Robles se desquicia por su imposible ambición de ocupar el puesto de Lesmes

  • Margarita ha influido la estrategia a seguir del Gobierno con el Consejo General del Poder Judicial.
  • Lesmes le retiró la condición de magistrada del Supremo y Robles no lo persona.
  • Al no tener esta condición, Robles no puede ser presidenta del CGPJ, su aspiración más clara. 
  • La ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha desecho en críticas hacia el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. Pero no se trata de críticas genéricas por su gestión en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), sino de críticas personales motivadas por un hecho que a Robles le ha marcado: el aplicar la ley y retirarle la condición de magistrada del Tribunal Supremo, algo que le impide en todos los escenarios acceder a la presidencia que hoy ostenta Lesmes, su sueño roto. Es por esto que Robles, desde su posición actual, ha ayudado en la estrategia de Gobierno sobre cómo abordar las relaciones con el Consejo. Y por eso están rotas.

    Las aspiraciones políticas de Robles ya se han visto satisfechas. Sin embargo, sabe que este idilio por el ministerio, aunque poco tengan que ver con su preparación o pasado laboral, durará poco. Muy poco. Por lo que la gran duda de Robles es: ¿qué será de ella cuando acabe la legislatura si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pierde las elecciones? La respuesta hace unos años Robles la tenía meridiana: ser presidenta del Tribunal Supremo. Pero Lesmes rompió ese sueño y ahora Robles no sabe qué será de ella de aquí a unos pocos años.

    La inquina personal que Robles le tiene a Lesmes se dejó ver el pasado miércoles durante una entrevista en  Espejo Público (Antena 3). “Hay un pacto entre todos de que las llamadas privadas del Rey no se explican, y cuando el señor Lesmes habla de esa llamada privada y lo cuenta públicamente, lo hace con una finalidad clarísima, que es criticar y poner en cuestión al Gobierno de la nación”, ha asegurado con contundencia en la entrevista la Ministra de Defensa echando por tierra el respeto institucional entre los diferentes poderes del Estado. Pero lejos de intentar apaciguar y calmar la relación entre el CGPJ y el Gobierno, Robles quería poner en el punto de mira al presidente del Supremo, y lo ha conseguido.

    El presidente del Consejo General del Poder Judicial no ha querido contestar a estas afirmaciones. Pero lo cierto es que solo el Consejo parece mantenerse al margen de esa pelea en el barro a la que el Gobierno pretende arrastrarles. Pero el veto al Rey está dando mucho que hablar y el Gobierno parece estar empeñado en taparlo con ataques a otras instituciones. “Es un punto fundamental que da solidez a España, consistencia y proyección internacional en la que el papel de rey Felipe VI es impecable“, ha asegurado Robles poco después de que su Ejecutivo hubiera utilizado la agenda del Rey como moneda de cambio para complacer a los independentistas.

    El problema no es solo que Robles exhiba su odio personal a Lesmes, sino que utiliza esta mala relación para influir en las relaciones entre el Gobierno y el Consejo General. Si ahora las relaciones y los reproches entre estas dos instituciones del Estado están tan mal, es en parte por la influencia que Robles ejerce en la estrategia a seguir. Y toda ella está marcada no solo por su inquina personal hacia el presidente del Supremo, sino porque quiere tener el control futuro del Consejo de una manera o de otra, aunque aún no sabe cómo.
     
    Lesmes aplicó la ley y retiró a Margarita Robles la condición de magistrada del Supremo por dar el salto al Gobierno. Esto es una realidad que no depende del criterio de nadie, ni siquiera del propio presidente, pero la ministra de Defensa no lo ve así. Con esto, Lesmes, cerró de un portazo las aspiraciones de Robles, que pasaban por ocupar el puesto de Lesmes en un futuro, y sin saberlo, el presidente del CGPJ se ganó una enemiga de por vida.