El Parlamento gallego separa con mamparas a los diputados

La sesión constitutiva del nuevo Parlamento gallego para la XI Legislatura dejará una imagen inédita en el Pazo do Hórreo. No habrá invitados en la tribuna del hemiciclo, que dejará una imagen de 75 diputados con mascarilla separados por las mamparas que se han instalado y que separarán los escaños, al menos por el momento, debido a la crisis sanitaria derivada del covid-19.

Así, la fotografía del viernes se espera sin los habituales ‘corrillos’ que dejan una imagen festiva en los pasillos del que otrora fue edificio militar. Tampoco se aguardan los besos y abrazos entre asistentes y familiares que acuden, en algunos casos por primera vez, a este acto de constitución y toma de posesión del cargo.

En este escenario, la imagen de la tribuna quedará vacía, ya que no se permitirán invitados en ella y, por lo tanto, tampoco estarán cargos de otras instituciones o exparlamentarios, parte de la postal ‘tradicional’ de la constitución de la Cámara, que nació en 1981 en el Pazo de Xelmírez.

La estampa dentro del Pazo do Hórreo es ahora la de un hemiciclo con mamparas, lo cual también dificultará los habituales comentarios entre los diputados, un contacto directo que, más que nunca, tendrá que ser sustituido por las nuevas tecnologías.

Será difícil, pues, observar un trasiego de papeles o notas entre los escaños, inclusive, algunas llegadas a través de los ujieres desde fuera del hemiciclo. Y habrá que ver como se resuelven actuaciones de los diputados como lo es el derecho de aportar documentación ante la Presidencia de la Cámara durante los plenos, una de las cuestiones que se irá resolviendo con la puesta en marcha de la legislatura.

YA ACREDITADOS

Por otro lado, fuentes parlamentarias han confirmado a Europa Press que los 75 diputados de la XI Legislatura –42 del PPdeG, 19 del BNG y 14 del PSdeG– ya han formalizado sus credenciales como diputados de la Cámara gallega, un trámite que han dado por concluido con dos días de margen antes de la constitución del nuevo hemiciclo gallego.

Con 35 caras nuevas con respecto a 2016 arrancará esta sesión, pero es previsible que el nombramiento de los miembros del Gobierno y altos cargos haga mover las listas populares. Los 75 del hemiciclo acutal ya han dejado sus datos en el registro general del Parlamento, en el que también tienen que depositar sus declaraciones de bienes y patrimoniales.

Así las cosas, a las 11,00 horas del viernes arrancará este inédito en su imagen pleno para constituir la próxima cámara con la configuración de la mesa de edad, que se hará por llamamiento del letrado oficial mayor. La elección de los miembros del órgano rector de la cámara estará presidida por el diputado del BNG Xosé Luís ‘Mini’ Rivas, asistido por sus compañeros de filas más jóvenes: Daniel Castro (número dos por Lugo, nacido en 1996) y Paulo Ríos ‘Kai’, secretario xeral de Galiza Nova (número 6 por Pontevedra, nacido en 1993).

Falta por despejar la incógnita de quién ocupará la presidencia y las vicepresidencia y secretaría primeras, cargos que le corresponden al PPdeG y que por el momento no han trascendido quienes serán desde el entorno del presidente Alberto Núñez Feijóo. Los dos otros puestos de la Mesa, que ocupará la oposición, serán la vicepresidencia segunda, en la que se situará Montse Prado (BNG), y la vicesecretaría segunda, puesto que se prevé para Marina Ortega a propuesta del PSdeG.

Tras la elección de la mesa, hasta ahora presidida por Miguel Santalices junto a Diego Calvo y Raquel Arias, cada uno de los diputados presta juramento o promesa del cargo estatutario, un acto que legislatura tras legislatura ha dejado versiones ‘ampliadas’ de la fórmula recogida por reglamento.

VERSIONES ALTERNATIVAS A LA PROMESA O JURAMENTO

Así, en la promesa del cargo se han escuchado desde reivindicaciones «republicanas, revolucionarias y democráticas», pasando por el ya más habitual ‘por imperativo legal’ de los parlamentarios, hasta comprometer «fidelidad» al país y a los más desfavorecidos. Es más, el acatamiento de 2016 dejó la promesa de la «vida».

«Prometo defender con una marea de alegría e ilusión la libertad, la dignidad y la felicidad de la sociedad gallega. Para esta alta función, comprometo mi palabra y, si necesario fuese, mi vida», pronunció el entonces portavoz de En Marea, Luís Villares.

Precisamente, estas ‘variantes’ son propias de los diputados de los grupos de izquierda a la hora de prestar promesa o juramento, un acto rutinario que, especialmente en las últimas legislaturas, se ha cargado otras palabras, como se desprende de los diarios de sesiones constitutivos que figuran en el archivo parlamentario.

En 2016, el BNG ensayó una fórmula conjunta para los seis diputados del grupo parlamentario, con apenas algún matiz en alguna palabra a la hora de ser pronunciada. «Me comprometo a ser fiel a Galicia, a defender los derechos nacionales y sociales de los gallegos y gallegas, así como su libertad; y por imperativo legal, si prometo», comprometió la portavoz del BNG, Ana Pontón.

Mientras, los parlamentarios de En Marea hicieron sus versiones de una promesa alternativa a la reglada. «Con base en mis principios feministas, republicanos, revolucionarios y democráticos», dijo Eva Solla, mientras que Marcos Cal prometió el cargo y «trabajar por las que están y por las que faltan». «Nunca más un país sin su gente. ‘O pobo é quen máis ordena'», pronunció el exdiputado, haciendo suyas las letras de ‘Grandola, Vila Morena’ de Zeca Afonso.

«Por la dignidad y por la igualdad, por que todos y todas participen en la vida política, económica, social y cultural; por el derecho a vivir y trabajar ene ste país», prometió Ánxeles Cuña Bóveda. «Para trabajar siempre por un país con nosotras, un país que no deje nadie atrás», dijo Luca Chao aquel 21 de octubre de 2016.

«En defensa de las clases populares» lo hizo Paula Quinteiro Araújo, mientras que Davide Rodríguez prometió «por la memoria de Castelao, defender las libertades e igualdad del pueblo gallego», haciendo «suyas las palabras de Beiras».

Carmen Santos prometió «trabajar para devolverle a Galicia el poder sobre sí misma, para nunca más ser gestionada de espaldas a la gente y para construir una Galicia justa». «Si prometo, y proclamo la libertad para mi pueblo», exclamó Paula Vázquez Verao.

Como es habitual, los diputados de los demás grupos, PPdeG y PSdeG se limitaron a prometer o jurar el cargo con el asentimiento verbal, como así también lo hizo Manuel Lago, de aquella por En Marea.