La larga sombra de la incitación al odio persigue a Vox y a Santiago Abascal

  • El partido ha acentuado los mensajes que relacionan delincuencia con inmigración.
  • Vox ya fue objeto de una denuncia por incitación al odio, que archivó la Fiscalía.
  • La formación de Abascal quiere despenalizar este delito, pero lo ha usado para denunciar las pitadas al himno nacional.
  • TVE ha vetado uno de los tres vídeos que ha enviado Vox para emitir en los espacios electorales gratuitos del canal público de cara a las próximas elecciones del domingo 10-N. La dirección de TVE ha decidido no emitir este video por «extrema violencia» en horario de máximo protección infantil.

    El vídeo, de apenas 30 segundos, muestra diferentes peleas que han sido grabadas, mediante cámaras de seguridad, mientras se escucha la voz en off de un discurso de Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados, y que relaciona la violencia a mujeres y de la delincuencia en general, con la llegada de inmigrantes. En el spot de Vox se muestran imágenes de robos, intimidaciones, peleas callejeras y de un intento de salto a la valla que protege la frontera española.

    Estas imágenes no se emitirán entre las 8:00 y las 9:00 horas de la mañana y a las 17 y 19 horas de la tarde, aunque sí se emitirá en los espacios reservados para la propaganda electoral de los partidos políticos durante el resto del día.

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    En el programa electoral del 10-N, que Vox ha presentado bajo el título «100 medidas para la España Viva», la inmigración ocupa nueve medidas. La primera de ellas afirma que si gobiernan deportarán a los «inmigrantes ilegales» a sus países de origen, así como a aquellos inmigrantes «legales» pero que «hayan reincidido en la comisión de delitos leves o hayan cometido algún delito grave».

    Además, prometen «reducir» y «endurecer» las penas para combatir a las mafias de la inmigración ilegal y para quienes colaboren con ellas, «ya sean ONGs, empresas o particulares». Una medida que puede dirigirse al barco Open Arms, que rescata a inmigrantes que intentan llegar a las costas europeas, como ocurrió este verano en Lampedusa tras 20 días de bloqueo.

    Asimismo, Vox pretende «acabar con el efecto llamada» y añade que cualquier inmigrante que entre en España de manera «ilegal» estará «incapacitado de por vida a legalizar su situación». También se eliminaría el acceso gratuito a la sanidad para los inmigrantes ilegales, al igual que los privilegios penitenciarios.

    Del mismo modo, en el apartado de Defensa, Seguridad y Fronteras, los de Abascal recalcan que levantarán un muro «infranqueable» en Ceuta y Melilla y exigirán a Marruecos un «total» reconocimiento y «respeto» de la soberanía española de las dos ciudades autónomas.

    VOX Y LA INCITACIÓN AL ODIO

    En 2018, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, advirtió, en un mitin celebrado en Valencia, de la «invasión islamista» como el «peligro común de Europa» y afirmó que los europeos se estaban «poniendo de pie» porque «sufren en sus ciudades lo que significa la aplicación de la sharía» y no estaban dispuestos a que se «derriben las Catedrales para ser sustituidas por Mezquitas».

    Este discurso le costó que la asociación Musulmanes contra la Islamofobia presentara una denuncia ante la Fiscalía por un presunto delito de odio recogido en el artículo 510 del Código Penal, que castiga a quienes «fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo , una parte del mismo o contra una persona determinada por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía».

    Recientemente, en el pasado mes de julio, la Fiscalía del Tribunal Supremo no apreció delito de odio aunque el fiscal Luis Navajas, tachó el discurso de «abominable» y «delirante» pero matizó que «en ningún momento» incitó a «defenderse» del «enemigo común de Europa, de la libertad, del progreso, de la democracia, de la familia y del futuro» con «actos u omisiones que puedan ser considerados como delitos«.

    Durante la campaña electoral del pasado mes de abril 2019, Santiago Abascal afirmó que deseaba despenalizar la incitación al odio y que nadie les iba a «callar«. «Quieren perseguir la opinión, como le está ocurriendo a nuestro secretario general Javier Ortega, por haber dicho que estamos en contra de la invasión islamista, es decir, de aquellos que quieren imponer la sharia. No nos vamos a callar. No solo eso: el día que gobernemos vamos a acabar con esas leyes que nos quieren amordazar e intentaremos que haya otras leyes para perseguir a los cómplices de la invasión islamista en España», sentenció Abascal.

    Precisamente, en el año 2012, cuando Abascal era el presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) interpuso una demanda por la pitada al himno nacional durante la final de la Copa del Rey de ese año, que enfrentó al F.C. Barcelona y al Athletic de Bilbao.

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    Sin embargo, esta ocasión fue la segunda vez que desde DENAES se denunciaba el mismo acto. En 2009, también en la final de la Copa del Rey, con los mismos finalistas que en 2012, se pitó el himno nacional. Por ello, Abascal recurrió al artículo 510 del Código Penal para presentar su causa. Un artículo que años después se le volvería en contra.

    Por último, este lunes 4 de noviembre, la presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, realizó un acto de campaña en Andalucía frente a un centro de Menores Extranjeros No Acompañados (MENAS). Un acto que levantó mucho revuelo y críticas de otras formaciones, como las de la líder de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, que exigía a Vox «sacar sus manos de encima» de los Menas. «Son nuestras niñas y nuestros niños y están bajo la tutela de la Junta de Andalucía, que dejen de señalarlos con el dedo», afirmaba Rodríguez, para continuar calificando a Vox de «cobardes, poderosos y agresivos con los más débiles» y sentenciaba diciendo que el partido de Abascal «agita» el miedo para ganar unos votos, lo que era de «carroñeros».

    En este acto y frente a este lugar, Monasterio denunció la “inseguridad” y los «graves problemas» que genera este espacio en los vecinos de la zona. Además, indicó que en Andalucía están «la mitad de los menas de toda España» y calificó a estos inmigrantes como personas que «no son fácilmente integrables«.