Rivera saca pecho y acepta ahora un referéndum sobre el fin de los aforamientos

  • Cs se une a Podemos en la idea de una consulta tras haberlo descartado inicialmente.
  • La formación naranja descarta introducir más retoques en la Carta Magna.
  • El reto para los naranjas es que esta reforma no quede descafeinada.
  • La eliminación de los aforamientos políticos, uno de los principales objetivos de Ciudadanos dentro de su paquete de medidas de regeneración, se le estaba resistiendo al partido liderado por Albert Rivera, pero el escenario cambió ayer.

    El desánimo empezaba a cundir ante la dificultad de obtener el apoyo del PP y el PSOE para retirar esta prerrogativa a senadores, diputados y miembros del Gobierno, que no se tienen que someter a los tribunales ordinarios, sino que son juzgados por órganos superiores.

    Desde entonces, las cosas han cambiado y los últimos acontecimientos han resultado favorables para Cs, hasta tal punto que ahora el objetivo de eliminar los aforamientos parece alcanzable. Por un lado, Pedro Sánchez anuncia una reforma rápida de la Constitución para acabar con esta figura. Por otro, el PP ha decidido subirse al carro, después de haberle dado largas a la formación naranja durante todo el gobierno de Mariano Rajoy.

    Ciudadanos logró incluir la supresión de los aforamientos políticos en el acuerdo de investidura que firmó con los populares en 2016, pero cuando intentó llevarlo a la práctica, el PP se dedicó a poner todo tipo de pegas y el PSOE tampoco se mostró entusiasmado con la idea. En cambio, los de Rivera encontraron un aliado en Unidos Podemos, decidido a poner fin a lo que considera un privilegio.

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    Sin embargo, lo que no gustó a Ciudadanos fue la exigencia del partido de Pablo Iglesias de que cualquier modificación de la Constitución se sometiese a un referéndum y de que la reforma no se limitase a la cuestión de los aforamientos, sino que fuese más amplia.

    Según dijo entonces el secretario general del partido naranja, José Manuel Villegas, el planteamiento de su partido era una reforma exprés de la Carta Magna, y la propuesta de Podemos podía retrasarla o incluso imposibilitarla.

    Si bien Cs fue flexibilizando su postura poco a poco, después tuvo que hacer frente al rechazo del PP, que dijo que solo aceptaría retirar los aforamientos políticos de la Constitución si Cs le garantizaba que Unidos Podemos no forzaría un referéndum. Si las Cortes aprueban un cambio en la Carta Magna, la consulta a la ciudadanía es obligatoria en el caso de que lo soliciten al menos 35 diputados o senadores.

    EL FIN DE LOS AFORAMIENTOS, SIN VOTOS EN CONTRA

    Ahora, en cambio, el panorama es mucho más halagüeño para Ciudadanos, que se apuntó un tanto importante con la votación del martes pasado en el Pleno del Congreso. Consiguió que saliera adelante, sin ningún voto en contra, una moción en la que instaba al Gobierno a cambiar la Constitución en tres meses para suprimir el aforamiento de diputados, senadores y miembros del Gobierno, además de pedir a los Parlamentos regionales que desaforen también a sus parlamentarios.

    A pesar de que tan solo era una moción -que en la práctica no obligan al Ejecutivo-, Rivera no podía ocultar su satisfacción, e incluso calificó la votación de “histórica”. Mientras tanto, la postura de Ciudadanos ha evolucionado respecto al tema del referéndum y ahora asegura no tener “ningún miedo” a que se le pregunte a los españoles sobre la supresión de los aforamientos porque, en palabras del diputado de Cs y vicepresidente primero del Congreso, Ignacio Prendes, esta reforma “atiende a la demanda de la ciudadanía”.

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    Eso sí, sigue sin aceptar la petición de Podemos de aprovechar la ocasión para tocar otros artículos de la Constitución. Llegados a este punto, el reto para los naranjas es lograr que la eliminación de los aforamientos que apruebe el Congreso no sea una reforma descafeinada, pues podría defraudar a sus votantes.

    Para ello, tendrá que convencer al PSOE de la necesidad de desaforar a los cargos públicos también para asuntos relacionados con el ejercicio de sus funciones y no solo en el ámbito privado, ya que en caso contrario mantendrían el aforamiento al ser juzgados por casos de corrupción.