El Gobierno se resiste a archivar un estudio que, según los ecologistas, busca crudo en Baleares

  • El MedSalt-2 es un proyecto italiano que pretende adquirir datos geofísicos del fondo marino de Baleares.
  • Los ecologistas consideran que este estudio es una búsqueda velada de petróleo y minería.
  • La organización OceanCare a exigido al Gobierno que rechace la investigación por haber caducado los trámites administrativos.
  • Aún flota por la administración del Ministerio de Ciencia un proyecto llamado MedSalt-2 que resulta de gran interés para las petroleras. El estudio pretende realizar sondeos acústicos con cañones de aire comprimido para adquirir datos geofísicos del fondo marino del margen sur de las Islas Baleares. Esta investigación, aparentemente con fines científicos, está impulsada por un instituto de italiano. Pero los ecologistas han advertido durante años que el MedSalt-2 es una búsqueda velada de hidrocarburos. Un «caballo de Troya» tras el cual hay un lobby de petroleras que pretenden explorar los posibles yacimientos del Mediterráneo. El Ministerio aún no ha aprobado ni denegado el proyecto, que por tercera vez ha recalado en la administración pública.

    El Instituto Nazionale di Oceanografía e di Geofisica Sperimentale de Trieste (Italia) no pierde la esperanza. Lo intentaron por primera vez en 2016. Y año tras año lo han vuelto a hacer. Quieren averiguar, según plantean, los secretos geofísicos del fondo del Mediterráneo. Pretenden desvelar claves de una época en la que el mar que baña la península estaba seco. Pero los ecologistas avisan de que se trata de un «caballo de Troya». Según afirma Carlos Bravo, consultor de la organización OceanCare, lo que pretende el MedSalt-2 (Uncovering the Mediterranean Salt Giant) es «descubrir posibles yacimientos petrolíferos y de minería submarina».

    Con el marco de la Cumbre de Acción Climática organizada el pasado 23 de septiembre por Naciones Unidas, OceanCare quiso recordar al Gobierno de Pedro Sánchez que la pelota aún está en su tejado. Que la solicitud para llevar a cabo este proyecto está en el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y que debe ser archivada porque lleva más de un año inactiva. Según la organización ecologista, se debe denegar «inmediatamente» el proyecto porque «han caducado los trámites de información pública y de consultas».

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    No es la primera vez que el instituto italiano lo intenta. El problema es que quiso que se aprobara por unos cauces que no fueron los adecuados. Primero, a través de la embajada. Y después sin presentar el correspondiente informe de impacto ambiental. Las protestas de los ecologistas ejercieron presión y finalmente el proyecto volvió una y otra vez al punto de partida. Ahora, tras tres años, los italianos han entregado todos los papeles necesarios y por los cauces adecuados. Pero ni siquiera el Gobierno supo quién debía tramitar el estudio. Al principio fue el Ministerio de Exteriores, quien lo delegó a la cartera que actualmente ostenta Pedro Duque. Y ahora, corresponde al exastronauta determinar qué pasará con el MedSalt-2.

    Los ecologistas insisten en que tras este proyecto hay mucha oscuridad. En parte, está financiado por instituciones de la Unión Europea. Y en parte, por compañías enmascaradas que pertenecen a empresas dedicadas al petróleo, según demuestra un informe del que disponen en OceanCare. Ya en 2018 saltó a los titulares que siete petroleras seguían muy de cerca este estudio. El informe que acredita que tras el MedSalt-2 no hay más que intereses económicos de grandes multinacionales se llama «Memorandum of Understanding for the implementation of the COST Action Uncovering the Mediterranean salt giant». Y en él se afirman cosas como que «se impulsará la exploración industrial de recursos de hidrocarburos en el sensible ambiente del mar Mediterráneo».

    Además del potencial que esconde este proyecto, también los ecologistas ponen el acento en las repercusiones que tendrá para la vida marina emplear los cañones acústicos. Según Bravo, muchos animales se verán afectados. Algunos directamente acabarán muertos por el uso de estos dispositivos. Otros se quedarán sordos.

    El Gobierno puede dar luz verde o archivar la solicitud. Pero tres años después lo único que ha hecho es devolver la pelota para una vuelta a empezar. Ahora, desde OceanCare creen haber encontrado un resquicio legal al que aferrarse para acabar con el estudio. «En una reciente consulta del expediente administrativo del proyecto MedSalt-2 hemos comprobado que el promotor ha mantenido una inactividad manifiesta y prolongada por más de un año que supone una paralización voluntaria del procedimiento administrativo», han asegurado desde la organización ecologista.

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    Según los analistas de OceanCare, el informe de impacto ambiental que ha realizado el instituto italiano es más que insuficiente. Tiene tantos errores e imprecisiones que los ecologistas están convencidos de que el ministerio de Pedro Duque no se atreverá a aprobarlo. Pese a que esperan que el Gobierno no apruebe el MedSalt-2, no están del todo convencidos. Por eso han exigido a Sánchez en la Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas que archive no solo este proyecto, sino todos los que amenacen la vida marina.

    El PSOE está, entre tanto, inmerso en una campaña electoral que paralizará hasta noviembre muchas de las tramitaciones. Entre ellas, la aprobación o denegación del MedSalt-2. Según lo socialistas, tendrán que analizar el proyecto para dar una respuesta. Y cuando se haga, se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE), donde el propio Ejecutivo solo hace referencia al carácter científico del proyecto.

    El socio preferente (al menos según las palabras que vienen desde Ferraz) de los socialistas, Unidas Podemos, ya se ha posicionado en contra de que se desarrolle el MedSalt-2. Y si llegan a un acuerdo con el PSOE tras el 10 de noviembre, desde la formación morada insisten en que rechazarán el estudio que plantean los italianos.