Con los ojos cerrados o abiertos, ¿cómo se disfruta más un beso?

No hay nada más romántico que un beso. Estamos hartos de verlos apasionados en el cine desde que somos pequeños. Estamos acostumbrados a besar y no hay nada como esa sensación de hacerlo por primera vez. Sin embargo, también tenemos algo muy metido en la mente cuando se trata de este tema: pensamos que es mucho más especial si lo hacemos con los ojos cerrados en vez de dejarlos abiertos. Pero, ¿es esto así en realidad?

Puede que, en el momento en que se produzca tu primer beso con esa persona especial, el momento no tenga tanto encanto como te lo has imaginado durante todo este tiempo en una idea apoyada por las películas. Eso no quiere decir, no obstante, que no sea un momento íntimo y que ambos recordéis siempre, sobre todo si acabáis de comenzar una relación.

Tenemos tantas ideas preconcebidas que, a veces, es complicado separar la realidad de la ficción. Por eso, cabe pensar en lo siguiente: Con los ojos cerrados o abiertos, ¿cómo se disfruta más de un beso?

¿Disfrutamos más un beso con los ojos cerrados?

beso ojos cerrados

Bien, muchas son las encuestas que se han realizado tanto a hombres como a mujeres. En la práctica, lo cierto es que las mujeres prefieren besar mientras cierran los ojos. De hecho, hasta el 100% de aquellas que han participado en los estudios prefieren hacerlo de este modo. Sin embargo, esto no ocurre así en el caso de los hombres, quienes optan por abrir los ojos durante ese momento especial. ¿Significa eso que disfrutan menos?

Lo cierto es que no. Existen varias razones por las que dar un beso con los ojos abiertos, y no quiere decir que es porque sean menos románticos. A pesar de que no solemos pensar que es lo común, sí es una práctica mucho más habitual de lo que hemos ido viendo a través de la cultura y la teoría sobre los besos. También algunas mujeres prefieren ver el momento. ¿El motivo? Centrarse mucho más en la realidad y en la persona que tenemos delante.

Aquellos que defienden que disfrutan más cuando besan sin cerrar los ojos son personas que necesitan ser conscientes de la realidad y no desean dejarse llevar por lo aprendido en la ficción. Además, muchas personas prefieren ver en todo momento a su compañero de beso, pues, de este modo, sienten mucho más eso que están viviendo en la intimidad con la otra persona. No obstante, quienes prefieren hacerlo con los ojos cerrados defienden que así se pueden centrar en otros sentidos como el tacto, uniéndose de forma desinteresada a quienes tienen delante.

Defensores de besar con los ojos abiertos

besar ojos abiertos

Como es lógico, no todo es blanco o negro. Ya sabemos que existen diferentes tipos de besos. Por eso, no es nada extraño el encontrarnos también con que haya diversas razones por las que elegir hacerlo con los ojos abiertos. Debido a que no es lo que vemos en el cine, un gran factor de influencia en las mentes más jóvenes, tendemos a creer que si alguien besa con los ojos abiertos carece de emoción o romanticismo hacia la otra persona.

De este modo, estaremos estigmatizando a esta parte de la población cuando, en realidad, el motivo no es otro que prefieren hacerlo de este modo por gusto o decisión propia sin dejarse llevar por el qué dirán. Es cierto, también que, en ocasiones, aquellos que besan sin cerrar los ojos lo hacen porque se ponen más nerviosos. Puede ser una falta de confianza en uno mismo, pues piensa que no lo están haciendo bien.

Si, durante todo momento, ven las reacciones que provocan en la otra persona, podrán saber si van por el buen camino. Así, comprueban si esta está disfrutando del momento o si no se siente del todo cómoda. Algo parecido puede suceder si nos referimos al sexo como tal. Si besamos en ese instante sin cerrar los ojos, también puede suponer una confusión para la otra persona. Los chicos tienden a hacerlo mucho más que ellas y, uno de los motivos, puede ser por alargar el encuentro sexual.

Cerrar los ojos durante el beso, un momento de desconexión

beso disfrutar

Cuando besamos y nos dejamos llevar por el momento sin pensar en nada más, solo centrándonos en las sensaciones que nos provoca la otra persona, la tendencia general es hacerlo con los ojos cerrados. De este modo, la totalidad de nuestros sentidos se centran en el beso en cuestión, y todos los estímulos sexuales se encuentran activos para ponerse en marcha de un momento a otro.

De este modo, nuestro propio cuerpo está facilitándonos el hecho de que llegar al clímax sea mucho más sencillo. Por el contrario, cuando lo hacemos con los ojos abiertos, el cerebro está captando demasiada información en muy poco espacio de tiempo. Esto hará que no se centre como debería en el momento de la intimidad.

Podríamos decir, en este caso, que nuestro cerebro puede llegar a distraerse. No obstante, esto no quiere decir que esa persona disfrute menos de la relación sexual, sino que su cuerpo es demasiado activo y no está centrado en terminar y alcanzar el clímax, sino en disfrutar del momento desde el principio hasta el final.

No existe una mejor forma de besar

besar pelicula

Habiendo analizado las dos formas en las que podemos dar un beso, lo cierto es que la conclusión es que cada uno debe hacerlo como más le guste. De las dos maneras se disfruta, todo depende de nuestras preferencias. Por eso, poco importa si cerramos los ojos o los mantenemos abiertos, nuestros niveles de disfrute no se tienen por qué ver afectados.

Cada persona es un mundo y también besa de forma diferente. Sin embargo, sí es cierto que, al ser un acto íntimo en el que suelen intervenir dos personas, lo ideal es que todos los participantes estén de acuerdo y lo hagan de una forma común. Cuando nos adaptamos a los besos de la otra persona, estaremos realizando un acto generoso que repercutirá de forma muy positiva en la relación de pareja.

Lo importante es olvidarse de la ficción y mantener los pies en la tierra. La realidad, a veces, puede ser mejor que las películas. Por eso, debemos tener claro que nos tenemos que centrar en disfrutar nosotros y compartir ese momento especial con la otra persona de la forma en la que ambos nos sintamos más cómodos. Quizá la estética sea menos romántica que en el cine, pero siempre será mucho más real.