Acaba el plazo para derribar la capilla de la vidente de El Escorial

  • Si los responsables no echan abajo la capilla, edificada en terreno protegido, lo tendrá que hacer el Ayuntamiento de El Escorial.
  • El grupo religioso de Luz Amparo Cuevas donó millones de pesetas para acabar las obras de la catedral de La Almudena.
  • La Diócesis de Madrid reconoce las donaciones, pero no afirma que la cifra fuera tan elevada.
  • Décadas después, el legado de la vidente de El Escorial sigue en pie. Este 29 de junio ha acabado el plazo y la capilla de Prado Nuevo debe derribarse. Se edificó sobre suelo protegido con el dinero de sus integrantes y aún se buscan responsabilidades (incluso penales) dentro del Ayuntamiento. Pero el entramado financiero de Luz Amparo Cuevas, la mujer que afirmó ver a la Virgen en un fresno, es alargado. Y ha tocado incluso a la catedral de La Almudena.

    Si no se derriba antes de este sábado, el Ayuntamiento de El Escorial tendrá que tomar cartas en el asunto. La capilla es ilegal. Así lo ha demostrado el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Por tanto, si persiste esta situación, el Consistorio deberá derribar por su cuenta el templo para después pasarle la factura a los responsables.

    Esta edificación, erigida en la finca de Prado Nuevo, es un icono de lo que muchos, como Juan Carlos Bueno, presidente de la Asociación de Víctimas de la Vidente, consideran una «secta» que se formó en torno a las visiones de Cuevas, fallecida en 2012 y enterrada junto a la capilla. Un grupo cuyo dinero ha contribuido a finalizar las obras de la catedral de La Almudena.

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    Desde la Diócesis de Madrid reconocen que pidieron dinero para financiar la construcción de La Almudena. Las obras de la catedral se prolongaron cerca de un siglo. Y en los años 90, decidieron darle “un empujón” y solicitaron ayuda financiera tanto a los fieles como a todas las administraciones públicas. Muchos colaboraron. Desde el expresidente del Gobierno Felipe González hasta el expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina. Pero también llegó dinero desde Prado Nuevo.

    Fue un crowdfunding. Un concepto que pese a que le resulta extraño al Arzobispado, no niegan. Y en él pudo colaborar cualquiera. Y hay quien sostiene que la vidente aportó 30 millones de pesetas (180.000 euros) para finalizar las obras de la catedral de La Almudena. Desde el sobrino de Pablo Camacho, cuyo tío, párroco de El Escorial, afirmaba que esa donación tuvo lugar, hasta Juan Carlos Bueno.

    La Diócesis concreta. Luz Amparo Cuevas donó a título personal un millón de pesetas (6.000 euros). Pero no se aventuran a especificar cuánto dinero llegó desde lo que Bueno considera una “secta destructiva” que obligaba a sus integrantes a donar todas sus posesiones. Miguel Martínez, presidente de la fundación Virgen de los Dolores, aseguró en 1993 que en una colecta en los alrededores de Prado Nuevo se llegó a recaudar hasta siete millones de pesetas (42.000 euros) que fueron a parar a La Almudena.

    Pese a que las fuentes no especifican una cifra concreta, la donaciones sí coinciden con un cambio de criterio del Arzobispado de Madrid. Al menos, según sostiene Bueno. En un principio, la institución eclesiástica ordenó investigar el presunto milagro que había tenido lugar en Prado Nuevo; en el que la Virgen se había aparecido en un fresno ante Cuevas y le había pedido que le construyera una capilla (que ahora el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ordenado desmantelar). Pero la Iglesia concluyó que ese milagro no era real.

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    Fue con el nombramiento de Rouco Varela como arzobispo de Madrid (y poco después de que “la secta” de Prado Nuevo donara millones de pesetas a la catedral de La Almudena) cuando la el Arzobispado de Madrid empezó a ver con buenos ojos a todo lo que rodeaba a la vidente, según sostiene el presidente de la asociación. E incluso fue ahí cuando el Ayuntamiento de El Escorial (gobernado por el Partido Popular) dio luz verde para erigir la capilla.

    El psiquiatra Francisco Alonso Fernández hizo un informe sobre la vidente. En él aseguraba que Cuevas tenía problemas mentales. Que sufría alucinaciones. Sin embargo, cada primer sábado de mes miles de fieles se reunían en Prado Nuevo para escuchar las palabras de la Virgen de la boca de Luz Amparo Cuevas. Una práctica que a día de hoy se sigue practicando.

    UNA «SECTA DESTRUCTIVA»

    La Asociación de Víctimas de la Vidente sostiene que lo que hay en Prado Nuevo es una “secta destructiva”. Según sus declaraciones, cuando captan a un nuevo integrante, le obligan a donar todo su patrimonio. Le despojan de toda propiedad y les “explotan” dentro de la finca. Incluso cinco mujeres se escaparon corriendo tras sufrir los malos tratos de la vidente, según detallan desde la asociación.

    Pero son cautelosos. Si observan que el nuevo integrante tiene gente a su alrededor (familia o amigos) que pueda denunciar lo ocurrido, no exigen las donaciones. Juan Carlos Bueno estima que la fortuna que ha acumulado Luz Amparo Cuevas y su entorno por las donaciones voluntarias de sus seguidores asciende a los 300 millones de euros.

    Ese dinero se ha repartido entre diferentes asociaciones, fundaciones y fincas. Cuevas trabajaba en la vivienda de Miguel Martínez Pascual. Ella era la líder carismática del movimiento. Y él quien organizaba (y organiza) el entramado financiero.