Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, víctimas de su estrategia de negociación

  • La sobreexposición mediática ha dificultado alcanzar acuerdos de gobernabilidad.
  • ERC, PNV y Compromís piden a PSOE y Unidas Podemos que cierren un Ejecutivo.
  • El 23 de septiembre es la fecha límite para investir a Pedro Sánchez.
  • La guerra “pública” entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias continúa más abierta que nunca. El fracaso de la sesión de investidura abre un escenario impredecible y de alto voltaje que no hará fácil calmar las aguas en pro de alcanzar consenso. La estrategia de negociación que han adoptado ambos partidos, la de airear sus trapos sucios a los medios de comunicación antes que abordarlos cara a cara, les ha pasado indiscutiblemente factura

    La esfera pública se ha convertido en el principal campo de batalla. Pero esta batalla no era una cualquiera, en ella se jugaban mucho, concretamente el futuro del Gobierno de España. Y no han sabido cómo pararlo. Las filtraciones a los medios han sido las absolutas protagonistas de la mesa de negociación. Como si de un partido de tenis se tratara, a bola tirada, bola enviada de vuelta. 

    Ambos líderes han pensando que la presión mediática sería una buena forma de alcanzar sus pretensiones, pero ha sido todo lo contrario. Ha sembrado más grietas y desacuerdos. La cuestión de la vicepresidencia, que el PSOE decía que habían pedido y Podemos negaba, o el paso atrás de Iglesias, que lo hizo público, al alcance de todos, antes que hablarlo cara a cara con Sánchez son una muestra de ello.

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    Esta arriesgada estrategia les ha hecho un flaco favor. A más presión, más tiranteces entre ellos, más fricciones y, sobre todo, más mal entendidos. Y finalmente pocas soluciones. De hecho, la mañana de la votación decisiva tanto Carmen Calvo como Pablo Echenique, ambos parte de la mesa negociadora, mostraban sus posiciones en declaraciones al “Hoy por hoy”, en la Cadena SER antes que hacerlo en privado. 

    Algunos parlamentarios como Pablo Casado, del Partido Popular, o Aitor Esteban, del PNV, les han reprochado a ambos líderes que hayan adoptado esta guerra pública con el único objetivo de debilitar a su oponente. Una posición negociadora que Casado ha calificado de “bochornosa”. 

    PEDRO SÁNCHEZ, A SEPTIEMBRE O A REPETICIÓN ELECTORAL

    Esta mala gestión de las negociaciones ha desembocado en lo predecible: España está a un paso de la repetición electoral. Por el momento el candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, tendrá que seguir siendo eso, candidato. El desenlace final se tendrá que fraguar en estos dos meses hasta septiembre, fecha límite para investir al socialista presidente o convocar unas nuevas elecciones en otoño.

    El líder del PSOE ha obtenido 124 votos a favor (123 socialistas y 1 del PRC), 155 noes (PP, Cs, Vox, Junts Per Catalunya, Coalición Canarias y Navarra Suma) y 67 abstenciones. Además de Unidas Podemos, que ha decidido abstenerse a última hora, lo han hecho PNV, EH Bildu y ERC. Precisamente el discurso del portavoz republicano, Gabriel Rufián, ha sido uno de los más directos y reflexivos de esta segunda ronda de votaciones. 

    Rufián ha apelado sin tapujos a la conciencia de la izquierda y ha clamado a la sensatez para que ambas formaciones reconsideren sus posturas ante la posibilidad de que la derecha recupere el poder. “¿Cuánto tiempo nos vamos a arrepentir de esto?”, se preguntaba el republicano mientras insistía en que PP, Cs y Vox “están encantados de la vida y os están aplaudiendo con las orejas”.

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    También PNV les ha reprochado su posición. Aitor Esteban ha criticado las formas que el PSOE ha seguido durante las reuniones, pero ha recriminado a Unidas Podemos que quiera tanto peso gubernamental cuando no tienen experiencia en un cargo similar. El portavoz del Partido Nacionalista Vasco, sin embargo, ha insistido en que “no se debe tirar la toalla” y les ha pedido que sigan negociando de aquí a septiembre. 

    El discurso de los tres partidos de derechas, PP, Ciudadanos y Vox ha sido muy diferente. “Su investidura es ya la historia de un gran fracaso” decía desde la tribuna Pablo Casado, reafirmando su “no” a la investidura. Albert Rivera ha criticado la paralización del Congreso y ha insistido en que el candidato socialista “no es un buen presidente para España”. Por su parte, Santiago Abascal ha asegurado que “Vox votará siempre en contra de un gobierno encamado con golpistas separatistas, proetarras y nostálgicos del terror comunista”.

    Tras el fracaso de la primera investidura Pedro Sánchez tendrá hasta el 23 de septiembre para consolidar y afianzar un programa de Gobierno que garantiza la gobernabilidad durante los próximos cuatro años con Unidas Podemos. Si después de ese día no se ha cerrado ese acuerdo, el 24 de septiembre el Rey mandará disolver las cortes y se convocarían unas nuevas elecciones para el 10 de noviembre