El independentismo catalán se desdobla en todos sus frentes

  • Las heridas del procés han separado el camino único que diseñó el independetismo catalán.
  • El diputado socialista José Zaragoza metió ayer el dedo en la llaga del secesionismo.
  • A medio plazo no parece factible que se vuelva a articular un frente único.

Las heridas del procés han bifurcado el camino único que diseñó el independentismo para exhibir fuerza ante Madrid’y Europa. La intención de Artur Mas y sus herederos fue unir fuerzas de diversa ideología para construir una corriente transversal que agrupase a todas las familias del catalanismo rupturista, dejando a un lado los matices.

Pero ha pasado poco más de un año del 1-0 y el divorcio es evidente, tal y como señaló ayer vía Twitter el diputado socialista José Zaragoza. El ex secretario de Organización del PSC explicaba ayer que en Catalunya existen «dos presidents (Torra y Puigdemont)». El primero ejerce legalmente y el segundo pretende mantener su aura de president en el exilio belga.

Zaragoza también recordó que existen «dos Convergencias». La primera se articula en torno al PDeCAT, liderada por David Bonvehí, y se considera heredera directa de lo que fue el CDC de Pujol. La segunda pata del independentismo de centro-derecha es la Crida, formación personalista que ha surgido en el círculo más cercano a Puigdemont.

EL INDEPENDENTISMO DIVIDIDO

El diputado socialista también afirma que existen dos asociaciones (Omnium y ANC), explicando que los líderes del procés «no solo ha dividido Catalunya» porque «también se han dividido ellos. Duplican cargos, pero aquí no curra nadie».

En realidad, el independentismo no se ha desdoblado para duplicar cargos y ofrecer distintos matices a la sociedad. Sino como trágica consecuencia de las dos almas del procés: la más rupturista, liderada por Puigdemont (que a su vez ha querido coger distancia con su antigua formación). Y la más dispuesto al diálogo, que lidera desde la prisión Oriol Junqueras.

El ex president mantiene unas calculadas diferencias con el PDeCAT y con Quim Torra, pero nadie duda de que llegarán a un acuerdo ante el ‘superdomingo’ de mayo. Difícilmente se llegarán a pactos con ERC, ya que Oriol Junqueras y Roger Torrent no quieren aceptar la hoja de ruta diseñada en Bélgica.

SORPASSO, PACTO Y RECELOS

Septiembre de 2015 supuso un punto de inflexión para el independentismo, que confeccionó una plancha conjunta entre sus dos almas tradicionales: los restos de Ciu, ya sin Unió, y ERC, unidos en Junts pel sí, que no alcanzó la mayoría absoluta y Artur Mas tuvo que renunciar en favor de Puigdemont ante la exigencia de las CUP.

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Puigdemont y Otegi se vieron las caras en Waterloo. Foto: @arnaldootegi

Tres meses después ERC fue ‘premiada’ por los catalanes por dejar a un lado los matices y la incomodidad en algunos sectores internos de compartir viaje con ‘los herederos del 3%’. ERC obtuvo 9 diputados en las generales, por los 8 de Democràcia y Llibertat, por lo cual los republicanos repitieron triunfo sobre sus nuevos aliados, ya que en las europeas de 2014 también ganaron.

El ‘sorpasso’ se había consumado y este hecho ayudó a que los republicanos no se sintieran del todo cómodos creyéndose más respaldados que al partido que ayudaban a apuntalar. Estas sensaciones se repitieron en las reeditadas generales de 2016, donde ambas formaciones mantuvieron apoyos.

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La culminación del procés fue la Declaración Unilateral de Independencia y la votación pese a la represión policial del 1 de octubre. En ambas citas Junqueras y Puigdemont ya estaban divorciados y tras la aplicación del artículo 155 mantuvieron posiciones divergentes: el líder de ERC fue ingresado en prisión y dice que nunca pedirá el indulto y el expresident se machó a Bélgica.

Las encuestas pronosticaban el primer triunfo de ERC en unas autonómicas desde antes de la Guerra Civil, pero Junts per Catalunya, liderados por Carles Puigdemont, se mantuvieron por delante de sus rivales directos y consiguieron que Quim Torra se convirtiese en presidente.

LAS EUROPEAS EVIDENCIARÁN LA RUPTURA

Carles Puigdemont desveló que solo se presentará a las europeas si es número dos de Oriol Junqueras, pero ambos son conscientes de la imposibilidad del pacto por la negativa de ERC a acudir a las europeas con la Crida y el PDeCAT.

De hecho la batalla está servida por encontrar aliados: el ex president se vio con Arnaldo Otegi, que exige formar una lista soberanista entre diversas fuerzas autonómicas, «del PNV hasta las CUP». Pero ERC quiere priorizar la ideología sobre el hecho identitario y formar un proyecto con EH Bildu y el BNG.

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Inés Arrimadas ganó las autonómicas pese a la mayoría independentista en diputados. Foto: Flickr Ciudadanos.

Junqueras explicó en una carta a sus militantes que «presentarse a Europa es la mejor manera de denunciar el retroceso democrático y la represión del Estado español” y añadió que liderará la lista «siempre que así lo considere el partido».

Joan Tardà también reiteró que ERC está negociando «con el independentismo de izquierda de Euskal Herria (EH Bildu) y el Bloque Nacionalista Galego», hecho que evidencia que los republicanos no quieren saber nada hoy en día de un frente catalanista cuando sus dos líderes han tenido posiciones personales y políticas tan diversas.