Cómo adolescentes y fans del K-Pop debilitaron el gran mitin de Trump

Con el país revuelto y un movimiento contra su mandato reforzado, Donald Trump acudía este sábado a Tulsa, Oklahoma, para celebrar su primer gran mitin encarado a conseguir la reelección en las próximas generales de Estados Unidos el 3 de noviembre. Trump esperaba darse un baño de masas que le dejase preparado para comenzar la campaña. Sin embargo, y como si de una antigua estrella de rock de capa caída se tratase, el presidente tuvo que ver cómo cientos de plazas quedaban vacías en el estadio.

Se esperaban 40.000 admiradores de Trump fuera del BOK Center. No hubo ninguno. Dentro, solo 6.200 plazas de las 19.000 esperadas se llenaron. Lo que ha ocurrido es que las redes sociales han servido como herramienta de movilización en su contra.

Según oponentes ideológicos, entre ellos la propia Alexandria Ocasio-Cortez, estrella mediática y representante del partido demócrata, usuarios de la aplicación TikTok se unieron para reservar masivamente entradas al evento, con el objetivo de que esos asientos quedaran luego vacíos y dejar así mal al presidente. El 69% de los que usan esta app están entre los 13 y 24 años, por ello se la juzga como una plataforma de la nueva generación.

Trump Moncloa
Asientos vacíos en el BOK Center.

AOC le dice a Brad Parscale, director de campaña de Trump: «Te han vencido adolescentes de TikTok que inundaron la campaña de Trump con reservas falsas y te hicieron creer que un millón de personas querían tu micrófono abierto blanco y supremacista tanto como para llenar un estadio durante el Covid», se burló la demócrata.

TRUMP VS GENERACIÓN Z

«Un saludo a los zoomers. Me hacéis sentir muy orgullosa», felicitaba Ocasio a una generación que comienza a jugar un papel importante en política. Entran dentro del grupo del boicot acérrimos al movimiento Black Lives Matter, y los jóvenes fans del K-Pop (música pop coreana), una tribu social que se mueve unida y decidida a través de las redes como un banco de peces.

Este ha sido un duro golpe para el candidato republicano, para quien los grandes mítines jugaron un papel indispensable en su victoria en las elecciones de 2016. Además, dejó en ridículo a su director de campaña, Parscale, quien unas horas antes de comenzar el mitin alardeaba de haber construido un gran palco fuera del estadio para poder asimilar a la enorme cantidad de simpatizantes que esperaban.

El comunicador político de Trump asegura que la poca asistencia no se debió al fenómeno antes descrito, sino al miedo al covid-19 perpetuado por los medios y a protestas de grupos de «extrema izquierda».