El PSOE levanta el veto para criticar a Podemos y ningunear sus propuestas de Gobierno

El PSOE dado el pistoletazo de salida para su estrategia clave. El objetivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es acabar la legislatura en solitario, sin el apéndice de Unidas Podemos «incordiando» y condicionando cada paso que da el Ejecutivo. Por eso, desde Ferraz ya han urdido un plan que pasa por generar una crisis interna para tener la excusa para dar la patada a la formación morada y acabar la legislatura en solitario llegando a pactos puntuales (incluso con el Partido Popular). Es una teoría que ha cogido fuerza y que, tal y como aseguran fuentes del partido a MONCLOA.com, ya está en marcha. Prueba de ello son las fricciones que están dejándose entrever estos últimos días, como el portazo a la semana laboral de cuatro días o el silencio del PSOE respecto a las situación del rey emérito.

Se han perdido las formas en el sector socialista y ya no tienen problema en ningunear o menospreciar las propuestas de Unidas Podemos. La última rencilla ha sido como consecuencia de la propuesta del Ministerio de Trabajo de poner en marcha una semana laboral de cuatro días. Como siempre, es probable que quien iniciara este modelo fueran los funcionarios. Sin embargo, tanto la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, como el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se han negado en rotundo a esta propuesta. Algo que no ha sentado bien en Unidas Podemos, ya que entienden que habían acordado y firmado con los socialistas emprender este proyecto.

La razón por la que Montero y Escrivá no han tenido problema en corregir los mensajes del vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, es porque en el PSOE ya no hay orden de mantener intactas las costuras que unen la coalición. Desde Ferraz ya no se sienten dependientes de Iglesias y no tienen problema en que los suyos ninguneen los mensajes de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, o de cualquier otro dirigente de Unidas Podemos.

Escrivá ha asegurado en una entrevista que no considera en absoluto que España «sea un país que, con los niveles de competitividad y productividad que tiene, tenga que dar prioridad a la semana de cuatro días laborables». Y la portavoz del Gobierno tampoco se preocupó lo más mínimo a la hora de contradecir a Podemos en este supuesto de una semana laboral de cuatro días y dijo que «no es una prioridad en medio de una pandemia”. Todo claro, excepto para la formación morada, que han dejado entrever su enfado por las palabras de estos dos ministros.

LA EXCUSA DEL EMÉRITO

Otro de los frentes abiertos que el PSOE no piensa cerrar es el del rey emérito. Juan Carlos se ha gastado casi 700.000 euros en regularizar su situación fiscal en España mientras que crecen las críticas por las comisiones y mordidas que cobró aprovechándose de su condición de monarca. En este sentido, Unidas Podemos ha olido sangre y no quiere soltar la presa. Para Iglesias, la república es una de las grandes gestas que se quiere apuntar y no ha cesado en recordar que España echará a la monarquía «más pronto que tarde».

«La agenda es republicana» y la sustitución del sistema actual que deja como jefe del Estado a Felipe VI por una república «va a ser una realidad en nuestra patria», comentó el vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos. Sobre este supuesto, el PSOE no solo no comulga con las palabras del dirigente de la formación morada, sino que cuando se les pregunta de forma abierta en los pasillos del Congreso no tienen ningún problema en asegurar que ellos defienden a capa y espada el sistema actual. No quieren fuera a Felipe VI ni están de acuerdo con las propuestas que vienen de su socio de Gobierno actual.

La idea del vicepreisdente es llegar a instaurar una república plurinacional respetuosa con las demandas nacionalistas. Y este último punto, el de la plurinacionalidad, es el único en el que el PSOE no quiere entrar para no dinamitar su actual buena relación con partidos como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el Partido Nacionalista Vasco (PNV) u otras formaciones independentistas más radicales como EH Bildu.

EL PLAN DEL PSOE

Cada vez son más los diputados, tanto del propio PSOE como de la oposición, que tienen la sensación de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no tiene intención de acabar la legislatura con su actual socio político. La nueva fecha límite para llevar a cabo este paso son las elecciones catalanas. Y en ese escenario, son muchas las voces dentro del PSOE y de otras instituciones que apuestan porque el plan de la mano derecha de Sánchez, Iván Redondo, es aprovechar una no tan repentina crisis de Gobierno para dar la patada a Unidas Podemos y gobernar en solitario prorrogando los presupuestos. Y en la formación morada no son ajenos a esta teoría.

Las fuentes consultadas aseguran que aunque parece un plan algo arriesgado, Pedro Sánchez no tiene ninguna intención de acabar la legislatura de la mano de Unidas Podemos. El principal motivo es porque considera que la formación morada puede arrastrar al PSOE a perder un electorado moderado que puede estar cansado y erosionado por la pandemia y por las políticas tan complacientes de Sánchez con algunas formaciones nacionalistas e independentistas.

De momento la coalición aguanta firme y no parece que las encuestas electorales les auguren un batacazo. Pierden votos, sí, unos cuantos, pero se mantienen en cifras que les darían otra vez el Gobierno. Pero todo esto puede cambiar con la llegada de la crisis económica que ya planea en España pero que se mantiene a raya por las ayudas estatales. Cuando aterrice y vuelva la normalidad, habrá que ver cómo evolucionan los pronósticos electorales de los dos partidos que gobiernan actualmente.

Hasta las elecciones catalanas habrá calma. Es un proceso complicado que nadie sabe por dónde podrá salir. No se abrirán guerras con procesos electorales abiertos, pero una vez pase, las fuentes señalan que estos desacuerdos y estos enfrentamientos entre el PSOE y Unidas Podemos aumentarán considerablemente, «sino, al tiempo», comentan fuentes cercanas al Gobierno.