Caras largas en Navarra: del disgusto familiar de Chivite al enfado del PNV

  • El PSN ha retomado con mal pie las negociaciones tras los Sanfermines.
  • Geroa Bai ha logrado encauzar un pacto que a principios de semana se presentaba como utópico.
  • María Chivite ha tomado distancia tras sufrir la polémica en sus propias carnes.
  • Cuando Madrid estornuda, Pamplona se resfría». En Geroa Bai utilizan en privado esta frase premonitoria que tiene un significado en la política navarra: el PSOE abortará su plan para gobernar la Comunidad Foral si Pedro Sánchez no logra su investidura. Es decir, el presidente en funciones no se atreverá a comenzar la posible precampaña estatal con Navarra sirviendo de munición al PP y Cs.

    Eso sí, la investidura de Pedro Sánchez será la próxima semana y María Chivite tiene de plazo hasta el 26 de agosto para formar Gobierno. Si no lo hace, se convocarán elecciones en octubre. El PSOE a nivel nacional siempre tendrá ocasión de intentarlo en septiembre, aunque en público dicen que convocarán elecciones si no lo logran a la primera.

    En medio de este huracán se encuentra María Chivite, que está sufriendo en sus propias carnes la presión inyectada por el centro-derecha navarro y español que utiliza a Euskal Herria Bildu para intentar que Navarra Suma, menos de un 40% del voto, perpetúe el poder en minoría de UPN, que con el mismo recetario ha logrado recuperar la mayoría de plazas municipales.

    Chivite ha tomado distancia con las negociaciones con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra y esta semana ha cedido los trastos de matar a su número dos, Ramón Alzórriz, que se ocupa de la secretaría de Organización del PSN desde que Santos Cerdán dio el salto a Madrid para trabajar en Ferraz tras el triunfo de Pedro Sánchez en las primarias.

    NAVARRA EN JUEGO

    María Chivite ha visto con desagrado como las negociaciones con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra se convierten para cierta prensa con un pacto entre los socialistas y EH Bildu. La previsible candidata a presidir Navarra no se ha tomado demasiado bien que algunos periódicos hayan visitado su Cintruénigo natal para hablar con sus vecinos sobre la izquierda abertzale.

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    Pero no solo es eso: algunos familiares directos de la política cirbonera han tenido que dar la cara en Facebook contra algunos vecinos de la localidad de Cintruénigo que utilizaban a EH Bildu para intentar frenar un Gobierno de progreso. Esta ciudad es la segunda más poblada de La Ribera, comarca donde la vascofobia siempre cotiza al alza.

    Pero el PSN no solo ha hablado por la ausencia de Chivite en las negociaciones. Y es que dos asuntos han estado a punto de tirar por tierra el posible acuerdo a cuatro: el primer rumor decía que Ramón Alzórriz iba a pedir una negociación con Javier Esparza, líder de Navarra Suma, con la intención de pedirle una abstención.

    El secretario de Organización socialista cortó el chisme en seco: «No vamos a hablar con Navarra Suma, no se merece Navarra Suma que el PSN hable con ellos, un partido que está insultando y calumniando con mentiras en temas tan sensibles como el terrorismo, que hemos sufrido los socialistas». Tampoco habló este jueves el PSN con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, ya que los socialistas exigieron por sorpresa aplazar la reunión.

    EL OTRO PROBLEMA

    Alzórriz recordó que «hay una mayoría de 23 (PSN, Geroa, Podemos e Izquierda-Ezkerra, que es mayor de los 20 de Navarra Suma y de los 7 de Bildu); es una mayoría posibilista para gobernar esta Comunidad».

    El segundo asunto que molestó a los posibles socios de los socialistas fue la intención de María Chivite de formar un Gobierno monocolor. Esta intención fue recibida con suspicacia en las filas de las otras tres formaciones: algunas voces apuntaban que Ferraz quería dinamitar la negociación con este farol.

    Navarra
    María Chivite, líder del PSN. Foto: Flickr PSN

    Pero el PSN echó marcha atrás y ahora deja la puerta abierta a que Geroa Bai ocupe algunas carteras. Los socialistas tienen intención de ampliar el número de consejerías de nueve a once después de que su principal socio, que tiene al PNV en su seno, haya exigido un poder que previsiblemente ocuparán Uxue Barkos, favorita a vicepresidenta, y Manu Ayerdi, favorito a ocupar una cartera económica.

    En Podemos también recibieron con caras largas la intención del PSN de dejarles fuera del Gobierno: «Podemos considera imprescindible su presencia en el nuevo gabinete». Eso sí, han tenido que salir al quite ante sus bases tras el run run interno que decía que los morados habían puenteado a su Asamblea Ciudadana al pedir entrar en el Ejecutivo sin votación. En la formación morada no han podido dejar atrás unas polémicas internas que parecían haber desaparecido tras la salida de la anterior cúpula.

    EH BILDU PODRÁ COBRARSE LOS DESPRECIOS DE CHIVITE

    El PNV ha exigido a EH Bildu que no dinamite la legislatura navarra y desde la izquierda abertzale aseguran que no permitirán un Gobierno de Navarra Suma. Pero la coalición no olvida que han perdido la mayoría de los consistorios navarros por decisión de los socialistas y podrían cobrarse la venganza contra María Chivite en las negociaciones de los presupuestos.

    EH Bildu no quiere que se desmonte el ‘andamiaje’ que se ha ido articulando en los últimos cuatro años y saben que el PSN en manos de Geroa Bai no lo hará. Adolfo Araiz, número dos de la izquierda abertzale en Navarra, ha ironizado sobre la «mayoría posibilista» con la hace hipótesis el PSN.

    Izquierda-Ezkerra (Izquierda Unida y Batzarre) asegura en boca de su líder, Marisa de Simón, que «lo fundamental es el acuerdo de gobierno, que incluye las políticas fundamentales para que el gobierno que se forme las desarrolle en su totalidad». En esta coalición pretenden cerrar un cuatripartito de progreso.

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    Veremos si el PSN cierra este culebrón después de haber asistido atónitos a las bochornosas palabras de su compañera Concha Andreu, que en el Parlamento de La Rioja demostró su nivel político al calificar a UPN como una formación «independentista» y «radical». En Navarra también se habla del cierre de dos delegaciones del diario más afín al Gobierno anterior, el Diario de Noticias, que podría ser el síntoma de que el PNV no cree que en los socialistas vayan a cumplir su palabra en la Comunidad Foral.