Puig insiste en que el Gobierno aborde la financiación autonómica

El ‘president’ de la Generalitat, Ximo Puig, insiste en que el cambio del modelo de financiación autonómica es «absolutamente irrenunciable» en otoño, al margen del coronavirus, para «superar las discriminaciones entre CCAA y tejer una cogobernanza sana en España». «La identidad más importante es la igualdad», reivindica en una entrevista.

Se trata de uno de los objetivos del pacto de reconstrucción sellado por los partidos del gobierno valenciano (PSPV, Compromís y Unides Podem) y la oposición (PP y Cs) menos Vox, un tercer acuerdo que se suma al alcanzado con patronal y sindicatos y diputaciones y ayuntamientos para que «la Comunitat vuelva a levantarse».

Puig cree que esta triple alianza genera confianza, estabilidad, credibilidad y da una imagen positiva de la Comunitat, además de atraer más inversión. Lo ve como un ejercicio de responsabilidad por parte de todos y la mejor noticia que se puede dar a la sociedad valenciana, «creer en sí misma para tener un horizonte fijo».

Aunque «siempre es difícil llegar a acuerdos», defiende que pactar no es «traicionar», sino pensar en el interés general desde las diferencias, y que la oposición no debe olvidar su papel: «Con todas las diferencias que existen y existirán, si podemos tener un suelo común es un valor intangible».

El también líder del PSPV espera que los tres acuerdos, con unas 300-400 propuestas cada uno, sirvan de hoja de ruta para el «renacimiento» de la actividad económica. También destaca que hayan cumplido el objetivo de cerrarlo antes del final de vacaciones: «Vamos a salir de esto, lo sabemos».

«MÁXIMA COORDINACIÓN» EN EL BOTÀNIC

Bajo este prisma, asegura que el Botànic se ha mantenido unido durante los meses de pandemia, pues «todas las partes han sabido trabajar y ver de qué manera podían aportar, con la máxima coordinación posible y un objetivo común».

Tras un año de la reedición del pacto, con la entrada de Podem, Puig saca pecho de la «experiencia valenciana» del mestizaje, «una manera diferente de gobernar, sin segmentar consellerias y con más cooperación». Remarca, eso sí, que es un gobierno apoyado por un partido y dos coaliciones y «eso tiene su complejidad».

Comparándolo con España, ante las diferencias en el seno del gobierno PSOE-Unidas Podemos, se limita a afirmar que «cada uno tiene su vía» y que la de la Generalitat es la responsabilidad con los valencianos. «Este acuerdo ‘Alcem-nos’ surge de nuestro himno y nuestra identidad», clama.

SIN RENUNCIAR A LA FINANCIACIÓN

Pero, para conseguirlo, el presidente valenciano vuelve a defender que la financiación autonómica es un problema estructural que va más allá de la crisis y del fondo europeo de reconstrucción, por lo que urge al Gobierno a cumplir su promesa de iniciar los trabajos en otoño: «En la agenda política no se puede renunciar a conseguirlo en los próximos meses».

Su objetivo es que las asimetrías existentes entre CCAA al repartir los ingresos del Estado no se mantengan para no generar más «desafección, injusticia y cronificar la falta de convivencia», además de acabar con la diferencia de 12 puntos en la renta per capita entre los valencianos y el resto de españoles.

La Comunitat, a su juicio, no está peor de lo que está por su «enorme potencial» y su creatividad: «Ahora que necesitamos más motor público que nunca no podemos estar con un motor gripado». Y se muestra «moderadamente satisfecho» con el fondo no reembolsable de 16.000 millones aprobado por el Gobierno para «resarcir a las comunidades del agujero fiscal que van a presentar».

UNIDAD DE ACCIÓN CON EL GOBIERNO

En todos estos frentes, Puig asegura que la Comunitat mantiene una posición de «seriedad y rigor» que le ha permitido avanzar en los últimos meses en la cogobernanza con el Gobierno. «Hemos conseguido estar donde nos corresponde», celebra a pesar de la «terrible factura» que deja la pandemia.

Defiende como balance que España y CCAA mantienen la unidad de acción desde marzo, sin sentir «dejación de responsabilidades en ningún momento» porque la sanidad pública y los servicios sociales «siempre han sido competencia autonómica». Y apuesta así por mantener las conferencias de presidentes para avanzar a «un Estado más cogestionado y con más espacios de cooperación».