máximo exponente del liberalismo, se niega a ello.
  • Vox todavía no sabe si ha tocado techo en las urnas o si esta montaña rusa electoral en la que anda subido va camino de pararse. Santiago Abascal superó el 10% en abril, cayó hasta el 6% en las europeas de mayo y rebasó el 15% en la repetición electoral.

    Este crecimiento puede explicarse por varios asuntos (disturbios en Cataluña, hecatombe de Ciudadanos o exhumación de Franco), pero por lo pronto Abascal no sabe si mantener discurso e intentar sorpassar al PP o apostar por los cantos de sirena del proteccionismo que tan bien le funcionan a otras fuerzas homólogas europeas.

    Iván Espinosa de los Monteros y Rubén Manso, gurú económico de Vox, apuestan por mantener un discurso liberal combinado por un cóctel que incluye patriotismo por doquier, críticas a la inmigración ilegal y al feminismo.

    VOX CAMBIÓ SU DISCURSO

    Rocío Monasterio colgó un vídeo tres días antes de las elecciones generales en el que alertaba sobre la expansión de las casas de apuestas, regulación pendiente contra la que curiosamente ha votado Vox en Andalucía y Madrid.

    Aun así esta performance y el guiño joseantoniano de Abascal, «solo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria», son síntomas de que Vox quiere enriquecer su discurso con un argumentario social del que carecía en abril.

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    Iván Espinosa de los Monteros, ínfulas por encima de currículum empresarial, sigue representando al ala más liberal del partido mientras que su mujer, que tiene experiencia en el activismo social (aunque en realidad es una activista antiabortista), podría representar el otro alma de Vox.

    LA DISCRIMINACIÓN DE LOS RICOS

    Si Abascal quiere parecerse a Le Pen o a Salvini quizás debería relevar a su asesor económico, Rubén Manso, que ha denunciado en varias ocasiones «la discriminación fiscal» de las clases altas. Este gurú neoliberal ha pedido privatizar la sanidad, la educación y las pensiones.

    Vox puede aprovecharse, mientras tanto, del estado de shock del Partido Popular, desnortado tras quedarse lejos de los 100 escaños, de una calculada guerra mediática estilo Trump y de la mirada condescendiente que le otorga la izquierda política, que caricaturiza a un movimiento de estas características como un grupo de ultras que añoran a Franco.

    Vox
    Abascal podría modular su discurso económico.

    Cierto es que Abascal también ha disfrutado y disfrutará de que La Moncloa ha organizado su agenda para darle brillo: intentaron meterlo en el debate de abril a martillazos y en octubre promovieron la exhumación de Franco y la emisión de Barcelona ardiendo en prime-time.

    EL SEÑUELO

    François Mitterrand hizo suyo el «divide y vencerás» y promocionó a Jean-Marie Le Pen para frenar el ascenso electoral de Jacques Chirac. Mariano Rajoy, acosado por la corrupción y los recortes, cebó mediáticamente a Pablo Iglesias para alterar un ciclo electoral que le hubiese dado el Gobierno en 2015 al PSOE, que tuvo que esperar, moción de censura mediante, hasta 2018.

    Varias voces acusan ahora a Pedro Sánchez y a Iván Redondo de hacer lo propio ahora con Vox, cuyo ascenso ha imposibilitado que el Partido Popular compita de tú a tú contra el candidato socialista. Abascal y compañía sin embargo dicen que están perseguidos por el poder.

    LAS DUDAS DEL PP

    Ciertos colectivos sociales acusan a Vox de enturbiar el ambiente con mentiras sobre inmigración y mujeres asesinadas. Esta situación podría hacer que el Partido Popular se aleje de los postulados de Abascal y quiera asaltar La Moncloa con un pacto con Ciudadanos, que podría revitalizar a los desangelados populares en Cataluña.

    Un exintegrante de Cs, Juan Carlos Girauta, está empeñado en relacionar la caída naranja con los deseos del poder, encantado con que Rivera haya sido la muleta del PP y PSOE durante cuatro años: «Es muy difícil que un partido se mantenga cuando todo el mundo decide aniquilarlo. Es decir, que cuando todo el establishment, cuando el IBEX, cuando todos los grupos de comunicación deciden matar a un partido es muy raro que ese partido aguante».

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    Girauta le envió un recado a Abascal: «Yo pensaba que aguantaríamos más, pero hemos aguantado menos. Yo les envío un mensaje a los que han conseguido matar a Ciudadanos: que les vaya muy bien entendiéndose con Vox. Quizás habría sido más fácil entenderse con estos centristas».