La investidura de Sánchez con la venia de Bildu evidencia fricciones entre víctimas de ETA

  • Seis meses después de asegurar que el PSOE no iba a acordar nada con Bildu, Sánchez ha sido investido presidente gracias a su abstención.
  • Esta situación ha evidenciado diferencias de posturas entre víctimas de ETA, muchas lo consideran una indignidad y, las menos, lo aprueban.
  • Algunas de ellas piden a los partidos que no “utilicen su dolor” mientras que otras sí se sienten representadas por distintos políticos.
  • El pleno de investidura de Pedro Sánchez ha sacado a la palestra tensiones entre víctimas del terrorismo de ETA. Mientras que algunas de ellas han lamentado lo que consideran una “utilización política” de su condición por parte de algunos miembros de la Cámara Baja, otras han subrayado que sí se sienten representadas por distintos líderes políticos.

    Es el caso de Rosa Lluch, hija del expolítico del Partido Socialista de Cataluña (PSC) Ernest Lluch asesinado por ETA en el 2000, quien escribió un mensaje al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, para pronunciarse a través de él en el pleno de investidura del pasado martes en el Congreso de los Diputados.

    Lluch, candidata al Senado por En Comú Podem en las pasadas elecciones, advirtió a los líderes del Partido Popular (PP) y de Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal, que “no hablen en nombre de las víctimas del terrorismo”—aunque ella sí permitió que Iglesias hablara en el suyo— porque, indicó, muchas “han apostado por el diálogo y la reconciliación no por el odio”.

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    En la misma línea se posicionó la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), Consuelo Ordoñez, hermana del miembro del PP Gregorio Ordoñez asesinado en 1995, quien pidió a Casado que no “utilice a las víctimas del terrorismo” ni se arrogue su representación en el debate de investidura porque lo único que consigue, opinó, es “que cada vez más víctimas muestren públicamente su apoyo a Sánchez”.

    Sin embargo, lo cierto es que el líder de los populares sí representa a numerosas víctimas que incluso forman parte de sus filas como, por ejemplo, María del Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco asesinado por ETA en 1997, Teresa Jiménez Becerril, hermana del asesinado en 1998 Alberto Jiménez Becerril, o Daniel Portero, hijo del fiscal Luis Portero a quien la banda terrorista mató en el año 2000, entre otros.

    De hecho, Portero, presidente de la asociación de lucha antiterrorista principalmente a través de los tribunales Dignidad y Justicia, afirmó públicamente en su perfil de Twitter coincidiendo con el segundo pleno de investidura que sí se siente representado por Pablo Casado, aunque puntualizó que ni él ni la presidenta de COVITE son “la única voz de las víctimas”.

    LA APLAUDIDA INTERVENCIÓN DE GARCÍA ADANERO

    Precisamente, para evitar posteriores recriminaciones de atribuirse el sentir de las casi 900 víctimas de la barbarie etarra, el diputado de Navarra Suma, Carlos García Adanero, decidió en su turno de palabra durante el último pleno “no hablar en nombre de todas las víctimas”, sino únicamente de sus dos compañeros de Unión del Pueblo Navarro (UPN), “asesinados por defender la libertad” y afirmó que no va a quedarse callado mientras el presidente del Gobierno de España pacta con “quienes aplaudieron sus asesinatos”, es decir, Bildu. “Es una indignidad”, sentenció el político navarro cuyo discurso ha sido muy aplaudido y compartido en redes sociales.

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    LA AFRENTA POR PACTAR CON BILDU

    Son muchas las víctimas que comparten ese sentimiento de agravio por el pacto de Sánchez con los herederos de ETA, cuya abstención ha sido clave para lograr ser investido presidente. Una afrenta agravada teniendo en cuenta que hace apenas seis meses, en junio del año pasado, Sánchez aseguró que “con Bildu no se acuerda nada”.

    «No son un partido democrático como los demás«, escribió este miércoles Ordoñez en un artículo publicado en el diario La Razón para argumentar su posición ante una alianza que considera indigna.

    Por su parte, José María Múgica, hijo del dirigente socialista Fernando Múgica, asesinado por ETA en 1996, trasladó en una carta dirigida a Sánchez la «náusea infinita» y el «profundo desprecio» que le produce su alianza con Bildu.

    Un extremo con el que no coinciden otros como Josu Elespe, hijo de Froilán Elespe, concejal socialista de Lasate asesinato por la banda terrorista en el año 2001, que aseguró que le hace «feliz» un Gobierno de izquierdas en España.

    Por su parte, Rosa Lluch, en una entrevista con Radio Euskadi, señalaba que “no se puede acusar a EH Bildu de legitimar la violencia de ETA”, a pesar de que este partido no ha condenado sus asesinatos y evita hacer cualquier mención a los mismos ni a las víctimas.

    En su intervención, el diputado de Bildu Óscar Matute —que pronunció en ausencia de los 52 diputados de Vox que abandonaron el hemiciclo y mientras Adolfo Suárez Illana, miembro popular de la mesa del Congreso, le daba la espalda— tuvo palabras de recuerdo expresas para el diputado de la ilegalizada Herri Batasuna Josu Muguruza asesinado por dos pistoleros en 1989 mientras que a las más de 850 víctimas de ETA las metió en el mismo saco que a las de «los GAL, el Batallón Vasco Español, las de ATE, las de la violencia parapolicial y las decenas de miles de víctimas enterradas en cunetas en el estado español».

    Además, el parlamentario faltó a la verdad al asegurar que el único condenado por ese crimen pasó tan solo dos años en la cárcel. Lo cierto es que esa persona, el expolicía Ángel Duce Hernández fue condenado a 100 años de prisión pero, tras cumplir siete años y mientras disfrutaba de un permiso penitenciario de seis días, en agosto de 1997, falleció en un accidente de moto.