Un policía podría haber matado a una anciana para cobrar su herencia

La Guardia Civil se encuentra investigando el fallecimiento de una anciana de 83 años que tuvo lugar el pasado sábado en la localidad de Ciempozuelos (Madrid). La víctima se precipitó por las escaleras de su chalet y los agentes tratan de determinar si se trata de una muerte accidental o violenta. Tras el presunto crimen podría encontrarse el cobro de una herencia por parte de un policía.

Tras las primeras pesquisas realizadas por los especialistas del instituto armado, los hechos apuntan a que pudo haberse tratado de un asesinato y no un accidente. De hecho, el principal sospechoso es un policía local que cuidaba de ella.

De acuerdo a esta hipótesis, el agente, que cuidaba de la anciana, la habría empujado por las escaleras del domicilio. Su finalidad presuntamente habría sido la de acabar con la vida de la octogenaria y así cobrar la herencia de la que era beneficiario.

BENEFICIARIO DE LA HERENCIA

El suceso tuvo lugar en torno a las 16:00 horas del sábado 29 de febrero. En ese momento el servicio de emergencias 112 recibió una llamada que advertía de la caída de la anciana en su vivienda sita en la calle San Francisco de Ciempozuelos.

Tras el aviso, los servicios sanitarios se desplazaron rápidamente al lugar de los hechos. Sin embargo, a su llegada, el equipo médico del SUMMA observó que la mujer tenía un gran traumatismo y solo pudo confirmar su muerte.

Aunque en un principio la causa de la muerte era valorada como una caída accidental por las escaleras de la vivienda, la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación. De esta manera la Benemérita trata de esclarecer las circunstancias y motivos por los que la mujer perdió la vida.

En estos momentos los investigadores tratan de averiguar si la anciana fue empujada por un policía local de 53 años. Este era el encargado de cuidar a la octogenaria, además de ser el supuesto beneficiario del testamento a pesar de no ser familiar directo. La mujer no tenía descendientes.

VERSIONES DIFERENTES

Tras las primeras indagaciones policiales cobra fuerza la hipótesis de que la caída de la mujer no fue por accidente. El sospechoso, que se encontraba con ella en ese momento, fue el que avisó al 112 alertando de la caída. El suceso tuvo lugar cuando tan solo estaban ellos dos en el chalet.

Tras certificarse la muerte de la anciana, el hombre fue interrogado sobre lo ocurrido, ofreciendo versiones distintas. Estos cambios en el relato de los hechos fue lo que hizo sospechar a los agentes de la Guardia Civil de la veracidad de sus palabras. Posteriormente sufrió una crisis de ansiedad y fue ingresado en la unidad de psiquiatría del Hospital de Valdemoro.

La fallecida tenía una persona responsable de su cuidado las 24 horas del día, aunque en el momento del suceso estaba fuera del hogar realizando la compra.

La Guardia Civil continúa realizando pruebas científicas y de criminalística para poder esclarecer si fue un homicidio.

Un policía local de Madrid podría haber matado a una anciana para cobrar la herencia
El agente, que estaba con la víctima en esos momentos, fue quién avisó al 112 alertando de la caída de la mujer por las escaleras de su vivienda.

PATRIMONIO SUPERIOR AL MILLÓN Y MEDIO DE EUROS

Más allá del propio suceso ocurrido este sábado, hay otro elemento que está siendo analizado en la investigación. Se trata del accidente de tráfico que sufrió hace un mes la fallecida y por el cual sufrió varias heridas. En aquella ocasión era la pasajera en un vehículo conducido por el propio policía local, que la cuidaba desde hacía varios años, e iba sin cinturón de seguridad.

El sospechoso es un policía local que está casado y tiene dos hijos, quién podría tener interés en cobrar la importante herencia de la víctima. Su patrimonio era superior al millón y medio de euros.

A pesar de que las primeras pesquisas apuntan al agente de la policía local como principal sospechoso del crimen, sus compañeros creen en su inocencia. En el caso de confirmarse el asesinato, sería el octavo homicidio en lo que va de año en la Comunidad de Madrid.

CRÍMENES POR HERENCIA

El cobro de una herencia es el móvil de más asesinatos de los que en principio se pueda pensar. Con cierta frecuencia aparecen casos en los que existe la sospecha de que los autores de los mismos buscan el beneficio económico con el homicidio.

El modus operandi de los interesados en acabar con la vida de ancianos para poder recibir el testamento de estos es similar en la mayoría de las ocasiones. Para tratar de evitar las sospechas de que se trata de un crimen se acostumbra a buscar algún tipo de incidente que pueda provocar la muerte sin que les incrimine de forma directa.

De esta manera, una caída como la de la octogenaria por las escaleras puede convertirse en la coartada perfecta. Sin embargo, en ocasiones hay indicios que apuntan a que no es la primera ocasión en la que se trata de cometer el crimen, lo que acaba destapando el homicidio. A la espera de conocer el resultado de las investigaciones de este caso, el hecho de que hace un mes la víctima tuviese un accidente de tráfico con el propio policía y que no llevase puesto el cinturón de seguridad, eleva las sospechas.

En este caso el policía no era familiar de la víctima, pero al no tener descendientes y haber estado a su cuidado, era el principal beneficiario de la herencia.

CAPTACIÓN DE ANCIANOS

Hace poco menos de un año se detuvo en Cádiz a una pareja de supuestos cuidadores de ancianos. Estos mantenían a los ancianos encerrados mientras ellos apropiaban de sus bienes. La trama, que estaba integrada por otras cuatro personas, logró obtener casi 2 millones de euros entre cinco de sus víctimas.

En aquel caso, los integrantes del grupo criminal optaban por encerrar y drogar a los ancianos. Los alimentaban mediante sondas nasogástricas y al mismo tiempo se encargaban de sustraerles sus pensiones y propiedades. Para ello se aprovechaban y se ofrecían como cuidadores, en muchos casos de ancianos que no tenían familiares cercanos.

Esto refleja una vez más la indefensión de las personas de avanzada edad en muchos casos frente a sus supuestos cuidadores.