Rivera toma la iniciativa en un debate del que todos sacan pecho

Con un elevado número de indecisos, los cuatro principales líderes políticos tuvieron la pasada noche la oportunidad de mostrar su programa a la audiencia, en concreto a los algo más de siete millones de españoles que se postraron frente al televisor para presenciar el debate. Cada uno con una estrategia clara, aunque con un guión común, atacar a un Pedro Sánchez al que las encuestas otorgan una victoria ‘fácil’. Todos presumieron al concluir el debate.

Rivera y Casado, contra Sánchez

Albert Rivera, con un diálogo un tanto agresivo, acaparó gran parte del protagonismo y centró sus ataques tanto en el líder del PSOE como en Pablo Casado. De ambos dijo que «son lo mismo», que han paralizado a España en la última década y que «meterán la mano en el bolsillo de los españoles». El líder de la formación naranja aseguró que no pactará con el PSOE, algo que no se atrevió a afirmar Sánchez y, de paso, tendió la mano al PP en una coalición en la que no estuviese presente el PNV.

La estrategia de Rivera fue de lo más comentado durante el debate. Con diversidad de fotos en su atril, como la de Sánchez junto a Torrá, expresó ese afán por mostrar una postura atrevida que a su parecer dio resultado. Así lo expresó él en Twitter, con una foto en la que saca puño minutos después de concluir el debate.

debate Moncloa

Casado, con algo más de calma, centró su lucha también en la figura de Sánchez. Más bien en el PSOE, ya que se dedicó a criticar la mala situación en la que éste partido ha dejado a España cada vez que ha gobernado. Prometió bajar impuestos y, además, defendió la unidad de España y criticó la actitud de su principal rival con los independentistas y, tras el debate, aseguró que fue el único en hacer propuestas. «Somos el único partido con un proyecto de futuro para España», confirmó.

Todos presumieron de su papel en el debate

El problema de Sánchez, que en parte logró salir ileso, es que tuvo que basar sus intervenciones en continuas defensas y contraataques, sin poder tomar la iniciativa en ningún momento. Se enzarzó con Ciudadanos en el tema de la gestación subrogada y sacó pecho del avance social que ha propiciado su partido en estos diez meses en los que ha estado al mando. Como casi todos, aseveró salir «muy contento» del debate y se atrevió a decir que «esto cada día pinta mejor».

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Pablo Iglesias tomó el papel de la cordura, con un tono casi amable y con una llamada a la cordura, tras ver el fuego cruzado de sus contrincantes. También ‘dio la nota’, como Rivera, con la constitución en mano. Fue recurrente a las lecturas de varias leyes para exhibir que no se cumplen en la actualidad. Siempre con el objetivo de cazar votos en esos indecisos de izquierda.